Innovación y colaboración para atajar la exclusión financiera

En el acceso al efectivo recae parte de la solución para hacer frente a la problemática de la exclusión financiera y social de una proporción nada despreciable de la población en nuestro país. Porque no estamos ante la casuística puntual de pequeñas minorías, estamos ante un importante segmento de la población que, por sus características de edad o situación geográfica, afronta ya las consecuencias de dicha exclusión. Y a la vista de las tendencias sociodemográficas, todo apunta a que cada vez será mayor.

A principios del mes de abril, el Banco de España volvió a ponerlo de relieve en la Intergraf Currrency+Identity Conference. En su ponencia 'Infraestructura del efectivo y vulnerabilidad en el acceso al efectivo en España', la entidad expuso que hasta 1,3 millones de ciudadanos, nada más y nada menos que el 3% de la población española, se encuentran en situación de “vulnerabilidad” financiera tras el desmantelamiento de sucursales bancarias. Desde 2008, la reducción del número de puntos de acceso al efectivo “ha sido muy notable”, abundó el banco.

De hecho, el número de oficinas ha caído a casi la mitad y la cifra total de cajeros automáticos se ha reducido un 20%. Es más, la concentración desigual de los puntos de acceso al dinero en metálico es otro hándicap: un 78% de estos se sitúa en localidades con más de 10.000 habitantes, que tan solo representan el 38% de los municipios en nuestro país.

"La OCU eleva a 1,4 M las personas que están en riesgo de exclusión financiera en España por no tener acceso a los servicios esenciales"

El efectivo es un servicio financiero básico y su acceso resulta cada vez más difícil para una determinada parte de la sociedad, concretamente la que vive en zonas rurales con población mayor. Sobre esto advierte también la OCU en su diagnóstico sobre 'Consumidor vulnerable y servicios financieros en el mundo rural', en el que eleva la cifra a 1,4 millones de personas en riesgo de exclusión financiera en España por no tener acceso a los servicios esenciales, como la retirada de efectivo.

El estudio nos recuerda que un 20% de la población española tiene más de 65 años, y muchos de ellos viven en municipios poco poblados, donde el cierre de oficinas tiene consecuencias directas sobre su vida, dejando a sus habitantes sin acceso al efectivo ni a servicios bancarios. En Castilla y León, el 37% de residentes de localidades con menos de 5.000 habitantes no dispone de ningún cajero.

Ambos informes recomiendan la adopción de medidas urgentes para frenar esta situación, y no faltan ideas: mantener infraestructuras físicas, colaboración entre administraciones y entidades, oficinas de Correos, establecimientos comerciales, administraciones de loterías… En definitiva: nuevas soluciones articuladas con base en modelos de colaboración para atajar los riesgos de exclusión financiera y social. Porque, aunque el panorama económico y social ha cambiado mucho, la necesidad de acceso al dinero en efectivo sigue estando ahí.

Instituciones, organismos y administraciones ya han movido ficha ante la transcendencia de los datos y la expectativa social generada a raíz de iniciativas tales como 'Soy mayor, no idiota', de Carlos San Juan. Entre los principales proyectos que ya están en marcha, cabe destacar la aprobación el pasado mes de noviembre del Real Decreto-ley 24/2021, que impide la negativa a aceptar pagos en metálico, entendiendo que el consumidor debe tener garantizado su derecho de libertad de elección del método de pago que más le convenga en cada momento.

En esta línea, la ley de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica insta al Gobierno a tener listas —este próximo mes de junio— medidas para evitar la exclusión financiera. Por su parte, las patronales bancarias han presentado un protocolo, un plan de choque, para combatir la exclusión financiera de personas mayores, discapacitados y residentes en zonas rurales.

Iniciativas como cajeros móviles, bibliocajeros, las oficinas de Correos o el 'cashback' a través de los comercios ayudan a disponer de efectivo

También los gobiernos autonómicos y locales han entendido que deben tomar cartas en el asunto y han empezado a implementar medidas que aseguren el acceso al efectivo en las áreas más despobladas. La principal apuesta es la instalación de cajeros automáticos con la implicación directa de los ayuntamientos y las diputaciones, además de la industria para la gestión del dinero en efectivo. Comunidades más castigadas por la desbancarización, como Castilla y León o Castilla-La Mancha —con las que estamos colaborando activamente—, ya están desplegando estas redes de cajeros para facilitar el acceso al efectivo de una población muchas veces mayor y sin oportunidades de traslado a otros núcleos urbanos.

Existen otras iniciativas, como los cajeros móviles o nuestros bibliocajeros, que visitan de forma periódica numerosas regiones de Castilla y León, Euskadi o La Rioja, entre otras, o la apuesta por acercar el efectivo a la población a través de las oficinas de Correos. El 'cashback' es otra de las propuestas que están permitiendo a la población en algunas zonas acceder al metálico, a través de los comercios, a pesar de no disponer de cajeros u oficinas bancarias. El cierre de sucursales también ha afectado a muchos negocios y pequeños comercios que deben desplazarse diariamente para ingresar sus recaudaciones o realizar cualquier operación en dinero físico. Para ellos ya existen nuevas soluciones como 'cash today', que permite “automatizar y digitalizar” la gestión del efectivo sin necesidad de traslados.

En estos proyectos, y otros en esta misma dirección, trabaja la industria de gestión del efectivo, con especial atención a las innovaciones que mejoran la equidad, el acceso de la población al efectivo y la garantía de sus derechos financieros. Porque si de algo estamos convencidos es de que se necesitan soluciones novedosas con máxima coordinación y colaboración público-privada.

*Luis Oro es director de Innovación y Productividad de Prosegur Cash.