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Dividendos que no lo son
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Jesús Sánchez-Quiñones

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Dividendos que no lo son

La rentabilidad de una inversión en acciones cotizadas viene determinada por la suma de la revalorización de la cotización de las acciones y por la retribución

La rentabilidad de una inversión en acciones cotizadas viene determinada por la suma de la revalorización de la cotización de las acciones y por la retribución que perciba el accionista: principalmente vía dividendos.

Cualquier forma de retribución al accionista (dividendo, devolución de prima de emisión) implica una reducción en el valor de la cotización de la acción por el equivalente a la cantidad retribuida. Así, el día que se genera el derecho al cobro del dividendo, la acción “descuenta” el importe del dividendo.

COTIZACIÓN TRAS DIVIDENDO = COTIZACIÓN PREVIA - DIVIDENDO

En el caso de ampliaciones de capital con existencia de derecho de suscripción preferente, la cotización de la acción descuenta en el primer día de la ampliación el importe de la valoración teórica del derecho de suscripción preferente que corresponde a cada acción.

COTIZACIÓN SIN DERECHO = COTIZACIÓN PREVIA – VALOR TEÓRICO DERECHO

No todas las operaciones corporativas presentadas como retribución al accionista tienen el mismo efecto: ni en la compañía, ni en los accionistas. De hecho, es muy discutible que determinadas operaciones supongan realmente una retribución a los accionistas. Analicemos algunas de ellas.

Ampliaciones de capital liberadas, es decir, sin desembolso por parte del accionista. Se suelen presentar como una forma de retribuir al accionista, cuando el efecto económico para el mismo es nulo. Una ampliación liberada supone aumentar el número de acciones en circulación reduciendo en la misma proporción el valor unitario de cada de ellas. Es indiferente tener 1.000 acciones a 10 € ó 1.100 acciones a 9,0909€ cada una. Si el accionista decide vender su derecho de suscripción preferente en el mercado, estará materializando parte de su inversión a costa de diluir su participación en la sociedad.

Split o desdoblamiento. Consiste en multiplicar el número de acciones existente por una cifra concreta. En un Split 2 X 1, el accionista pasará a poseer el doble del número de acciones, siendo la cotización de cada una de ellas la mitad de la cotización de las acciones originarias. En las épocas de alegría bursátil este tipo de operaciones ha tenido un efecto sorprendentemente positivo sobre la cotización, aunque el efecto económico sobre el balance de la compañía es inexistente. Dudo que nadie se atreva a calificar esta operación como retribución al accionista.

Scrip Dividend. La actual crisis económica ha llevado a un elevado número de empresas a reducir significativamente el pago de dividendos en efectivo por la merma que dichos desembolsos suponen para la tesorería de las compañías. Pese a ello, las empresas han buscado fórmulas que les permitan transmitir el mensaje de que siguen retribuyendo generosamente al accionista. Así, en lugar de pagar dividendos, realizan ampliaciones de capital liberadas dando tres opciones al accionista:

- suscribir nuevas acciones sin desembolso,

- vender los derechos de suscripción en el mercado al precio al que coticen,

- vender los derechos de suscripción a la propia entidad a su valor teórico independientemente de cuál sea la cotización

A esta operación se la conoce como 'scrip dividend', aunque cada compañía emplea un nombre comercial para referirse a la misma que siempre incorpora la palabra “dividendo” y un adjetivo sugerente, pese a que en la práctica no sea un dividendo. Sea cual sea la denominación que se utilice, la operación es una ampliación de capital liberada cuya única particularidad radica en que la compañía se compromete a recomprar los derechos de suscripción al precio de la valoración teórica del derecho.

Por defecto el accionista recibe nuevas acciones. Sólo en el caso en que ordene a su entidad depositaria la venta de los derechos recibirá efectivo. El accionista que reciba efectivo, vendiendo sus derechos al mercado, o a la propia compañía, estará diluyendo su participación al cobrar el “presunto” dividendo.

Son históricos los programas de reinversión de dividendos en las compañías cotizadas. A través de ellos, los accionistas destinan el importe percibido en el cobro del dividendo a comprar nuevas acciones, debiendo tributar por los dividendos percibidos. Los 'scrip dividend' se suelen vender como una forma de conseguir un sistema de reinversión de dividendos sin coste fiscal. La principal diferencia radica en que en el caso de reinversión de dividendos ningún accionista diluye su participación aunque no reinvierta, mientras que con los 'scrip dividend' cobrar en efectivo implica diluirse. Por tanto, es al menos dudoso que los 'scrip dividend' supongan una retribución real al accionista. Más bien son una materialización de parte de la inversión realizada.

La rentabilidad de una inversión en acciones cotizadas viene determinada por la suma de la revalorización de la cotización de las acciones y por la retribución que perciba el accionista: principalmente vía dividendos.