Es noticia
Los independentistas catalanes se divierten
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Los independentistas catalanes se divierten

Convocadas por las asociaciones integradas en la llamada Plataforma del Derecho a Decidir, un movimiento ciudadano ni más ni menos legítimo que el movimiento ecologista, el

Convocadas por las asociaciones integradas en la llamada Plataforma del Derecho a Decidir, un movimiento ciudadano ni más ni menos legítimo que el movimiento ecologista, el club de la pluma o los amigos del clarinete, unas 700.000 personas mayores de 16 años, vecinos y residentes en 167 áreas municipales de Cataluña, tuvieron ayer la ocasión de participar en una consulta popular para decir “sí” o “no” a la siguiente pregunta: “¿Está usted de acuerdo en que Cataluña se convierta en un Estado de derecho independiente, democrático y social integrado en la Unión Europea?”.

 

Los independentistas catalanes se divirtieron. Era su fiesta, con urnas de verdad, observadores internacionales y periodistas de todo el mundo (Córcega, Irlanda, Québec, Escocia, SudTirol, Flandes, etc). Pero el éxito de público quedó muy por debajo de lo esperado. A juzgar por los datos de participación en este tipo de consultas, comparables al trabajo de campo de un macrosondeo, las llamadas de los oyentes de la radio para pronunciarse sobre un tema de actualidad o una votación entre los vecinos para decidir si se cambia o no se cambia el ascensor del bloque, el fogonazo independentista se va a quedar en nada.

Por tanto, ocasión desaprovechada por la inmensa mayoría de los convocados para disgusto de los convocantes. Y de quienes, como Joan Laporta, su imagen de marca, se habrán llevado el chasco de su vida al comprobar que no son tantos los catalanes convencidos de estar siendo narcotizados por España. Esperaban una cifra de participación similar a la de las últimas elecciones europeas, que fue del 45%. Y no mucho más baja que la del referéndum del Estatut (2006), que fue del 49,4%. Pero no han llegado ni al 30%. Qué se le va a hacer.

Siempre podrán presumir de que el “sí” ganó por el 95 % al “no”. Lógico. Es como si el párroco convoca a los fieles para saber si son partidarios de la misa dominical, con urnas abiertas a los feligreses que llevan años sin aparecer por la iglesia. Incluso permitiendo a éstos hacer campaña para el “no”. Lo previsible es que barra el “sí”. Y que a los malos feligreses les de una infinita pereza salir a predicar el “no” o acudir a votar.

Es exactamente lo que ha ocurrido en la consulta de ayer. Cualquier parecido con la realidad sólo encajaría en los sueños de Joan Laporta, que le puso cara a este referéndum como Isabel Preysler se la pone a los ferrero rocher. El 95% de “síes” no tiene nada que ver con el 80 % de “noes” que, punto arriba o punto abajo, se desprende de las encuestas que habitualmente se llevan a cabo sobre el sentimiento de pertenencia de los catalanes, donde la franja de “tan españoles como catalanes” sigue ganando por goleada a cualquiera de las otras dos: “Sólo españoles” y “Sólo catalanes”.

Algún desorientado dirigente del PP ha dicho que esta consulta es un nuevo intento de presionar al Tribunal Constitucional, donde sigue a la espera una sentencia sobre el Estatut. Y son muchas las opiniones coincidentes en interpretar lo de ayer en estos 167 municipios catalanes como un pulso al Estado y a sus instituciones. Magnífica promoción de las intenciones de los convocantes.

Otros creemos que si éstos se proponían realmente echar ese pulso, lo han perdido clamorosamente. Por pura incomparecencia del Estado y las instituciones, que tienen asignadas mejor tarea que la de medir sus fuerzas con el Ayuntamiento de San Jaime de Frontanyà, donde el “sí” arrasó entre sus 21 votantes censados con un 100% de participación. Sólo hubo un voto en contra y una abstención. Los demás, 19, apostaron con entusiasmo por la causa del Estado catalán. Impresionante, oiga.

Convocadas por las asociaciones integradas en la llamada Plataforma del Derecho a Decidir, un movimiento ciudadano ni más ni menos legítimo que el movimiento ecologista, el club de la pluma o los amigos del clarinete, unas 700.000 personas mayores de 16 años, vecinos y residentes en 167 áreas municipales de Cataluña, tuvieron ayer la ocasión de participar en una consulta popular para decir “sí” o “no” a la siguiente pregunta: “¿Está usted de acuerdo en que Cataluña se convierta en un Estado de derecho independiente, democrático y social integrado en la Unión Europea?”.

Joan Laporta Independentismo