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A Sánchez no se le da bien la costura
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Antonio Casado

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A Sánchez no se le da bien la costura

Sorprende la dificultad de Sánchez de comunicarse con señaladas figuras cuyo pecado fue apostar por Susana Díaz y ahora personalizan el problema de la desunión

Foto: Pedro Sánchez y Zapatero, en el Congreso de buen gobierno del PSOE. (EFE)
Pedro Sánchez y Zapatero, en el Congreso de buen gobierno del PSOE. (EFE)

En Ferraz se trabaja con la hipótesis de que Mariano Rajoy no se presentará a las próximas elecciones generales. Aunque esté bien fundada –lo está, a mi juicio-, es demasiado pronto para entrar en campaña. Además de prematuro, desaconsejable, si detrás hay un partido desunido.

Sobran las afirmaciones engañosas. Alguien dijo que falta tierra para enterrar tan pronto un hacha de guerra tan grande. Cierto. Siguen abiertas las heridas de aquel comité federal de “puerto urraco” (1 octubre 2016) que dejó al PSOE partido en dos, con sobredosis de recuerdo en las primarias (mayo 2017, reposición de Sánchez), cuyo desenlace dio lugar a la autodestructiva dinámica que un periódico de difusión nacional calificaba ayer mismo de “revanchismo orgánico”.

La falta de generosidad en los dos bandos, el oficial y el susanista, perjudica gravemente la reactivación del partido como alternativa creíble de poder. Pero la generosidad siempre fue el privilegio del ganador. Se la puede permitir. Algo más debería hacer para evitar el riesgo de descapitalización de ese “nuevo PSOE” empobrecido por una alarmante pérdida de memoria.

La falta de generosidad en los dos bandos, el oficial y el susanista, perjudica gravemente la reactivación del partido como alternativa creíble de poder

Sorprende su dificultad de comunicarse con señaladas figuras cuyo pecado fue apostar por Susana Díaz y ahora personalizan el problema de la desunión: Felipe González, Pérez Rubalcaba, la propia presidenta andaluza y el ex presidente de la gestora que gobernó el partido descabezado durante ocho meses, Javier Fernández, presidente de la autonomía asturiana.

Los cuatro estaban convocados para sumarse a la foto de familia del fin de semana. Hicieron novillos con excusas mal traídas. Al tiempo, el eurodiputado Ramón Jáuregui, figura comprometida y muy respetada en la familia socialista, anuncia que se va de la primera línea política por falta de sintonía con el rumbo de la organización. Y cuando otro histórico como Javier Solana llama a la unidad pero levanta acta del problema: “Yo no estoy contento con nuestro partido. Y vosotros, tampoco”.

Foto: El eurodiputado socialista Ramón Jáuregui, el pasado 19 de septiembre en San Salvador. (EFE)

Fue Susana Díaz, desde el otro lado de la barricada interior del PSOE, la que habló de coser desgarrones antes de reactivar el partido. Pero al actual secretario general no se le da bien la costura. Quiso desmentirlo este fin de semana en su Escuela de Buen Gobierno “Jaime Vera”. Intento fallido. Lo que debía haber pasado como un cursillo de formación de líderes, con foto de familia unida jamás será vencida, no ha superado el molesto filtro de los medios de comunicación. Todos han valorado la relevancia informativa de las jornadas por las ausencias más que en las presencias y por los desacatos de ciertas figuras más que en los llamamientos a la unidad de otras. Hasta el punto de tapar las justas apelaciones de Sánchez al blindaje del estado del bienestar, o su propuesta concreta de volver a ligar las pensiones a la subida del IPC.

Fue Susana Díaz la que habló de coser desgarrones antes de reactivar el partido. Pero al actual secretario general no se le da bien la costura

Lo demás, insisto, han sido fogonazos electoralistas. Por ejemplo: “El mejor puesto de trabajo es el de Mariano Rajoy, que cobra por no hacer nada”. No vienen a cuento en una España agobiada por los retos pendientes que se han ido acumulando durante los años de la crisis: pensiones, agua, el inacabado conflicto catalán, la financiación autonómica, pacto educativo, energía, etc.

Salir ahora con ese registro electoralista (“La mitad de las cosas que dice Rajoy no son verdad, y la otra mitad son mentiras”) resta credibilidad al decálogo de iniciativas que Sánchez formuló a principios de año para avanzar en los campos de la mejora económica, la igualdad y la regeneración democrática.

En Ferraz se trabaja con la hipótesis de que Mariano Rajoy no se presentará a las próximas elecciones generales. Aunque esté bien fundada –lo está, a mi juicio-, es demasiado pronto para entrar en campaña. Además de prematuro, desaconsejable, si detrás hay un partido desunido.

Pedro Sánchez Susana Díaz