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Ni trama del PP ni trama contra el PP: unos cuantos sinvergüenzas
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Antonio Casado

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Ni trama del PP ni trama contra el PP: unos cuantos sinvergüenzas

Malos tiempos para matizar. Y encima, vísperas electorales. Lo que faltaba para contaminar todavía más nuestro ya miserable debate político y mediático. Demasiado ruido. El sectarismo

Malos tiempos para matizar. Y encima, vísperas electorales. Lo que faltaba para contaminar todavía más nuestro ya miserable debate político y mediático. Demasiado ruido. El sectarismo nos aturde a todos, salvo a los sectarios, que han encontrado en estos foros el anónimo excusado de sus vomitonas. Razón de más para intentar abrirse paso entre la maleza. Intentarlo, al menos. No hay trama del PP, pero sí algunos sinvergüenzas que el PP debería ser el primer interesado en retirar de la vida pública. Ni trama contra el PP, pero sí una sindicación político-mediática interesada en amplificar al máximo unos hechos presuntamente delictivos que obran en un sumario judicial, con el propósito no disimulado de perjudicar políticamente a sus adversarios.

A partir de ahí me niego a meter en el mismo saco a Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, y al ex alcalde de Boadilla, por ejemplo, o al ex consejero López Viejo, como víctimas de una perversa y muy elaborada conspiración socialista en connivencia con respetables instituciones del Estado, como se repite hasta la saciedad. Por lo que ha transcendido ya de un sumario declarado secreto y por lo que uno sabe, es muy sucia la jugada contra el presidente valenciano. Y, en todo caso, sobre un tema menor: la confección de unos trajes que, me consta, pagó de su bolsillo, salvó los que devolvió porque no quedaron a su gusto.

Tampoco podemos pasar por alto el pronunciamiento del líder, Mariano Rajoy, que ayer se refería a Camps en estos términos: “Es un político honrado”. Ahora comparen ustedes esta declaración con la negativa de Rajoy a poner la mano en el fuego por Esperanza Aguirre ¿Por qué, entre tantas apelaciones a la unidad del partido, no dispensó una deferencia semejante el otro día, en Antena 3, a Esperanza Aguirre?  Como se ve, Mariano Rajoy nos está diciendo que todo es lo mismo –causa general contra el PP mediante el uso partidista de las instituciones-, pero no todo es igual.

Pues, eso. Que tampoco es lo mismo el justo llamamiento de Zapatero a respetar el funcionamiento del Estado de Derecho, que deberían aplicarse quienes acusan diariamente al juez Garzón de prevaricar por estar actuando políticamente, y la retransmisión en directo de un sumario judicial, que deberían aplicarse sus presuntos filtradores (la Fiscalía, la Policía o el propio juez). Como no es lo mismo el ministro Bermejo que practica la caza porque le gusta, allá él y su torpeza al elegir compañeros de montería, que el ministro Bermejo que incumple una norma legal (cazar sin licencia) y que podría haber recibido regalos cinegéticos por su condición de ministro de Justicia (véase el artículo 426 del Código Penal).

Respecto a su compañero de viaje en la conjura de los venados, Baltasar Garzón, uno prefiere al juez estrella que suspende las actividades de los amigos de ETA (D3M y Askatasuna), que al juez estrella que ya esta tardando en inhibirse a favor de los Tribunales Superiores de Madrid y Valencia, como le ha pedido la Fiscalía. Y cuando se inhiba, facilitando así la justa exigencia del PP de un juez imparcial para instruir la causa por supuestos delitos de soborno, tráfico de influencias, blanqueo de dinero y evasión fiscal, también habrá desaparecido el principal motivo para seguir tapando las corruptelas de unos cuantos sinvergüenzas, que los hay en todos los partidos.

Malos tiempos para matizar. Y encima, vísperas electorales. Lo que faltaba para contaminar todavía más nuestro ya miserable debate político y mediático. Demasiado ruido. El sectarismo nos aturde a todos, salvo a los sectarios, que han encontrado en estos foros el anónimo excusado de sus vomitonas. Razón de más para intentar abrirse paso entre la maleza. Intentarlo, al menos. No hay trama del PP, pero sí algunos sinvergüenzas que el PP debería ser el primer interesado en retirar de la vida pública. Ni trama contra el PP, pero sí una sindicación político-mediática interesada en amplificar al máximo unos hechos presuntamente delictivos que obran en un sumario judicial, con el propósito no disimulado de perjudicar políticamente a sus adversarios.