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Tomás Gómez se salta el guión sobre la conducta del Rey… a espaldas del PSOE
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Antonio Casado

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Tomás Gómez se salta el guión sobre la conducta del Rey… a espaldas del PSOE

La difusión de un vídeo promocional sobre la caza del elefante en Botsuana ha hecho bastante más por la causa republicana que las coincidentes celebraciones del

La difusión de un vídeo promocional sobre la caza del elefante en Botsuana ha hecho bastante más por la causa republicana que las coincidentes celebraciones del 14 de abril. De no ser por la cadera rota del Rey, el vídeo habría pasado inadvertido. Pero gracias al accidente del Rey los españoles han sabido y han comentado la enésima escapada furtiva del Monarca, sus peligrosas amistades sentimentales-empresariales, las ya indisimulables grietas en la Familia Real y la creciente desgana con la que don Juan Carlos afronta las obligaciones de su rango.

Aunque llueve sobre mojado esta vez podemos estar ante un punto de difícil retorno. En los climas de opinión que reinaban este fin de semana en los ambientes políticos extraoficiales, en la calle, en las redacciones de los medios informativos y en las torrenteras de las redes sociales, que ayer bajaban desbordadas por cuenta del escándalo, era escaso el consumo de paños calientes. Con razón. Estamos ante una conducta poco ejemplar del Rey. Con el agravante de que es el Rey, constitucionalmente exento del principio de igualdad ante la ley (carece de responsabilidad política y penal). Por tanto, desigualmente obligado a ser ejemplar. Debe serlo más que nadie. También en su vida privada, por supuesto.

Nadie le ha justificado. En esta ocasión no ha habido tanta benevolencia. Ni en Moncloa ni en los dos principales partidos políticos. Solo silencio. El Gobierno conocía las circunstancias del viaje a través del CNI, no por formalizado conducto oficial de Zarzuela (oficialmente sólo se comunicó el carácter privado de la ausencia del Monarca, sin detalles). Por boca de Carlos Floriano, y mejor que no hubiera dicho nada, se ha limitado a declarar que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se enteró del viaje al enterarse del accidente. Por su parte el PSOE ha elegido el “silencio elocuente”, en expresión de uno de sus dirigentes. En público la número dos, Elena Valenciano, echó balones fuera: “No comentamos la agenda privada del Jefe del Estado, aunque no nos guste”.

Merece una vuelta más la reacción del PSOE, partido de estirpe republicana donde los haya, aunque ha hecho una fecunda y prolongada apuesta por la Monarquía Parlamentaria de 1978. La apuesta está vigente. No esperen ustedes nada ni vagamente parecido a una reprobación de la Corona. Como mucho, una justa queja del secretario general, Pérez Rubalcaba, por no haber sido informado por el Gobierno. No es de recibo que el líder del principal partido de la oposición se haya enterado por la radio del percance del Rey y de su ausencia de España la semana pasada.

Esta postura contrasta con la expresada ayer por el líder de los socialistas madrileños, Tomas Gómez, a espaldas de la dirección nacional, a la que no consultó en absoluto antes de pedir públicamente al Rey que elija entre la abdicación y sus deberes como Jefe de Estado. En Ferraz consideran que sugerir la abdicación del Rey desde un partido de inequívoco compromiso con las instituciones del Estado es sencillamente “una locura”. Se espera que a lo largo de la jornada de hoy Tomás Gómez quede desautorizado por la dirección nacional del PSOE.

La difusión de un vídeo promocional sobre la caza del elefante en Botsuana ha hecho bastante más por la causa republicana que las coincidentes celebraciones del 14 de abril. De no ser por la cadera rota del Rey, el vídeo habría pasado inadvertido. Pero gracias al accidente del Rey los españoles han sabido y han comentado la enésima escapada furtiva del Monarca, sus peligrosas amistades sentimentales-empresariales, las ya indisimulables grietas en la Familia Real y la creciente desgana con la que don Juan Carlos afronta las obligaciones de su rango.

Tomás Gómez