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El cuento chino de China
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Hugo Ferrer

La Opinión Contraria

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El cuento chino de China

La opinión de las masas, el consenso o la mentalidad ovejuna me producen el mismo rechazo que el agua fría a un gato escaldado. El siglo

La opinión de las masas, el consenso o la mentalidad ovejuna me producen el mismo rechazo que el agua fría a un gato escaldado. El siglo XX es una oda a los errores del colectivismo, como los fascistas o los comunistas, ambos primos hermanos. La estulticia de las masas elevando los brazos al paso de Hitler ya quedó atrás, pero sigue manifestándose en todo su esplendor en los mercados financieros. Esto es así porque una vez que un gran mayoría opina lo mismo sobre un mercado, significa que esa mayoría ya se ha posicionado y ese mercado presenta poco potencial en la dirección de la expectativa general porque no queda casi nadie que empuje ese mercado hacia esa dirección.

También, dada la naturaleza de reversión a la media que generalmente acompaña a los mercados, cuando hay consenso es un indicador de que el mercado se ha desplazado demasiado a un extremo y esa reversión a la media está a punto de empezar. Esto es así porque son los precios los que crean las noticias y no al revés. El consenso en el año 2000 era que estábamos ante un nuevo paradigma. Y no lo fue. El consenso ahora es que nos enfrentamos a una década perdida. No lo será. El consenso, la unanimidad, es símbolo de extremo de mercado.

Llevo escuchando meses lo del “hard landing” en China y de cómo va a hacer descarrilar la economía mundial. Sin ir más lejos, aquí tienen una búsqueda que muestra el consenso. El consenso siempre habla de cosas que todo el mundo ya sabe, sin recordar que eso suele tener un valor marginal. Lo que importa en la bolsa y en los mercados financieros, es saber algo que nadie más sepa. Y si usted no está en posición de saber algo que nadie más conozca, entonces todavía tiene una oportunidad juzgando la realidad de una manera totalmente diferente. Interpretándola de forma alternativa, crítica, escéptica e individual. Vamos, no levantando el brazo ante el paso de Hitler, no idolatrando a nada ni a nadie. Creyendo en usted mismo y en su juicio, asumiendo su responsabilidad personal sobre todos sus actos y pensamiento. Y, sobre todas las cosas, dejando de balar.

Por todo esto y por algunos detalles, creo que la bolsa china puede ser la gran ganadora en los próximos meses. Ya lo comenté hace algunas semanas en el Boletín Semanal Contrarian: hay que tener en cuenta las variaciones del crecimiento de la economía china según el ciclo político comunista (como no, 5 años). 

Los años de cambio de liderazgo en China suelen ser los mejores para la economía. Este año dejan el poder el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao en, previsiblemente, favor del que sería el nuevo presidente Xi Jinping y el nuevo primer ministro Li Kepiang. Los cambios de liderazgo siempre son momentos delicados y, a tenor de la pauta histórica, la dictadura rotativa comunista tiende a favorecer el crecimiento en esos periodos. Además, Xi Jinping pertenece a la facción comunista más reformista. La facción de las familias elitistas de la costa este china, que tienen pretensiones más “liberalizadoras” que otras facciones más rurales.

Viendo esta pauta estacional del ciclo político chino, uno se pregunta si no habrá sorpresas positivas al alza después de la desaceleración que hemos visto.

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que ninguna categoría es siempre la peor o la mejor. Ya lo mencioné el 1 de Enero para hablar de la renta variable y de los bonos y de cómo el año que los bonos eran los grandes ganadores (2011), solía dar lugar años en que los bonos son los grandes perdedores y la renta variable la gran ganadora. Eso está ocurriendo. El S&P 500 está arriba, muchos índices europeos están arriba y los bonos de los países solventes están cayendo. Y confío en que en algún momento del año el IBEX 35 deje su lateralidad (sic) desde verano para sumarse a las subidas.

Dentro de los países emergentes, China fue una de las mejores opciones en 2003, 2006 y 2007, pero desde entonces no levanta cabeza, siendo una de las bolsas que peor lo han hecho. Ninguna categoría es siempre la mejor ni la peor. Cabe esperar que pronto vuelva a ser una de las opciones categorías. Más teniendo el abrumador consenso sobre China y la estacionalidad que la economía presenta con respecto al ciclo político:

En tercer lugar, el “ciclo de liquidez” chino parece empezar a girar al alza. Una imagen vale más que mil palabras:

La liquidez mueve los mercados. Lo hemos visto con los programas de flexibilización cuantitativa. Un mayor crecimiento de la oferta monetaria impulsa las bolsas. Cuando se pasa de un ciclo negativo a uno expansivo la bolsa china suele hacer suelo y parece que ese momento es ahora.

Cuatro importantes factores que, junto al factor “consenso que hay sobre los males de China”, deberían al menos hacer pensar a los pesimistas si el agarrotamiento de sus intestinos está justificado o no. También los pesimistas deberían recordar que el mundo es y ha sido siempre de los optimistas. Sería el sexto factor de porqué China puede vivir unos estupendos meses bursátiles. Puede lograr exposición a China mediante el ETF con cógido FXI.

La opinión de las masas, el consenso o la mentalidad ovejuna me producen el mismo rechazo que el agua fría a un gato escaldado. El siglo XX es una oda a los errores del colectivismo, como los fascistas o los comunistas, ambos primos hermanos. La estulticia de las masas elevando los brazos al paso de Hitler ya quedó atrás, pero sigue manifestándose en todo su esplendor en los mercados financieros. Esto es así porque una vez que un gran mayoría opina lo mismo sobre un mercado, significa que esa mayoría ya se ha posicionado y ese mercado presenta poco potencial en la dirección de la expectativa general porque no queda casi nadie que empuje ese mercado hacia esa dirección.