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Diez años del serio aviso que Wall Street olvidó: la quiebra del Long Term Capital Management (LTCM)
La precipitada muerte de la banca de inversión americana quizá se habría evitado si Wall Street no hubiese olvidado una de las lecciones más importantes de
La precipitada muerte de la banca de inversión americana quizá se habría evitado si Wall Street no hubiese olvidado una de las lecciones más importantes de la historia de los mercados: la que recibió hace diez años cuando el gigantesco hedge fund Long Term Capital Management (LTCM) estuvo cerca de cortocircuitar el sistema financiero. El desastre de estos últimos días ha sido como una brutal secuela de aquella crisis, en la que esta vez el guionista ha querido dejar finiquitada la trama con la práctica desaparición del sector. Un remake en el que se han repetido errores intrigas, personajes, entidades y escenarios, todo aderezado con enigmáticos requiebros del destino.
- El mal de ojo sobre Bear Stearns
En septiembre de 1998, Jimmy Cane, el presidente de Bear Stearns, se negó a participar en el rescate de LTCM, pese a ser uno de los bancos que había ganado más dinero dando servicio al hedge fund. Su negativa supuso un duro golpe para las negociaciones de rescate que había convocado Will McDonough, presidente de la Reserva Federal de Nueva York. “Esto lo pagará en el futuro, se juró Herb Allison número dos de Merrill Lynch entonces”, relata Roger Lowenstein en el libro When Genius Failed. (Cuando los genios cayeron) La fatídica suerte de Bear Stearns ya la saben: fue el primero en caer, comprado con urgencias el pasado marzo por JPMorgan a precio de quiebra y con la ayuda de la Fed.
- En el mismo sitio y casi a la misma hora
Las reuniones que tuvieron lugar hace apenas unos días, el 13 y 14 de septiembre, en el edificio de la Reserva Federal en Nueva York guardan enorme parecido con las mantenidas en la cuarta semana de septiembre de 1998. Los presidentes y consejeros delegados de las grandes entidades de inversión acudieron allí para negociar sobre las fórmulas para garantizar la estabilidad del sistema. Aunque quien manda en Estados Unidos es el presidente de la Reserva Federal, la Fed de Nueva York es la que vigila más de cerca Wall Street. Al final llegaron a un acuerdo bajo los auspicios de McDonough.
- Richard Fuld y Lehman, en la cuerda floja...
En aquellas reuniones cargadas de tensión, en las que los teléfonos echaban humo, Richard Fuld estaba al límite. La culpa la tenían los insistentes rumores sobre la más que posible caída de Lehman Brothers, el banco que presidía, por su exposición a LTCM. Su hado le ha estado esperando todo este tiempo en la puerta de su despacho. Diez años después, Fuld ha tenido que abandonar la nave mientras su barco se hundía camino de la suspensión de pagos.
- ...Y Merrill Lynch era el siguiente en la lista
Otra extraña coincidencia. El tercer banco donde los inversores veían más riesgo en 1998 era Merrill Lynch, (precisamente la entidad que había ayudado a John Meriwether, el fundador de LTCM a encontrar los primeros clientes), que en aquellos días de nervios e histeria veía desplomarse su acción sin piedad. La historia se ha vuelto a repetir este septiembre y esta vez el banco no ha tenido más remedio que echarse en los brazos de Bank of America para evitar la suspensión de pagos.
- Las ofertas fantasmas de Buffett
Hace tres semanas, antes de la quiebra de Lehman Brothers se rumoreó que Warren Buffett podía acudir al rescate del banco de inversión. Sin embargo, el oráculo de Omaha desapareció de escena, como también hizo en 1998 cuando se fue a navegar con su amigo Bill Gates. Se fue entonces a los fiordos de Alaska, en alta mar y con poca cobertura, después de hacer una oferta para hacerse a precios de ganga con los activos de LTCM. Algo también muy parecido a la propuesta que hizo en febrero de 2008 para quedarse con los activos de calidad de las aseguradoras monoline, que lógicamente rechazaron la oferta.
- El fracaso de los modelos académicos
John Meriwether, el fundador de LTCM, fue uno de los primeros en contratar a cerebros del prestigioso Massachussets Institute of Technology (MIT) para que aplicaran sus teorías sobre los mercados a la gestión de carteras. Y más en concreto, para que crearan modelos matemáticos que permitieran hacer arbitraje entre los distintos bonos. Primero lo hizo en Salomón Smith Barney, hasta que un escándalo de un miembro de su equipo le hizo abandonar la firma y se lanzó a crear el hedge fund más famoso de la historia.
Para mantener sus teorías, incluso incorporó al equipo a Myrón Scholes y Robert Merton, a la sazón premio Nóbel de Economía. Pero su modelo, basados en la eficiencia de los mercados, falló: sólo era perfecto en los laboratorios, pero no estaba preparado para lo imprevisible, para lo que el autor de best seller y ex broker Nassim Nicolas Thaleb definiría como cisnes negros. La volatilidad histórica de aquel verano le sobrepasó. Sus herederos en las finanzas actuales, los llamados fondos quant, también han encabezado la lista de damnificados por las subprime.
- El detonante: caída de ‘hedge funds’ hiperendeudados
En la actual crisis, el punto de inflexión llegó en junio de 2007 con los problemas de dos hedge funds de Bear Stearns, que se habían sobreapalancado para sacar el máximo al arbitraje de titulizaciones crediticias. Ambos quebraron a principios de agosto provocando el primer estallido de histeria en los mercados. Una secuencia similar a la de 1998, cuando LTCM se vio ahogado por las pérdidas en sus arbitraje de volalitidad. En su peor momento, llegó a tener activos por más de 100.000 millones (sin contar con la exposición a derivados) con unos recursos propios inferiores a los 1.000 millones.
- La envidia y la codicia: nadie conoce a nadie
El énfasis desmedido por ganar dinero, ignorando los riesgos, ha sido otro nexo. En LTCM, dentro del propio hedge, los socios quisieron quedarse toda la riqueza y llegaron a echar literalmente a algunos clientes; y entre la banca de inversión que hacía negocios con ellos, que estaba dispuestos incluso a no cobrar comisiones porque Meriwether les dejara invertir en una caja negra. Todo, bajo el influjo de sus fabulosas rentabilidades entre 1994 y 1997: un dólar invertido en marzo de 1994 llegó a revalorizarse hasta mas de cuatro dólares a principios de 1998. Cuando cayó LTCM, como todos pensaban que el de al lado podría estar peor, no se fiaban unos de otros, como sucede ahora con los activos tóxicos.
- Y, por supuesto, Meriwether
Él nunca se rinde. Después del fracaso de LTCM, su fundador creó otro hedge fund en 1999 llamado JWM Partners, que fue muy bien durante los primeros años, en los que pasó de 400 a 3.000 millones de dólares, pero tras sufrir un primer trimestre de fuertes perdidas en 2008 el patrimonio llegó a caer a la mitad, según las últimas informaciones sobre este obscurantista gestor.
* Vicente Varó es periodista y community manager en Unience.
La precipitada muerte de la banca de inversión americana quizá se habría evitado si Wall Street no hubiese olvidado una de las lecciones más importantes de la historia de los mercados: la que recibió hace diez años cuando el gigantesco hedge fund Long Term Capital Management (LTCM) estuvo cerca de cortocircuitar el sistema financiero. El desastre de estos últimos días ha sido como una brutal secuela de aquella crisis, en la que esta vez el guionista ha querido dejar finiquitada la trama con la práctica desaparición del sector. Un remake en el que se han repetido errores intrigas, personajes, entidades y escenarios, todo aderezado con enigmáticos requiebros del destino.
- El mal de ojo sobre Bear Stearns