Vuelve la nube negra de unas nuevas elecciones

Hace unos días, le oí decir al anterior presidente del Gobierno que Sánchez hará lo posible y lo imposible por evitar unas terceras elecciones. "Porque las perdería", decía Rajoy. Tiene razón. Pero servidor va más allá. La eventual repetición de elecciones, tras una investidura fallida, sería la muerte política de Pedro Sánchez. Los votantes ya no lo perdonarían.

Por eso se entiende la escueta respuesta de uno de sus primeros guionistas cuando alguien le pregunta: "¿De dónde se sacan ustedes que no habrá terceras elecciones?" (el presidente acababa de asegurarlo en Bruselas). "De nuestra propia voluntad", dijo. Lo que se desea siempre arrincona a lo que se teme. Lógico. Pero el temor va ganando terreno.

¿De dónde se sacan ustedes que no habrá terceras elecciones? "De nuestra propia voluntad", responde uno de los primeros guionistas de Sánchez

A pesar del voluntarismo socialista, sus tratos con ERC por la abstención de sus 13 escaños están congelados por la enorme distancia entre sus respectivas posiciones. El punto medio es imposible. "No cabe equidistancia entre el Estado de derecho y quienes quieren destruirlo" (Felipe VI). O claudican unos o claudican otros.

El encuentro previsto para este martes en Barcelona no nos sacará de dudas. Y mucho menos en vísperas de acontecimientos relevantes en el campo independentista. No veo a los negociadores de ERC haciendo concesiones a la España represiva tras una inhabilitación de Torra (puede ocurrir en cualquier momento, por sentencia del TSJC). O en un ambiente recalentado.

Cuatro incógnitas: el 16, euroorden de Puigdemont; el 18, Barça-Madrid; el 19, la inmunidad de Junqueras, y el 21, el congreso de ERC

Por la euroorden contra Puigdemont en un tribunal de Bruselas (día 16). Por un Barça-Madrid que se anuncia movido, con acciones especiales de los nuevos 'escamots' (día 18). Por una sentencia del Tribunal de Luxemburgo respecto a la inmunidad de Junqueras (o no) como europarlamentario (día 19). O por un congreso 'nacional' de ERC, cuya ponencia política apuesta por movilización y desobediencia sin descartar un nuevo referéndum ilegal (día 21).

No veo el poder suavizante de esas cuatro fechas de diciembre en las negociaciones PSOE-PSC-ERC. Pero, en todo caso, ¿a quién se le ocurre que pueda avanzarse hacia la fumata blanca de la investidura antes de despejar esas incógnitas?

La investidura antes de navidades es una quimera. Y la nube negra de unas nuevas elecciones se está formando, camino del quinto año de una España en funciones y a la defensiva, que acaba de celebrar casi a escondidas el 41 aniversario de la Constitución, mientras que quienes acudieron a defenderla en Bilbao, Barcelona y Girona tuvieron que ser protegidos por la policía.

Pablo Casado pide que no miren al PP si falla la vía ERC. Asume que entonces habrá terceras elecciones "y la responsabilidad será de Sánchez"

De la celebración oficial, en el Congreso me quedo con la palabra del líder del PP, Pablo Casado, que pasa por ser un recurso de último minuto para impedir un nuevo bloqueo, como le ha pedido Sánchez (“La gobernabilidad es una responsabilidad de todos”). Pide que nadie mire hacia el PP (“Somos la alternativa”) si falla la vía ERC. Si eso ocurre, asume que habrá unas terceras elecciones “y la responsabilidad será de Sánchez”.

Otra vía taponada. Ya solo queda el improbable sí de los 10 de Ciudadanos. O la regalada abstención de ERC, sin concesiones negociadas. O sea, a cambio de nada, como ya hizo en el sí a la investidura de Sánchez (junio de 2018). Difícil, no imposible. Sin descartar de ninguna manera la vuelta a las urnas. Esa nube negra se está formando de nuevo en el horizonte de la política nacional.