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Sin garantías no hay mercado internacional de bonos para los bancos
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Ignacio Rodríguez Añino

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Sin garantías no hay mercado internacional de bonos para los bancos

Los mercados internacionales están prácticamente cerrados a la financiación de las entidades financieras. Los inversores internacionales no sólo piden una rentabilidad muy alta a sus inversiones

Los mercados internacionales están prácticamente cerrados a la financiación de las entidades financieras. Los inversores internacionales no sólo piden una rentabilidad muy alta a sus inversiones en bonos bancarios, además exigen una seguridad añadida. Sólo dejan dinero si existe una garantía adicional, preferentemente en bienes físicos.

En los últimos tiempos estamos viendo un crecimiento importante de los bonos con garantías (‘covered bonds’), que permiten que en caso de impago se embarguen los activos de los balances de los bancos.  Estos son casi los únicos bonos que tienen demanda.

Las razones de los inversores en pedir estas garantías adicionales son claras. Hemos visto que en España las entidades financieras han utilizado sus redes para obtener financiación y capital adicional mediante la emisión de preferentes y convertibles colocándolos entre sus clientes.

El problema es que las preferentes se pueden convertir en deuda perpetua sin cupón -los bancos son los que deciden cuándo pagan el principal, y con la situación actual de los balances hay bastantes posibilidades que los cupones sean 0- y muchos inversores se han visto obligados a acudir a un canje o venta de sus acciones preferentes en condiciones desventajosas. Y los convertibles han acarreado pérdidas a los inversores debido a la negativa evolución de las acciones de los bancos en bolsa.

Además, las calificaciones crediticias de los bancos otorgadas por las agencias de calificación pueden ser revisadas a la baja en breve –Moody’s está revisando su metodología- y puede que miles de millones de deuda bancaria se sitúen por debajo de ‘investment grade’ y se conviertan en bonos ‘high yield’. El problema de este movimiento es que podríamos ver ventas forzadas de bonos de bancos por parte de inversores –tipo planes de pensiones- que no pueden tener bonos ‘high yield’ en sus carteras.

Estos son los motivos por los que muchos inversores están infraponderados en bonos bancarios y sólo se interesan por bonos que puedan tener garantías adicionales.

No hay que olvidar que el sector financiero tiene un peso muy importante en los índices de renta fija –entre el 40% y el 50% dependiendo de la referencia que tomemos-. 

En esta situación, ¿cómo se pueden financiar los bancos? Las necesidades de recapitalización del sector son todavía importantes, y no sólo en España.

Por un lado, acudir a los mercados internacionales supone emitir con garantías –y algunos Estados ya están pensando poner límites a los ‘covered bonds’ por cómo afectan a deudores existentes de deuda ‘senior’- o emitir sin garantías a tipos muy altos.

Por otro lado, queda la solución europea. El Banco Central Europeo, lanzó dos programas de LTRO que han supuesto  un alivio de liquidez para los bancos. También existe la posibilidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF). Sin duda, estas soluciones no son las mejores, ni las más queridas, pero son totalmente necesarias para hacer que el sistema financiero siga funcionando hasta que vuelva la financiación privada.

Si existe alguna ayuda pública, esta no será gratis y afectará tanto a los accionistas de los bancos –posible dilución, recorte de dividendos…etc.- como a los bonistas.

Mientras no se termine de reestructurar –reconocimiento de pérdidas, necesidades de recapitalización, transparencia en la valoración de activos inmobiliario… etc.- el sector financiero estará sometido a tensiones bajistas tanto en sus acciones, como en su deuda.

Esperemos que la espera dure poco y veamos pronto el final de la reestructuración. La solución será sin duda costosa y dura para todos, pero absolutamente necesaria si queremos que el sistema bancario vuelva a funcionar y a dar financiación a empresas y particulares.

Los mercados internacionales están prácticamente cerrados a la financiación de las entidades financieras. Los inversores internacionales no sólo piden una rentabilidad muy alta a sus inversiones en bonos bancarios, además exigen una seguridad añadida. Sólo dejan dinero si existe una garantía adicional, preferentemente en bienes físicos.