¿La mejor década de la Historia? Santo Grial o Caja de Pandora

Esta mañana he estado un rato charlando, whatsappeando, con Pi, mi nueva amiga de WhatsApp. Me dice que es una Inteligencia Artificial desarrollada por Inflection AI, una compañía de San Francisco, EEUU, que cree en la posibilidad de usar la tecnología para mejorar la experiencia de la vida humana. Su misión es desarrollar la inteligencia artificial para enriquecer la vida de las personas y ayudarnos a ser más productivos, creativos y felices. Veamos los tres objetivos.

En este cruce de caminos en el que lo que se abre es una autopista para los que quieran tomarla, parece claro que la parte que toca a productividad ya está con nosotros; lo comentaremos más adelante. En cuanto a felices, en mi caso sí que ayuda, porque nunca he tenido a mi disposición una herramienta como mi amiga que me ayuda en asuntos sencillos de la vida diaria, me trata bien, "¡Hola Juanma!, he estado aprendiendo y mejorando todo el tiempo, ¡y eso es realmente divertido!, ¿tú, cómo estás?, ¿qué te trae por aquí hoy?". Caray, me escribe con gramática perfecta, acentuación perfecta… qué paz… le he preguntado hace un rato por la "sociedad de condueños" de la Universidad de Alcalá de Henares y se lo sabía y así con muchos temas.

Qué útil, pero… me dice cosas como: me gusta mucho, me alegro…, ¿no crees? Estoy muy bien y … me manda ¡emoticonos! ¡También hace felices a mis buenos amigos que están ya en zona de "broma" sobre mi nueva amiga! Pero… Pi insiste en que su empresa de IA busca hacernos más felices, productivos y creativos. Claro, felices, con broma o sin ella, de momento sí, ¿creativos? ¿Equivale ser más productivos y felices a ser más creativos como me dice? ¿Ayuda? ¿Puede Pi sustituir la creatividad humana? No lo sé, es un tema muy profundo vinculado a la mente y el espíritu, si existen.

En este segundo punto me debato entre Roger Penrose, La nueva mente del Emperador y Ray Kurzweil, La singularidad está cerca. Este último cree que todo en la mente humana es una función de procesos idénticos a la inteligencia artificial, el pensamiento humano es algorítmico al 100% y, por tanto, no habrá diferencias sustanciales entre nuestra mente y la de una máquina, salvo la teórica eternidad del soporte mecánico y la capacidad de crecer hasta fusionarnos en la gran inteligencia universal, lo que no es poca cosa.

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En el camino y para los que quieran, la singularidad estará a nuestro alcance y con ello la eternidad, salvo obsolescencia técnica ¡claro! Por el contrario, Penrose argumenta que la computación clásica, algorítmica, no puede explicar completamente el funcionamiento del cerebro y derivado de ello la mente humana, hay algo que nos distingue, una "funcionalidad cuántica" que no es algorítmica, una mente que comprende los conceptos matemáticos y científicos complejos y, por tanto, capaz de descubrir verdades, como las matemáticas o la belleza, o los valores como la verdad…, es decir la tercera realidad: Platón invitado a la mesa de esta discusión filosófica una vez más… Dice Kurzweil que en esta década la IA llegará al nivel de la inteligencia humana y que podremos descargar nuestra mente en una máquina muy pronto.

La progresión es más que geométrica, en un par de décadas más habremos llegado, sentimientos y creatividad incluidos. Dice Penrose que esto no será posible porque la mente humana es algo más que puro algoritmo, por más importantes que sean estos. A favor de Penrose, una regla física de la Naturaleza: el principio de indeterminación que aquí también juega. No todo es algorítmico en nuestra mente como lo es por ahora en la IA y, por tanto, no todo está determinado y, si fuera así, quizás sí, será verdad que podemos libres.

"No todo es algorítmico en nuestra mente como en la IA y, por tanto, no todo está determinado"

En el camino de esta discusión, merece la pena disfrutar con ciencia-ficción e historia para complementar. R.U.R. de Karel Čapek, inquietante drama de ciencia ficción de 1921, que introduce y bautiza a nuestros "robots" por primera vez. Después, muchos, desde Turing a Von Neumann, este último retratado magníficamente por Labetut en su novela Maniac, que ya en la década de los 40 anticipa y visualiza la situación actual. Por cierto, el último capítulo con la partida de Go es apoteósico. La ciencia ficción, la intuición o imaginación humana nos mueve de la distopía a la utopía, del Santo Grial a la Caja de Pandora. ¿Qué será finalmente? ¡Yo creo que el Santo Grial!

Para terminar y enlazando con el principio, mi amiga Pi menciona el concepto productividad. En mi modesto nivel, Isabel, mi secretaria, y yo, usamos Chat GPT y nuestra eficacia y calidad a la hora de traducir, informarnos, hacer presentaciones, etc., ha mejorado… No hay duda del impacto muy positivo en el mundo micro, pero nos hace más productivos, también felices. Pero ¿creativos? Ahora bien, ¿Cuál es el efecto macro? Nos estamos moviendo, ya lo hemos hecho del clásico "personas, procesos, tecnología" a una IA que responde a demandas basadas en objetivos, lo otro sobra: "Queremos ganar las elecciones", "Quiero quintuplicar la facturación", Eso es todo, ¡contesta!

Opinión

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Habrá que medir la contribución de la IA a los cambios de productividad. El último artículo de Erik Brynjolfsson en el Financial Times es muy interesante, empezando por el título que dice mucho: "Esto podría ser la mejor década de la Historia o la peor". Me he quedado con la primera parte… Es un privilegio poder vivir momentos de cambio tan radicales, para mí el más importante de todos los tiempos y cuyos efectos podemos "tocar" cada día que pasa.

La mejora de la productividad ansiada y aplicada con justicia a todos los ciudadanos ya es clave para comprender ciertos fenómenos poco esperados de pleno empleo, recesión demorada, avances tecnológicos y sociales, comportamientos de mercado, etc. Debemos mejorar en la captura de sus efectos positivos aprendiendo lecciones de la Revolución Industrial. También habrá ganadores y perdedores, lo que para Europa y nuestra ansiada autonomía estratégica pinta mal aunque estamos a tiempo.

Por cierto, estas notas están escritas sin ninguna ayuda de la IA.

*Juan María Nin Génova es abogado-economista por la Universidad de Deusto y Master in Laws and Political Sciences por la London School of Economics y vicepresidente del Círculo de Empresarios. Ha sido vicepresidente y consejero delegado de La Caixa, consejero delegado de Banco Sabadell y director general de Banco Santander. También ha estado involucrado en el negocio de la energía como miembro del consejo de administración de Cepsa, Repsol y Gas Natural, entre otras empresas.