Es noticia
Rajoy-Sánchez, frío, frío, todavía
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Rajoy-Sánchez, frío, frío, todavía

Sánchez no dirá a Rajoy que el “no es no” es irreversible aun al precio de volver a las urnas. Por ahora, no entrará a ese trapo porque no tiene la obligación de adelantar acontecimientos

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (i), y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (i), y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)

Va a tener poca historia la cita Rajoy-Sánchez. Demasiado pronto para considerarla un paso hacia la vía de “neutralidad pactada” propuesta por el expresidente, Felipe González, que excluye el alineamiento socialista sin obstaculizar la formación de Gobierno a cargo del partido ganador de las elecciones. Propuesta desoída por el comité federal del sábado (desoída, no rechazada, ojo, simplemente no se debatió), que fijó postura: el PSOE votará no en la investidura de Rajoy si se presenta.

Así se lo comunicará Pedro Sánchez al presidente en funciones durante su encuentro de mañana en el Congreso (11:00), un día después de que Rajoy haga lo propio con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Entonces quizás hablaremos con mayor fundamento sobre la capacidad o incapacidad de Rajoy para buscarse la vida entre los afines. Entretanto, carece de sentido exigir al PSOE que anticipe su posición si la soledad política del PP nos encaminase hacia unas nuevas elecciones generales.

Es un escenario hoy por hoy inexistente, virtual, hipotético, planteado por gente de poca fe en las posibilidades de Rajoy para encontrar compañeros de viaje. El PSOE le reconoce el bien ganado derecho, y también el deber, de buscar apoyos para formar un Gobierno estable. Pero ha de moverse, elaborar un plan de vuelo y conjugarlo con el de partidos ideológicamente cercanos. “Sin pretender contratos de adhesión”, como escribió Felipe González, y asumiendo el lógico rechazo socialista a hacer el papel de obligado costalero del PP.

Si la soledad política del PP nos abocase a unas terceras elecciones, el problema no sería exclusivo del PP. Sería un problema de Estado y, por tanto, del PSOE

Sánchez no dirá a Rajoy que el “no es no” es irreversible aun al precio de volver a las urnas. Por ahora, no entra ni entrará a ese trapo porque no tiene la obligación ni la necesidad de adelantar acontecimientos. Cuando lleguen a ese río, los socialistas cruzarán ese puente. Es la clave del análisis: si la soledad política del PP nos abocase a unas terceras elecciones, el problema ya no sería exclusivo del PP. Sería un problema de Estado y, por tanto, también del PSOE.

Entonces, y solo entonces, cuando ya no sea Rajoy sino el Estado el que llama a las puertas de Ferraz, sería el momento de exigir a Pedro Sánchez que se retratase. Y lo hará, si por desgracia se plantea ese indeseable escenario, ateniéndose al espíritu y la letra del mandato contenido en la resolución del comité federal del 28 de diciembre de 2015: “En las decisiones y el comportamiento del PSOE, primará siempre el interés general de la sociedad española, por encima de intereses partidarios y personales”.

La razón técnica está de parte de los dirigentes socialistas cuando dicen que no serían responsables de una nueva llamada a las urnas si, a pesar de todo, el bloqueo persistiese hasta el punto de hacerla irremediable. Correcto. Pero la opinión pública no lo percibiría de ese modo. Con la orografía electoral del 26 de junio, con un claro ganador y tres perdedores respecto a los resultados del 20-D, me temo que los electores acabarían castigando el desmarque que, hoy por hoy con buenas razones, está practicando el PSOE respecto a quien tiene la responsabilidad de llevar la iniciativa.

Va a tener poca historia la cita Rajoy-Sánchez. Demasiado pronto para considerarla un paso hacia la vía de “neutralidad pactada” propuesta por el expresidente, Felipe González, que excluye el alineamiento socialista sin obstaculizar la formación de Gobierno a cargo del partido ganador de las elecciones. Propuesta desoída por el comité federal del sábado (desoída, no rechazada, ojo, simplemente no se debatió), que fijó postura: el PSOE votará no en la investidura de Rajoy si se presenta.

Mariano Rajoy Pedro Sánchez