La izquierda no ganó las elecciones

En contra de lo que le gusta repetir al Gobierno y sus adláteres mediáticos, la izquierda no ha ganado las elecciones generales del 23-J. Basta con sumar los escaños conseguidos por los partidos que se autodenominan de izquierdas para comprobarlo: PSOE (121 escaños), Sumar (31), ERC (7), Bidu (6) y BNG (1): es decir, 166 diputados… 10 por debajo de la mayoría absoluta.

Contrasta esta cifra, además, con los resultados cosechados hace menos de cuatro años: PSOE (120), Unidas Podemos (35), Más País (3), ERC (13), CUP (2), Bildu (5), BNG (1), Nueva Canarias (1), a saber, un total de 180 diputados. O dicho de otro modo, e incluso sin incluir en estos cómputos a Teruel Existe o al Partido Regionalista Cántabro, en 2019 el bloque de izquierdas sí alcanzó una cómoda mayoría absoluta que ahora ha malogrado con una caída de 14 escaños.

Los diputados verdaderamente logrados por 'las derechas españolas' ascenderían a 185: una comodísima mayoría absoluta

Frente a la significativa pérdida de poder político del bloque de la izquierda, el bloque de la derecha se halla en un escenario opuesto: la suma de PP (137), Vox (33) y UPN (1) alcanza los 171 diputados. Y si a ellos les sumamos el de Coalición Canaria (algo tal vez discutible), llegamos a los 172: seis más que el bloque de izquierdas. En cambio, hace cuatro años, la derrota de la derecha fue incontestable: PP (89), Vox (52), Ciudadanos (10), Navarra Suma (2) y acaso Coalición Canaria (1) apenas lograron 154 diputados… 18 menos que en las recientes generales.

La izquierda, por tanto, pierde 14 escaños (y la mayoría absoluta) y la derecha gana 18 escaños (y la mayoría simple). Es más, en realidad, la historia no debería terminar aquí. Sociológicamente, y más allá de la cuestión nacional(ista) de unos y de otros, el electorado del PNV (6) y de Junts per Catalunya (7) también cabría ubicarlo en el bloque de la derecha (en realidad, de la no-izquierda), de manera que los diputados verdaderamente logrados por la derecha o, más bien, las derechas españolas, ascenderían a 185: una comodísima mayoría absoluta que debería llevar a que cualquier candidato de consenso dentro del bloque de la derecha pudiese gobernar sin problemas.

Mientras la derecha sea incapaz de reconducir el debate territorial, lo tendrá muy complicado (no imposible) para gobernar en España

Pero no: aun cuando la izquierda no haya ganado las elecciones, la derecha sí las ha perdido. Y las ha perdido no por insuficiencia de escaños, sino por su división y su enfrentamiento interno. Mientras que la izquierda española del PSOE sí puede entenderse y pactar con la izquierda nacionalista catalana, vasca y gallega, la derecha española de PP y, sobre todo, de Vox autocensura cualquier posible pacto con la derecha nacionalista catalana o vasca (al igual que la derecha catalana y vasca se autocensura a la hora de llegar a cualquier posible acuerdo con PP o Vox). No solo eso, se asume con naturalidad que es el bloque de izquierdas quien debería recibir los votos de la derecha catalana o vasca: hasta el punto de que a la hora de comparar los resultados electorales entre bloques ideológicos tiende a incluirse al PNV en la izquierda (en verdad, en la coalición progubernamental) y a Junts coqueteando con la misma.

Debería resultar bastante obvio que mientras la derecha sea incapaz de reconducir el debate territorial, ya sea con un enfoque menos centralizador o ya sea permitiendo la secesión de Cataluña y País Vasco, lo tendrá muy complicado (no imposible) para gobernar en España. Si no puede contar con buena parte de los votos que, dentro de esos territorios, van a parar a la no-izquierda (es más, si es la izquierda la que generalmente podrá contar con ellos), entonces incluso cuando gane… perderá.