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Para erradicar la pobreza, más capitalismo
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Juan Ramón Rallo

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Para erradicar la pobreza, más capitalismo

La evolución de los indicadores de pobreza extrema durante los últimos 200 años nos permite ser optimistas sobre el futuro

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Este pasado martes 17 de octubre se celebró el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, dramática situación en la que, de acuerdo con la ONU, se encuentran todas aquellas personas que viven con menos de 1,9 dólares diarios (57 dólares mensuales). Evidentemente, pues, la pobreza contra la que se están dirigiendo las Naciones Unidas en este día internacional no es la que suele medirse y cuantificarse en la Unión Europea mediante la famosa tasa de riesgo de pobreza: como el propio Eurostat reconoce, “el indicador de riesgo de pobreza no mide ni riqueza ni pobreza, sino un nivel de renta bajo en relación con otros residentes del país, lo que no implica necesariamente una calidad de vida baja”. Lo que se trata de contrarrestar durante este día internacional es, por tanto, la pobreza extrema: aquella que apenas deja recursos materiales para garantizar la subsistencia.

Y, en este sentido, la evolución de los indicadores de pobreza extrema durante los últimos 200 años nos permite ser optimistas sobre el futuro. Desde 1980, más de 1.000 millones de personas han escapado de la pobreza extrema (el número de pobres extremos se ha reducido desde 2.000 millones a 705): mientras que hace 40 años el 44% de la población mundial se hallaba sumido en la más absoluta miseria, hoy lo hace el 9,5%. El propio Banco Mundial reconoce que esta lacra podría finalmente desaparecer por entero de nuestro planeta en menos de 15 años.

placeholder Fuente: Banco Mundial.
Fuente: Banco Mundial.

Pero ¿cuál es la causa detrás de este acelerado ritmo de erradicación de la pobreza? ¿Por qué los últimos 30 años han sido el periodo de la historia en que más gente ha conseguido escapar de la miseria más extrema? Pues, en esencia, gracias a la extensión del capitalismo global. Y es que, tal como recogen los economistas Romain Wacziarg y Karen Horn Welch, aquellos países que se abrieron a la globalización entre 1950 y 1998 (es decir, aquellos países que liberalizaron sus regímenes comerciales durante este periodo) experimentaron un crecimiento anual medio 1,5 puntos superior al de aquellos otros países que no lo hicieron. La diferencia no es 'peccata minuta': un país creciendo al 1,5% durante 40 años incrementa su PIB en un 80%; un país creciendo al 3% durante 40 años, lo hace un 226%.

Más libertad comercial más capitalismosignifica más crecimiento económico. Sin embargo, ¿acaso más crecimiento económico significa menos pobreza extrema? ¿No podría suceder que los frutos de ese crecimiento económico fueran mayoritariamente a parar a las manos de aquella oligarquía extractiva que mantiene subyugado al grueso de una población pauperizada? Los economistas David Dollar y Aart Kraay descubrieron hace años que, en la mayoría de países, existe una tendencia a que los ingresos del quintil más pobre de la población aumenten al mismo ritmo que el crecimiento medio de la economía: por eso, aquellos países que logran sostenidamente un mayor crecimiento también son los países donde más gente escapa de la pobreza.

Es decir, más globalización es más crecimiento económico y más crecimiento económico es también mayor crecimiento de los ingresos de los ciudadanos más pobres de la sociedad. Acaso por ello, los economistas Andreas Bergh y Therese Nilsson han encontrado una fuerte correlación negativa entre pobreza extrema e intensidad de apertura a la globalización de un país: a más globalización, menos pobreza extrema; y a menos globalización, más pobreza extrema.

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Fuente: Is Globalization Reducing Absolute Poverty? (2014)

Y dado que la pobreza extrema se está reduciendo tan aceleradamente en tantos rincones del planeta, la desigualdad global de la renta también se está estrechando: los ingresos de los más pobres crecen más rápido que los de los ricos y, en consecuencia, el índice Gini global de la renta se reduce significativamente por primera vez desde la Revolución Industrial.

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Fuente: Branko Milanovic

En definitiva, en el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, celebremos la globalización capitalista: el mayor motor de reducción de la pobreza en toda la historia de la humanidad.

Este pasado martes 17 de octubre se celebró el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, dramática situación en la que, de acuerdo con la ONU, se encuentran todas aquellas personas que viven con menos de 1,9 dólares diarios (57 dólares mensuales). Evidentemente, pues, la pobreza contra la que se están dirigiendo las Naciones Unidas en este día internacional no es la que suele medirse y cuantificarse en la Unión Europea mediante la famosa tasa de riesgo de pobreza: como el propio Eurostat reconoce, “el indicador de riesgo de pobreza no mide ni riqueza ni pobreza, sino un nivel de renta bajo en relación con otros residentes del país, lo que no implica necesariamente una calidad de vida baja”. Lo que se trata de contrarrestar durante este día internacional es, por tanto, la pobreza extrema: aquella que apenas deja recursos materiales para garantizar la subsistencia.

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