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A vueltas con la vuelta

Habrá otoño caliente en España. El paro, el precio de la energía, la subida del SMI, la devolución de préstamos del ICO... Convendría afrontar de cara el problema que se avecina

Foto: Foto: EFE/Mariscal.
Foto: EFE/Mariscal.

Aunque esté recién iniciada La Vuelta Ciclista a España, no me estoy refiriendo a ella. Seguro que esta es más divertida, más competida y seguida con más cariño por muchos, con la esperanza de que algún compatriota se pueda vestir el maillot rojo (al menos, ese es mi deseo). Antes de comenzar las merecidas vacaciones para todos, pero que solo hemos tenido la fortuna de tomarnos unos cuantos (primer indicador de que algo va mal), ya anunciamos algunos, entre los que me encuentro, que tras las vacaciones se vislumbraba por el horizonte un otoño caliente. Durante el mes de agosto, he estado pegado a la pantalla de mi móvil haciendo un seguimiento a las noticias económicas, con la esperanza de que alguien me diera una colleja por haberme equivocado. Aún la espero, si bien las noticias que he ido leyendo estos días no son alentadoras.

Lo que nos espera tras el verano

No les voy a hacer un repaso completo a las noticias, algunas novedosas y otras no, que han ido apareciendo, pero sí que hay que hacer un resumen, pues con ellas cada uno de ustedes podrá sacar sus propias conclusiones. ¿Se trata de la teoría de la profecía autocumplida por culpa de algunos agoreros a los que nos publican en los medios dichas profecías? ¿O es que realmente estamos comprometidos por indicadores que nos llevan al abismo que se ha ido pronosticando? Decida usted.

Le recomiendo un repaso a la evolución de nuestro IPC y el IPC subyacente. Pero si le queda alguna duda, el presidente del Bundesbank ha pronosticado que en otoño Alemania presentará una inflación del 10%. En julio, los precios de producción en este país han subido un 37,2%. Una visión un poco más amplia nos lleva a las huelgas que se están produciendo en Reino Unido como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.

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Foto: EFE.

Consecuencia del incremento global de precios es la subida de los tipos de interés. En España, la devolución del capital de los ICO era ya un tema recurrente en la literatura periodística, por las dificultades de muchas empresas para hacerlo debido a no haber recuperado aún los ingresos previos al covid. Ahora, tanto las que cuentan con algún ICO como todas aquellas que están endeudadas con cualquier tipo de préstamos están viendo cómo el servicio de la deuda crece, y de una forma para lo que muchas no estaban preparadas (¿Quién esperaba este cambio de tendencia tan brusco en el Euribor?).

Nada que decir ya del precio de la energía. Bueno, sí, algo. No hay forma de contenerlo hasta la fecha. Pero es que nos encontramos con una incertidumbre nueva derivada de la sequía que nos asola, no solo a España, sino a muchos países del mundo. Es tan dura esta sequía que lagos y ríos están dejando al descubierto ‘tesoros’ de la guerra mundial o ‘regalos’ de las mafias en modo de cadáveres con balas de los 70. Pero si eso puede ser cuando menos curioso, el efecto directo sobre el transporte fluvial está siendo de momento muy duro. Como lo está siendo la elevación del coste de generar energía hidroeléctrica. Veremos dónde nos lleva esta nueva incertidumbre; tendremos que ponernos a bailar la danza de la lluvia.

Cada vez son mayores los esfuerzos para convencernos de que las cifras de empleo son buenas

El mercado de trabajo en España, por volver de vez en cuando a nuestro país, nos deja con serias dudas sobre las cifras que arroja mes a mes. Dije hace unas semanas que iba a esperar un poco más para pronunciarme; seguiré con esa máxima, pero cada vez son mayores los esfuerzos del señor Escribano para tratar de convencernos de que las cifras, si se desestacionalizan son buenas. Malo. BBVA Research, la escuela del propio Escribano, anuncia señales negativas en el mercado de empleo, no lo decimos los Gestores Administrativos ni otros agoreros.

Desde 2017, España es el segundo país que más ha crecido en cuanto al SMI. Tampoco me voy a pronunciar demasiado, pero hace unos meses, tres o cuatro, presentamos datos que mostraban que, en los últimos tres años, una empresa española de cuatro trabajadores habría sufrido un impacto consecuencia de las subidas del SMI de un 40% en la masa de salarios y seguros sociales. Las cosas están como están, pero el otoño nos traerá una nueva incertidumbre: se han anunciado por la ministra nuevos incrementos en el SMI.

Estos días he leído también la denuncia de expertos en cuanto a los problemas para reestructuración de deudas por aquellas empresas abocadas al concurso. El origen se encontraría en la velocidad a la que la Agencia Tributaria daría el ok a la reestructuración de las operaciones en aquellas empresas que cuentan con préstamos ICO, donde su beneplácito es obligado.

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Foto: iStock.

Voy ahora a un índice creado por el economista Arthur Okun en 1973, el ‘índice de la miseria’, que suma el índice de inflación más el de paro. España estaría en un 23,4%, con solo cinco países en peor lugar (países bálticos y Grecia) frente al 10,3% en Alemania, el 14,2% en Portugal, el 16% en Italia o el 13,3% en Francia, países de nuestro entorno. Se está produciendo un empeoramiento a nivel global de este índice en 2022.

Por dar dos pinceladas más: la caída del mercado inmobiliario en Estados Unidos por sexto mes consecutivo y la incertidumbre que provienen de la situación bélica de Rusia y de China, situación que no me atrevo a definir.

Quiero ser optimista, pero…

Me encantaría poder ser optimista y también me encantaría que me dieran la colleja que comentaba al principio de este artículo. Deseoso de equivocarme y de que el otoño sea tranquilo y podamos disfrutar de un final de año feliz. Pero si las preocupaciones pasan por las elecciones del próximo año, por encima de los problemas que pueden encontrar a la vuelta de la esquina cientos de miles de trabajadores, por cuenta ajena o por cuenta propia, me temo que estamos encarando mal los meses que vienen. Y que no me equivocaré.

Casi tres millones de empresas, con cerca del 50% del mercado laboral privado, cientos de miles de autónomos, que se han dejado las cejas para poder sobrevivir al covid, no se merecen que se les ignore. Ahora, que nadie se olvide, los empresarios mileuristas y los autónomos dueños de pequeños negocios también votan. Y la crisis nos está afectando al bolsillo a todos. Bueno, a casi todos… y ahí lo dejo.

No deberíamos esperar a que se repita el ciclo, sino afrontar la realidad cuanto antes

Sería inteligente afrontar los próximos meses contando las cosas como realmente están, tomando las decisiones que nos permitan salir cuanto antes, asumiendo el coste político que haya que asumir. Porque lo contrario será un 2023 duro de elecciones, perdido, un 2024 postelecciones donde imagino que se tratará de corregir el lío en el que nos han metido. Y en 2025 empezaremos a recuperarnos. Lo hemos vivido antes. Pero no por ello deberíamos esperar a que se repita el ciclo, sino que lo suyo sería afrontar la realidad, por dura que sea, cuanto antes.

* Fernando J. Santiago Ollero es presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos

Aunque esté recién iniciada La Vuelta Ciclista a España, no me estoy refiriendo a ella. Seguro que esta es más divertida, más competida y seguida con más cariño por muchos, con la esperanza de que algún compatriota se pueda vestir el maillot rojo (al menos, ese es mi deseo). Antes de comenzar las merecidas vacaciones para todos, pero que solo hemos tenido la fortuna de tomarnos unos cuantos (primer indicador de que algo va mal), ya anunciamos algunos, entre los que me encuentro, que tras las vacaciones se vislumbraba por el horizonte un otoño caliente. Durante el mes de agosto, he estado pegado a la pantalla de mi móvil haciendo un seguimiento a las noticias económicas, con la esperanza de que alguien me diera una colleja por haberme equivocado. Aún la espero, si bien las noticias que he ido leyendo estos días no son alentadoras.

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