Es noticia
Relájense y apuesten por la previsión social complementaria
  1. Economía
  2. Tribuna
José Antonio Herce

Tribuna

Por

Relájense y apuesten por la previsión social complementaria

Si queremos que en 2050 nuestro país tenga un ahorro previsional equivalente a la mitad de su PIB en ese año, hay que echar mucha más leña a la maquinaria de la PSC

Foto: Foto: Unsplash.
Foto: Unsplash.

En 2021, según el 'Thinking Ahead Institute' de Londres, los ahorros globales para la jubilación en el mundo alcanzaron un valor de 56,6 billones ('trillions') de dólares. Esta es, seguramente una cota inferior debido a diversos problemas que tienen estas recopilaciones a la hora de ser verdaderamente globales. En todo caso, recoge las inversiones de los planes de pensiones de los 22 mayores mercados de ahorro previsional del mundo. Una lista encabezada por los EEUU, que detentan 35 billones y que cierra España, con 44 millardos (0,044 billones, incluye solo los planes de empleo).

En número de veces en que estos ahorros superan el PIB en cada país, el mayor mercado local es Holanda, con 2,13 veces el PIB en ahorro previsional. Los EEUU tienen 1,5 veces el PIB, España 0,031 veces el PIB y China 0,022 veces el PIB.

La previsión social complementaria (PSC) en España es, pues, muy insuficiente. No me vale decir que en España no ahorramos para la jubilación porque ya pagamos bastante a la Seguridad Social y, además, esta nos da pensiones que sustituyen el salario previo a la jubilación en un 80%. Dejen de maldecir a la Seguridad Social y reparen en que los hogares españoles poseen montones de ladrillos y cemento (que normalmente llamamos viviendas) cuyo valor equivale a 3,5 veces el PIB. Bastante más de lo que Holanda tiene en forma de ahorros previsionales.

Foto: Foto: Unsplash/Josh Appel.

Por muy bien que lo haga la Seguridad Social, que está exhausta y no deberíamos pedirle mucho más, ya hay millones de pensionistas y habrá muchos más (los futuros trabajadores) que necesitan complementos de pensiones para llegar con tranquilidad a fin de mes.

Puede que el ministro Escrivá vea esto mucho mejor que tanta gente que se opone con verdadero furor ideológico a la extensión de los planes de pensiones de empleo y personales (no me gusta eso de “pensiones privadas”, pero me aguanto). Puede que, incluso, lo vea mejor que algunos agentes del mercado previsional, o del mundo corporativo, a quienes solo les preocupan las soluciones para quienes pueden aportar miles de euros al año o, hablando de futuro, poseen inmuebles de valor superior a los 700 mil euros para convertirlos en complementos de pensiones.

El caso es que la PSC lleva estancada en nuestro país desde hace más de una década y el valor de sus activos va a la deriva de la rentabilidad de los mercados (que puede ser muy buena o muy mala) en vez de cabalgar sólidamente a lomos de flujos estables y robustos de ingresos por aportaciones dignas de tal nombre realizadas por el conjunto de los asalariados (y sus empleadores) y los autónomos españoles. Si cada uno de estos aportase 1.500 euros al año (en media) para su PSC, con 20 millones de trabajadores, se ingresarían en las cuentas previsionales españolas 30 millardos de euros, solo algo menos de lo que, tras tres décadas y media de actividad, ha logrado reunir en forma de activos totales el sistema convencional de planes y fondos de pensiones de empleo.

Foto: Foto: iStock

Este martes 22 de febrero, el Consejo de Ministros aprobó, para su remisión al Congreso de los Diputados, el Proyecto de Ley de modificación del texto refundido de la Ley de Planes y Fondos de Pensiones. Esta es una buena noticia, sin paliativos, por más que en el articulado recién enviado al trámite parlamentario subsistan aspectos mejorables que esperemos puedan mejorarse en dicho trámite.

El proyecto de ley da luz verde a la promoción de los nuevos Fondos de Pensiones de Empleo por parte del sector público y regula los nuevos Planes de Pensiones de Empleo Simplificados, promovidos estos últimos por entidades asociativas (de autónomos o sectoriales, por ejemplo), mutualidades de previsión social u otros promotores cualificados. Que quede claro, que luego nos liamos en las tertulias: los Fondos públicos solo los promueve el gobierno, los planes simplificados no los puede promover el gobierno.

Hay muchas características positivas asociadas (luego hablo de aspectos mejorables o a aclarar) a estos desarrollos y solo cabe aplaudirlas. Entre ellas están que la gestión de los Fondos públicos será barata. Solo con que lo fuese como la es ya la de los planes convencionales de empleo estaría muy bien. Quizá no sepan que las comisiones de gestión de los planes de empleo en España son más bajas que en el Reino Unido. Cosa distinta son los planes personales. Otra característica deseable es que los planes simplificados permiten deducirse hasta 8,500 euros (a los que se suman hasta 1.500 euros deducibles en planes personales). Por fin, respecto a versiones previas, este proyecto de ley, ya no da a la Seguridad Social poder de veto sobre las decisiones de los gestores de los fondos y tampoco obliga a los promotores de planes simplificados de adscribirlos a los fondos públicos.

Si queremos que en 2050 nuestro país tenga un ahorro previsional equivalente a la mitad de su PIB, hay que echar mucha más leña al fuego

También hay aspectos debatibles, dudosos y mejorables. Entre estos últimos se sitúan la fiscalidad. Es verdad que no es mala y, sobre todo, permite a los trabajadores autónomos lo que se les estaba volviendo cada vez más complicado, dado el fuerte deterioro sufrido por la fiscalidad de los planes personales. Pero es incomprensible que los asalariados puedan deducirse hasta 8.500 euros y los autónomos solo la mitad. Es justamente esto de “la mitad” lo que me parece arbitrario. Sé que la garra de tributos es potente, pero creo que sus responsables tienen una visión miope y ofuscada de la fiscalidad previsional. La tabla de coeficientes de emparejamiento de aportaciones de los asalariados en los planes simplificados, por decirlo amablemente, es delirante. Es más, se dará a menudo la situación de que un autónomo, con una deducción nominal sensiblemente más baja, acabe aportando más que un asalariado.

Entre los aspectos por aclarar, hay algo que, en el proyecto de ley, ni se autoriza ni se prohíbe. Es decir, que las entidades financieras puedan promover planes simplificados, siquiera para los autónomos. O que los vehículos previsionales que estos trabajadores tienen suscritos en la actualidad (planes individuales o seguros de jubilación, por ejemplo) no se hayan asimilado, en tratamiento fiscal, a los Panes Simplificados.

Sigue pareciéndome incomprensible que todas las aportaciones realizadas a un vehículo previsional, cualquiera que este sea, no sean plenamente deducibles del impuesto de sociedades (si las hace un empleador) y del IRPF (si las hace un particular). O, al menos, que fuesen deducibles en la misma medida en que lo son las cotizaciones a la Seguridad Social, las haga quien las haga.

En fin, volviendo al arranque de esta tribuna, si queremos que en 2050 nuestro país tenga un ahorro previsional equivalente a la mitad de su PIB en ese año, hay que echar mucha más leña a la maquinaria de la PSC. Lo que ha hecho el ministro Escrivá con este proyecto de ley es, en mi opinión, marcar el hito más importante del que yo tengo memoria desde que se creó en España la normativa moderna de la PSC en los años 1987/88, hace ya 35 años. Mejoremos las cosas todos y apostemos por la previsión social complementaria.

*José Antonio Herce es economista.

En 2021, según el 'Thinking Ahead Institute' de Londres, los ahorros globales para la jubilación en el mundo alcanzaron un valor de 56,6 billones ('trillions') de dólares. Esta es, seguramente una cota inferior debido a diversos problemas que tienen estas recopilaciones a la hora de ser verdaderamente globales. En todo caso, recoge las inversiones de los planes de pensiones de los 22 mayores mercados de ahorro previsional del mundo. Una lista encabezada por los EEUU, que detentan 35 billones y que cierra España, con 44 millardos (0,044 billones, incluye solo los planes de empleo).

Planes de pensiones Seguridad Social
El redactor recomienda