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El secuestro de la bandera nacional
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El secuestro de la bandera nacional

La confiscación de la bandera de España por parte de Vox nos hace retroceder a los tiempos anteriores al gol de Iniesta (julio de 2010)

Foto: Personas ataviadas con mascarillas, portando banderas de España y cacerolas. (EFE)
Personas ataviadas con mascarillas, portando banderas de España y cacerolas. (EFE)

La derecha ha secuestrado la bandera de España y me temo que la izquierda no tiene la menor intención de acudir a rescatarla. Eso no es culpa de Vox ni del PP, sino de quienes, por ignorancia invencible o por complejos extemporáneos, se resisten a adoptarla como la bandera de todos. Un gol de Iniesta estuvo a punto de hacer el milagro hace 10 años. Fue flor de un día. En febrero del año pasado, las llamadas 'tres derechas' cubrieron de rojigualdas la madrileña plaza de Colón y la izquierda acomplejada recayó en los viejos tics antifranquistas, como el de la aversión a la bandera nacional, ya libre del 'aguilucho'.

Ha vuelto a ocurrir. Convocados por Vox contra la gestión oficial de la crisis sanitaria, los hijos de la ira tomaron las calles este fin de semana en varias ciudades. Deshonran la bandera quienes la asocian a los saludos fascistas y los gritos de “Sánchez, asesino”, que son bárbaras expresiones de odio. Es lo preocupante, porque traslada la confrontación a la calle y desborda los límites de la legítima disconformidad con el Gobierno.

"Deshonran la bandera quienes la asocian a saludos fascistas y gritos de 'Sánchez, asesino', bárbaras expresiones de odio, no de discrepancia"

En Moncloa, se limitan a valorar estas marchas rojigualdas, “que nada tienen que ver con el sentir mayoritario de la ciudadanía”, como la pobre visión de una España empequeñecida por parte de dirigentes políticos atrincherados en un patriotismo de viejo cuño. Y por eso se temen una repetición de lo ocurrido en la legislatura 2004-2008, marcada por el pertinaz obstruccionismo del PP a las iniciativas progresistas del Gobierno Zapatero.

Hay una diferencia. Ahora el PP no es beneficiario directo. Con Santiago Abascal al frente, como el centauro de la Castellana sobre un descapotable, es Vox el que capitaliza la ira de una parte de la opinión pública contra el Gobierno PSOE-UP. Mala noticia para Pablo Casado, como líder del primer partido de la oposición. Y no del todo buena para el PSOE, aunque estas manifestaciones suelen funcionar a modo de palanca movilizadora de la izquierda. Si es que alguien quiere convocarla Y si es que alguien se atreve a reunirla bajo las mismas banderas constitucionales que agita la derecha como si fueran de su exclusivo uso.

"En Moncloa temen una repetición de lo ocurrido en la legislatura 2004-2008, marcada por el obstruccionismo del PP a las medidas de Zapatero"

Sé de varios barones socialistas (no todos), algunos miembros del Gobierno (no precisamente del sector Podemos) y muchos exdirigentes del PSOE (prácticamente todos) que estarían dispuestos a dar esa réplica en la calle. Simplemente como testimonio de desacomplejada utilización de la bandera de España. Pero no va a ocurrir. La adhesión al símbolo no es tan fuerte como el miedo a ser confundido con Vox. Sin embargo, uno de mis interlocutores insiste en que “si Vox patrimonializa la bandera, hace bien. Nadie impide que la izquierda, a su vez, la utilice como un símbolo de todos. Si no quiere identificarse con ella, es su problema, no el de Vox”.

"Con Abascal al frente, como el centauro de la Castellana sobre un descapotable, Vox capitaliza la ira de una parte de la ciudadanía contra el Gobierno"

En cualquier caso, el estado mayor de Sánchez olvida que en tiempos de crisis la gente se motiva por el corazón, no por la cabeza. Eso aconseja apelar a lo que nos une. Por ejemplo, la bandera nacional. Por desgracia, su uso está sirviendo de hecho para dividir y no para juntar.

La derecha ha secuestrado la bandera de España y me temo que la izquierda no tiene la menor intención de acudir a rescatarla. Eso no es culpa de Vox ni del PP, sino de quienes, por ignorancia invencible o por complejos extemporáneos, se resisten a adoptarla como la bandera de todos. Un gol de Iniesta estuvo a punto de hacer el milagro hace 10 años. Fue flor de un día. En febrero del año pasado, las llamadas 'tres derechas' cubrieron de rojigualdas la madrileña plaza de Colón y la izquierda acomplejada recayó en los viejos tics antifranquistas, como el de la aversión a la bandera nacional, ya libre del 'aguilucho'.

Pablo Casado Plaza de Colón Moncloa Santiago Abascal