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El 25-M de Zapatero: en Venezuela con Chávez (aló, presidente)
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José Antonio Zarzalejos

Las Claves de la Jornada

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El 25-M de Zapatero: en Venezuela con Chávez (aló, presidente)

Se atribuye al Rey de Francia Luis XV la expresión de “después de mí, el diluvio”. Pues parece hecha para Rodríguez Zapatero porque después de su

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Se atribuye al Rey de Francia Luis XV la expresión de “después de mí, el diluvio”. Pues parece hecha para Rodríguez Zapatero porque después de su gestión en el PSOE, efectivamente, ha caído sobre su partido el diluvio en forma de reproches sociales y políticos y derrotas electorales. Bien porque carece de conciencia de sus responsabilidades y del sentido estético que comportan, bien porque quiere estar lo más lejos posible de España el 25-M -más concretamente de Sevilla-, el ex presidente se va a estrenar haciendo bolos en Venezuela cuando aquí los socialistas se juegan el ultimísimo bastión de poder.

Chávez acogerá al leonés como el ex presiente le acogió en Madrid. Va a dar una conferencia a las Cámaras de Comercio venezolanas. No hay constancia sobre qué disertará Zapatero pero no, seguramente, sobre la detección precoz y prevención de las crisis económicas, ni sobre el modo de sortearlas y resolverlas. Quizás lo haga sobre la Alianza de las Civilizaciones o, más propiamente, sobre su tendencia a retrotraer la política exterior a la época de los países no alineados que ha sido la que él ha practicado con los desastrosos resultados que ahora recogemos.

El viaje a Venezuela de Zapatero -y a Venezuela tenía que ser- en el fin de semana más dramático para su partido, en muy buena medida debido a su pésima gestión, proyecta los perfiles auténticos de un personaje que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias salvo cuando se lo han impuesto bajo amenaza (mayo 2010). Su falta de cálculo, su progresismo impostado, la frivolidad de sus decisiones y la endeblez intelectual y política de buena parte de sus colaboradores han sido detonantes sucesivos que han llevado al PSOE a la derrota autonómica y local del 22-M, al histórico fracaso del 20-N, al pírrico 38º Congreso de Sevilla y, el domingo próximo, a la pérdida más que probable de Andalucía. Zapatero ha dejado al PSOE tan suficientemente destrozado como para que se hable ya de una refundación del socialismo español que se encontraría como el italiano tras la égida perniciosa de Craxi.

Su huida a Venezuela -se supone que bien remunerada- cuando su presencia, aunque fuese simbólica, era aquí obligada el próximo domingo, revela el respeto político que el personaje se tiene a sí mismo y a su partido. Muchos socialistas preferirán que Zapatero interprete en Venezuela su particular Aló Presidente y, a poder ser, que no se asome por estos lares, pero para la dignidad de la Secretaría General del PSOE que él ocupó, su estancia americana en  los peores momentos de tribulación de su partido, es un oprobio. González se ha dado cuenta del desastre y, al final, estará con Rubalcaba mañana en Sevilla. Y es que todavía hay clases.

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Se atribuye al Rey de Francia Luis XV la expresión de “después de mí, el diluvio”. Pues parece hecha para Rodríguez Zapatero porque después de su gestión en el PSOE, efectivamente, ha caído sobre su partido el diluvio en forma de reproches sociales y políticos y derrotas electorales. Bien porque carece de conciencia de sus responsabilidades y del sentido estético que comportan, bien porque quiere estar lo más lejos posible de España el 25-M -más concretamente de Sevilla-, el ex presidente se va a estrenar haciendo bolos en Venezuela cuando aquí los socialistas se juegan el ultimísimo bastión de poder.

Hugo Chávez