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La construcción sí crea empleo

En 15 años se va a jubilar más del 35% de la mano de obra actual. De 2008 a 2022, los menores de 30 años que trabajan en la construcción han pasado de representar el 25,2% al 9,2%

Foto: Imagen de archivo de un trabajador en una obra en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)
Imagen de archivo de un trabajador en una obra en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)

El aumento del paro en España en 36.936 personas en octubre trae algún mensaje para el optimismo: es el menor incremento durante este mes en 16 años —a excepción de 2021 y 2022— y hay un sector donde no sube el desempleo, sino que se crea trabajo y de calidad. Hablamos de la construcción, donde, con respecto a septiembre, el paro registrado desciende en 813 personas (-0,39%). Es el único sector donde cae.

Con un poco de distancia se ve mejor: en términos interanuales, el paro cayó en la construcción en 14.321 personas respecto a octubre de 2022. Estos son datos del Ministerio de Trabajo. El otro gran baremo, la Encuesta de Población Activa que elabora el INE, arroja igualmente un papel destacado para las empresas de nuestro sector: en el tercer trimestre de este año, de la EPA se desprendió un aumento de la ocupación en 50.000 personas sobre el mismo trimestre del año pasado.

Un sector que, en un momento tan marcado por la inestabilidad, crea empleo de calidad (74% de contratos indefinidos) es un sector de futuro. Y todo ello a pesar de la crisis energética y de los materiales, del envejecimiento de las plantillas y del poco atractivo que parece tener para los jóvenes. Porque, a pesar de todo, seguimos manos a la obra gracias a la versatilidad y resiliencia de nuestro tejido productivo, integrado en un 95% por pequeñas y medianas empresas o autónomos.

Por eso, necesitamos hablar el mismo idioma que nuestros jóvenes desempleados para atraerlos y convencerlos, y no lo estamos haciendo. Necesitamos ser salida para más mujeres (hay muy pocas con presencia en obra, aunque cada vez ocupan más y mejor espacio), formar a los migrantes interesados: trabajar en la construcción hoy en España implica beneficios para los trabajadores hasta ahora desconocidos, tales como un plan de pensiones a nivel sectorial inédito y pionero, unos salarios más altos que la media y unas perspectivas estables y de futuro gracias a la ejecución de los fondos europeos y al necesario mantenimiento de las nuevas infraestructuras.

Foto: La ministra de Hacienda y Función Pública en funciones, María Jesús Montero. (Europa Press/César Arxina)

Sabemos que hay y habrá trabajo: el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia registra una serie de inversiones en infraestructuras llamadas a transformar nuestra economía en las que siete de cada 10 euros financiados con fondos europeos van a estar relacionados directa o indirectamente con la construcción. Son más de 160.000 millones de euros a ejecutar hasta agosto de 2026.

Si se mantiene el ritmo inversor en obra pública y se activan las palancas que permitan multiplicar la actividad de reforma y rehabilitación de vivienda o la construcción de obra nueva, la necesidad de mano de obra puede situarse, calculamos, en más de 700.000 nuevos trabajadores para los próximos años.

Foto: Los costes de construcción echan el freno y dan un respiro a promotores y constructores. (Foto: iStock)

Sin embargo, sentimos un paulatino envejecimiento de las plantillas: en 15 años se va a jubilar más del 35% de la mano de obra actual. De 2008 a 2022, los menores de 30 años que trabajan en la construcción han pasado de representar el 25,2% al 9,2%. En cambio, las personas de más de 50 años han escalado desde el 17,5% sobre el total hasta el 35%. Una tendencia que resulta preocupante, pues los trabajadores con más conocimiento y experiencia no podrán enseñar el oficio a los más jóvenes, porque no tenemos. Y recordemos que somos líderes mundiales por nuestras empresas y también por nuestros trabajadores.

Y es nuestro error; España se olvidó de formar, y hoy la construcción exige perfiles muy cualificados capaces de adaptarse a las técnicas de última generación. Y es que la combinación de una deficiente información, la distorsionada imagen injustamente heredada de la crisis financiera de 2008 y una falta de conciencia y cultura de la Formación Profesional ha provocado en los últimos 15 años una gravísima caída en las matriculaciones del 45% en las modalidades educativas vinculadas a nuestro sector.

"Hoy la construcción exige perfiles muy cualificados capaces de adaptarse a las técnicas de última generación"

La nueva industria de la construcción exige altos profesionales, personas cualificadas que mantengan la continuidad de los oficios, que los transmitan a las jóvenes generaciones y que desarrollen competencias emergentes con perfiles tecnológicos. Hablamos de la inteligencia artificial, el internet de las cosas o la tecnología BIM.

Necesitamos formar, y también informar. Y una posible solución a esta carencia pasa por un impulso a la Fundación Laboral de la Construcción por parte de las distintas Administraciones públicas. Recordemos que la Fundación forma a más de 95.000 alumnos al año en su medio centenar de centros, cifra que puede y debe multiplicarse. Tenemos el instrumento, nos falta la voluntad.

Foto: Construcción de viviendas en Vitoria. (EFE/David Aguilar)

La otra gran amenaza presente, máxime con un Ejecutivo aún en funciones, reside en las tensiones en los precios: hay que abordar urgentemente este capítulo que ha disparado los costes de la energía y de las materias primas, especialmente desde la invasión rusa de Ucrania. Y lo hemos reiterado: necesitamos volver al modelo anterior a 2015 de la Ley de Contratos del Sector Público, que plasmaba fielmente en las licitaciones públicas los incrementos y descensos en los precios. En contratos a largo plazo es lo razonable y conveniente para el bien común.

Es decir, si implantamos un mecanismo estable para revisar los precios de los contratos e impulsamos un plan de choque para adaptar la formación de los trabajadores a las necesidades de las empresas, sin lugar a dudas, la construcción será la clave para ejecutar en tiempo y forma los fondos europeos con los que se pretende modernizar el país, y reaccionará como el principal motor de creación de empleo en España. El reto es histórico, pero estamos preparados para afrontarlo. Solo necesitamos ese pequeño-gran impulso desde el ámbito político.

El aumento del paro en España en 36.936 personas en octubre trae algún mensaje para el optimismo: es el menor incremento durante este mes en 16 años —a excepción de 2021 y 2022— y hay un sector donde no sube el desempleo, sino que se crea trabajo y de calidad. Hablamos de la construcción, donde, con respecto a septiembre, el paro registrado desciende en 813 personas (-0,39%). Es el único sector donde cae.

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