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Democracia (o no) y globalización
La guerra en Ucrania estaría fortaleciendo la división del mundo en dos grandes bloques y la globalización sería la gran perdedora de dicha polarización
Según un reciente estudio (*), en este momento el mundo estaría dividido en dos grandes bloques, entre países democráticos y autocráticos. En 2021, los países democráticos (con, al menos, procesos electorales homologados) supondrían en torno al 35% de la población mundial, mientras que los países autocráticos (aunque algunos formalmente incorporen procesos electorales) representarían nada menos que el 65% de la población restante, con la importante duda de los autores de dónde encuadraríamos la India, que supondría un cambio de los porcentajes por su innegable peso en la población mundial.
En todo caso, y como viene siendo objeto de discusión reciente, la guerra en Ucrania estaría fortaleciendo esta división en bloques como no se había producido en los últimos 40 años. Y como también se comenta mucho estos días, la globalización (con sus pros y sus contras, pero que ha reducido la pobreza del planeta en torno a la mitad en los últimos años) sería la gran perdedora de dicha polarización. Esta globalización (que estaría en una tercera fase 'digital' después de la revolución de los 'transportes' y la 'financiera') sufriría de forma evidente, pues habrá nuevas variables a tener en cuenta a la hora de plantear un nuevo gran mercado único internacional.
Primero, ya es evidente que hay posibilidades reales de que líderes autocráticos inicien actividades bélicas de terribles consecuencias. Segundo, el bloque autocrático evitará depender de las grandes vías de comunicación y transacción globales (normalmente bajo el control del bloque de democracias liberales) creando sus propios instrumentos ante el 'aviso a navegantes' de unas sanciones que se están mostrando más efectivas de lo que cabría esperar atendiendo a la historia de las mismas (¿alguien se acuerda de que EEUU introdujo 'fuertes' sanciones a China a raíz de los sucesos de Tiananmén?). Y tercero, el bloque autocrático, al menos en el corto plazo, hará valer su indudable supremacía en el terreno de las 'commodities' industriales, agrícolas y, sobre todo, energéticas. Algunos ya dicen que ante este panorama la globalización, tal como la entendíamos (y deseábamos), está muerta.
Todo lo anterior no significa que el comercio mundial tenga que resentirse en términos absolutos. Hoy en día, y probablemente como consecuencia de la 'guerra tarifaria' entre EEUU y China, el comercio de este país y el grupo asiático de países Asean supera ya el correspondiente a la Unión Europea. Latinoamérica incrementa a pasos agigantados el comercio intra-Latam, a la vez que África lanza nuevas iniciativas de zonas de libre comercio interior en el continente. Incluso el propio Estados Unidos, bajo esta nueva Administración, parece proclive a lanzar nuevos proyectos de promoción en la innovación y la tecnología entre países que compartan 'valores democráticos y de libertad de mercado', con especial atención a países asiáticos como Japón.
Todo indica que este 'despertar' de conciencias entre vecinos de valores e ideas políticas se desarrollará en formato 'intra-bloques' (democráticos o autocráticos). Una India (por desgracia, con cada vez más 'ramalazos' no democráticos) incrementa su influencia dentro de su ámbito de relaciones internacionales. En este sentido, los países del Golfo y Arabia Saudí son la gran incógnita por su evidente peso en el ámbito energético. En todo caso, como siempre en la vida, existirán jugadores que prefieren jugar a dos bandas.
(*) Varieties of Democracy Project. Our World in Data. 2021.
*Javier Méndez Llera. Secretario general del Instituto Español de Analistas Financieros.
Según un reciente estudio (*), en este momento el mundo estaría dividido en dos grandes bloques, entre países democráticos y autocráticos. En 2021, los países democráticos (con, al menos, procesos electorales homologados) supondrían en torno al 35% de la población mundial, mientras que los países autocráticos (aunque algunos formalmente incorporen procesos electorales) representarían nada menos que el 65% de la población restante, con la importante duda de los autores de dónde encuadraríamos la India, que supondría un cambio de los porcentajes por su innegable peso en la población mundial.
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- Globalización, tocada pero no hundida The Wall Street Journal
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