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La prima de riesgo no es el problema
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Jesús Sánchez-Quiñones

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La prima de riesgo no es el problema

La generación de expectativas lleva consigo que el incumplimiento de las mismas crea desazón, pesimismo y desconfianza. Es un error pensar que el coste de la

La generación de expectativas lleva consigo que el incumplimiento de las mismas crea desazón, pesimismo y desconfianza. Es un error pensar que el coste de la financiación de la deuda pública española se va a reducir significativamente, incluso si la prima de riesgo sigue cayendo.

Conviene analizar la evolución de los tipos medios de emisión de deuda pública desde el inicio del euro para constatar que, pese al elevado nivel de la prima de riesgo, los tipos a los que se está financiando España no son, ni mucho menos, elevados desde una perspectiva histórica. El tipo medio de las emisiones de deuda pública española desde 1999 es del 4,60%, superior al tipo medio de las emisiones del Tesoro en 2012: 4,09%. Sólo las emisiones realizadas por el Tesoro español en 2009, 2010 y 2011 ofrecieron una rentabilidad media inferior a la correspondiente a las emisiones de 2012. El problema no son los tipos de interés, sino el volumen creciente de deuda pública.

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La prima de riesgo mide la diferencia de tipos entre el bono español a diez años y el bund alemán al mismo plazo. El elevado diferencial actual, pese a la reducción de 40 puntos básicos desde el inicio de enero, se debe en mayor medida al ínfimo tipo de interés del bund y no a un elevado tipo del bono español a 10 años. 

El bund alemán ha actuado hasta ahora como activo refugio de los inversores europeos temerosos sobre la permanencia del euro. La adquisición de bonos alemanes ha permitido deshacer posiciones en activos de países periféricos y evitar el riesgo de tipo de cambio al mantener las inversiones denominadas en euros a través de bonos alemanes.

Desde el nacimiento del euro, el tipo medio del bund alemán ha sido del 3,80%, mientras que actualmente se sitúa en 1,53%. Es decir, más de dos puntos porcentuales por debajo de su media histórica. En el caso del bono español, la media histórica de su tipo de interés desde el nacimiento del euro es del 4,57%, apenas 0,5% inferior a su actual tipo.

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La deseada reducción de la prima de riesgo, cuando tenga lugar, se producirá con más intensidad por una elevación de la rentabilidad del bund que por una reducción de los tipos exigidos a los bonos españoles.

Aunque España haga una política económica que consiga convencer de nuevo a los inversores extranjeros, no es realista pensar que el coste medio de la deuda se va a reducir considerablemente desde el 4% actual.

Si España finalmente solicita la asistencia financiera al MEDE y como consecuencia el BCE comienza a comprar bonos españoles de hasta tres años de vencimiento en el mercado secundario, lo que previsiblemente ocurrirá será una concentración de las emisiones de nuevos bonos soberanos en dicho tramo, reduciendo la vida media de la deuda española.

Al inicio de 2012 la vida media de la deuda pública española era de 6,5 años. Al acabar el año se ha reducido hasta 6 años. Una rebaja del coste de financiación “unitario” debido a una reducción de la vida media de la deuda pública, implicaría un aumento del riesgo de financiación a futuro.

No nos engañemos, el problema de la deuda pública española no es el coste de financiación, ni la prima de riesgo, sino el creciente volumen de la misma. Aunque los costes unitarios no se incrementen, el servicio financiero de la deuda sí lo hace al ritmo del crecimiento de la propia deuda. España está en un proceso de reducción del déficit público, pero mientras exista déficit público seguirá aumentando la deuda, y por tanto, los intereses a pagar. El déficit de cada año se convierte en más deuda que hay que financiar. Aunque el déficit se reduzca, la deuda aumenta, y con ella el coste financiero a pagar.

La generación de expectativas lleva consigo que el incumplimiento de las mismas crea desazón, pesimismo y desconfianza. Es un error pensar que el coste de la financiación de la deuda pública española se va a reducir significativamente, incluso si la prima de riesgo sigue cayendo.

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