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Sánchez y Susana: amores reñidos
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Antonio Casado

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Sánchez y Susana: amores reñidos

La presidenta en funciones de la Junta sabe que su actitud alimenta la imagen de partido desunido por falta de química entre sus dos principales dirigentes, pero no hace nada por evitarlo

Foto: Susana Díaz y Pedro Sánchez (EFE)
Susana Díaz y Pedro Sánchez (EFE)

Por la mañana apuesta por la unidad interna del PSOE y por la tarde la boicotea. Ese es el irresponsable juego de Susana Díaz. A pesar de los consabidos llamamientos a tener la fiesta en paz, al menos hasta después de las elecciones territoriales de mayo, los casi trescientos miembros del Comité Federal detectaron por enésima vez la desconexión entre el secretario general, Pedro Sánchez, y la reina de Andalucía.

La presidenta en funciones de la Junta y secretaria general de la más poderosa Federación regional del PSOE sabe que su actitud alimenta la imagen de partido desunido, por falta de química entre sus dos principales dirigentes, pero no hace nada por evitarlo. Más bien al contrario, si echamos un vistazo a la crónica gráfica de la reunión celebrada para aprobar las listas autonómicas y municipales. Numerosos testimonios recogen los afectuosos gestos de Díaz con los dirigentes que acudieron a felicitarla por su reciente triunfo electoral. Imposible encontrar uno sólo que escenifique en lo personal lo que para la galería si escenificaron ambos en lo estrictamente político.

Quiero decir que a la euforia por “el triunfo del socialismo andaluz, que es el primer paso de la victoria del socialismo español”, en palabras de Sánchez, concordantes con la proclama del PSOE como “esperanza para millones de españoles”, le faltó el calor humano entre la de Triana y el de Chamberí. El afecto, como la afinidad política,también se puede escenificar ante el fotógrafo o la cámara de televisión. Pues ni eso. Ella no se molestó en disimularlo, a sabiendas de que, como digo, esa actitud alimenta la imagen de desunión.

Según el pacto no escrito, Díaz comprometió su apoyo a Sánchez como secretario general, pero no como cabeza de lista del PSOE en las generales

El factor humano tiene su derivada política más relevante en las elecciones primarias abiertas que el PSOE convocaráen julio (si hay más de un candidato) para elegir al aspirante socialista a la Moncloa. Dice ahora Susana Díaz que se mantendrá neutral para que simpatizantes y afiliados elijan en libertad. Sería la primera vez, porque no fue neutral (estaba en su derecho, por supuesto) en el congreso federal que enfrentó a Rubalcaba con Chacón en Sevilla (febrero 2012), en las que apostó por la segunda, ni en las primarias que enfrentaron a Sánchez con Eduardo Madina hace ocho meses, en las que apostó por el primero (en privado dice que a Madina le veía “un punto de inseguridad”), aunque ahora está arrepentida.

Si bien no lo dice, es notorio su rechazo al reparto de papeles propuesto públicamente porSánchez sin haber contado con ella. A saber: “Tú a San Telmo y yo a la Moncloa”. Nos remite a la trastienda del desencuentro entre los dos dirigentes, pues el desafecto, que ya es personal y político, aunque en lo político se guarden las formas, como se ha visto en el Comité Federal del sábado, arranca el día en el queSánchez anunció que quiere ser el candidato socialista a la Moncloa.

Según el pacto no escrito al que Díaz suele aludir cuando le sacan el tema, ella comprometió su apoyo a Sánchez como secretario general pero no como cabeza de lista del PSOE en las próximas elecciones generales, pues eso habría que verlo después. En todo caso, reprobó la actitud de Sánchez de anunciarlo sin haberlo consultado antes con ella. Lo cual, con todos mis respetos a la reina de Andalucía, desprende una alteración del orden de las cosas respecto a un líder doblemente legitimado, por las bases (primarias) y sus representantes (congreso).

Por la mañana apuesta por la unidad interna del PSOE y por la tarde la boicotea. Ese es el irresponsable juego de Susana Díaz. A pesar de los consabidos llamamientos a tener la fiesta en paz, al menos hasta después de las elecciones territoriales de mayo, los casi trescientos miembros del Comité Federal detectaron por enésima vez la desconexión entre el secretario general, Pedro Sánchez, y la reina de Andalucía.

Pedro Sánchez Susana Díaz