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Marc Vidal

Salida de Emergencia

Por
Marc Vidal

Emergentes y países sumergidos

Al paso que vamos, pronto tendremos que cambiar las terminologías y dejar de llamar “economías emergentes” a algunos países. En muchos casos ya nos gustaría estar

Al paso que vamos, pronto tendremos que cambiar las terminologías y dejar de llamar “economías emergentes” a algunos países. En muchos casos ya nos gustaría estar como están ellos. En un informe de PricewaterhouseCoopers se decía que “las economías del G-7 serán sobrepasadas en tamaño por los mayores mercados emergentes en apenas dos décadas conforme la crisis financiera acelera el desplazamiento del poder en la economía global”. Ese mismo informe decía que “el producto interno bruto combinado de las siete mayores economías en vías de desarrollo excederá al de esas mismas siete potencias en 2032”

No seré yo quien ponga en duda esos datos, pero parece obvio que China reemplazará a los Estados Unidios como la mayor economía del mundo a medio plazo, como ya ha hecho con Japón como la segunda. Es evidente que muchos de esos países que se denominan “emergentes” son los que están liderando la salida de la recesión planetaria que provocaron los considerados potencias mundiales. En ese escenario hay otros, países en caída libre, que deben ser rescatados de modo oficial o utilizando algún mecanismo complejo que disimule la realidad.

En el informe que PricewaterhouseCoopers publicó hace unas semanas, los siete emergentes (China, India, Brasil, Rusia, Indonesia, Mexico y Turquia) eran el tercio del G-7. Se estima que en una década el PIB de los primeros sea el 70% de los segundos y en apenas tres décadas los emergentes serán un 64% mayor que el de los denomiandos “economías dominantes”. A la velocidad actual Brasil superará Alemania en apenas quince años, India apagará Japón y Turquia a Francia y Gran Bretaña.

En esas que algunos ya han decidido oficializar su apuesta por Amércia Latina. Hace años que ayudo a empresas a instalarse o a internacionalizar sus productos en esos países. Ahora observo como los aviones que van desde Europa a América latina han pasado de ir pocos días y llenos de expatriados en busca de oportuniddes en Europa o de visita a sus familiares en las zonas de origen a unos aparatos repletos de hombres de negocios y operarios dispuestos a buscar su oportunidad. España, Europa en general, se estrecha y hay que buscar nuevos mercados.

Algunas entidades lo saben y empiezan a solidificar inversiones serias. Por ejemplo, la empresa suiza de capital riesgo Partners Group Holding AG, va a invertir más de 300 millones de euros.

Como ejemplo, lo que piensa hacer Partners es gastar cerca de un tercio de la cantidad en el sector de obras públicas e inmuebles y el resto en inversiones de capital riesgo. La compañía hará cuatro adquisiciones como mínimo, centrando sus gastos en Brasil, e invertirá también en Colombia y Chile, dijo el ejecutivo. Es una buena noticia para los que estamos intentando abrir mercados por aquí. En concreto, ayer cenando en su casa, con uno de los empresarios judíos más importantes de Panamá, supe de la idea de potenciar la integración de empresas europeas en toda América Latina por parte de lobbys locales. Este hombre, mexicano de origen, tenía claro que todos tienen que aportar, los originarios con su know how y los destinatarios con su interés y facilidad.

Ante un 2011 que parece una réplica mala del anterior, donde la carretera para emprendedores y empresarios se reduce por momentos, donde cae el consumo, o donde no se reduce se limita por la caída de precios, donde el paro no dejará de aumentar por culpa de la falta de crecimiento orgánico, donde los impuestos alcanzarán nivéles desconocidos y donde los servicios públicos dejarán de estar garantizados, atender a lo que pasa en el exterior es una opción cada vez mayor. La apuesta no es emigrar como lo hicieron nuestros antecesores, la idea es internacionalizar en la medida que la nueva economía lo permite. Bajos costos, comunicaciones abiertas y rápidas, eficientes mercados mixtos y mucho conocimiento por transmitir pueden ser nuestros valores.

Hace varios años que llevo empresas a esos países y el éxito suele ser alto, aunque un factor de riesgo siempre se debe tener en cuenta, algo de picar piedra y un mucho de saber como y con quien te asocias. No todo es llegar y vender, ni esperar que nos reciban con los brazos abiertos siempre, saben que lo estamos pasando mal y empiezan a ver una opción de negocio en esos viajes de exploradores que se multiplican por momento. Mi recomendación es asesorarse evitando las agencias públicas que dicen servir para ello, pues la perdida de tiempo suele ser inmensa y la energía derrochada mucha.

En mi opinión, como he escrito en mi último libro, “la emprendeduría latinoamericana es tan diversa como estimulante. La oportunidad son sus desequilibrios, unos desequilibrios que irán desapareciendo y que se convertirán en el patrón de cambio económico. Ahora son ellos los que empujan y los que piden estímulos externos. Mientras medio mundo se movía en cifras negativas, Chile, por ejemplo, creció al 7,1% en mayo de 2010. Lo bueno de viajar es que descubres que aprendes. Es sencillo. Muchos europeos o norteamericanos viajan por el planeta con la voluntad de internacionalizar sus proyectos, de crear en esos países, pero al final resultará que en Latinoamérica especialmente, donde fuimos algunos a desarrollar proyectos de emprendeduría digital y de la Nueva Economía, notando y creyendo que exportaríamos know how, acabaremos aprendiendo más que enseñando. Cuando nuestra sociedad más inmediata se levante del sofá y descubra que tiene que afrontar retos en el exterior deberá saber que, a otros países aparentemente menos desarrollados que nosotros no se va a enseñar, se va a aprender, y en el mejor de los casos a comprender”.

Está claro que podemos mostrar usos y estrategias que no se conocen en esos países para poner en marcha negocios, pero las dosis de realismo y de uso práctico de todo ello suponen toneladas de modestia que los europeos necesitamos digerir si queremos hacer negocio en América. Aquí, en Latinoamérica, pasan cosas, allí, en Europa, nos las cuentan.

Al paso que vamos, pronto tendremos que cambiar las terminologías y dejar de llamar “economías emergentes” a algunos países. En muchos casos ya nos gustaría estar como están ellos. En un informe de PricewaterhouseCoopers se decía que “las economías del G-7 serán sobrepasadas en tamaño por los mayores mercados emergentes en apenas dos décadas conforme la crisis financiera acelera el desplazamiento del poder en la economía global”. Ese mismo informe decía que “el producto interno bruto combinado de las siete mayores economías en vías de desarrollo excederá al de esas mismas siete potencias en 2032”