Es noticia
¿Para qué sirve la Comisión de Reconstrucción?
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

¿Para qué sirve la Comisión de Reconstrucción?

Hasta ahora, la noticia más relevante de la comisión ha sido que, según el vicepresidente Iglesias, a Vox le gustaría dar un golpe de Estado

Foto: El diputado de ERC Gabriel Rufián, durante la comparecencia del vicepresidente segundo del Gobierno. (EFE)
El diputado de ERC Gabriel Rufián, durante la comparecencia del vicepresidente segundo del Gobierno. (EFE)

Después del luto y los agradecimientos, toca entrar con mucho cuidado en la nueva normalidad. Libertad vigilada a la espera de una vacuna. El reto es la reconstrucción económica y social. Con ese fin, se puso en marcha una comisión de 60 diputados, como resorte institucional destinado a reactivar el sistema productivo desde la unidad política. Fiarlo a las propuestas del dictamen final, a primeros de julio, sería una broma pesada, una vez hecha la desalentadora constatación de que el coronavirus ha desunido a la clase política en vez de unirla frente a un enemigo común indiferente a las opiniones de sus víctimas.

La noticia más relevante ha sido la reyerta del vicepresidente del Gobierno y el portavoz de Vox. Para eso ha servido por ahora la comisión. Oportunidad del líder de Podemos para denunciar que a Espinosa de los Monteros el cuerpo le pide golpe de Estado. Una veterana diputada compartió la exclamación de otra, también veterana y de distinto partido: “¡Qué demonios hacemos tú y yo entre esta gentuza!”, dijo tras el displicente “cierre al salir” de Iglesias a la espantada de Espinosa.

"Fiar un resultado positivo al dictamen final es una broma pesada, una vez constatado que el coronavirus ha desunido a la clase política"

No encuentro mejor forma de advertir sobre la farsa de un foro del que nadie espera nada. La advertencia viene más a cuento tras las detalladas explicaciones de Pedro Sánchez, a mediodía del domingo, sobre el Fondo Covid-19 (16.000 millones de dinero público no retornable para las comunidades autónomas), el fondo de recuperación de la UE (140.000 millones para España, de los que 77.000 también son sin retorno), la inmediata puesta en marcha del ingreso mínimo vital (contra la pobreza y a favor del consumo) y el ya prácticamente cerrado decreto ley de la nueva normalidad (Consejo de Ministros de este martes, tras consultar con las autonomías), de evidentes efectos reanimadores de la actividad económica.

Sumemos el hecho de que el diálogo social con sindicatos y patronal tiene vida propia. Exactamente igual que la forja de una mayoría política capaz de alumbrar los PGE de 2021 sin la menor intención de tantear la cooperación del PP, única fuerza capaz de impedir que los separatistas pongan precio a la gobernabilidad. Entenderemos, entonces, que carece de sentido hablar de frente común donde no se decide nada. Un paripé. Es como consultar el menú con la comida en la mesa.

Iba a ser una reedición de los históricos Pactos de la Moncloa y se ha quedado en escenario del estúpido intercambio de pedradas entre 'fascistas' y 'antifascistas', que son categorías artificiales, absurdas, obsoletas, marchitadas por el paso del tiempo y de imposible aplicación al aquí y ahora de la política nacional. Las manejan quienes las echan de menos para dar algún sentido a unas tesis insensatas que se agotan en su fugaz impacto mediático al calor de la crispación reinante, donde “el valor de la moderación se desprestigia y la equidistancia se convierte en un sambenito”, según escribe Teodoro León Gross.

"Iba a ser una reedición de los Pactos de la Moncloa y se ha quedado en un absurdo intercambio de pedradas entre 'fascistas' y 'antifascistas"

Nadie cree en una comisión marcada por la desconfianza mutua entre PSOE y PP. El Gobierno, menos que nadie, como se ha notado en el poco peso de sus peones, las comparecencias vetadas, el escaso tiempo dedicado a las cuestiones de indiscutible impacto en la reactivación económica y la dispersión de tareas en grupos de trabajo. En el PP son conscientes, pero “no nos levantaremos”, dicen.

Después del luto y los agradecimientos, toca entrar con mucho cuidado en la nueva normalidad. Libertad vigilada a la espera de una vacuna. El reto es la reconstrucción económica y social. Con ese fin, se puso en marcha una comisión de 60 diputados, como resorte institucional destinado a reactivar el sistema productivo desde la unidad política. Fiarlo a las propuestas del dictamen final, a primeros de julio, sería una broma pesada, una vez hecha la desalentadora constatación de que el coronavirus ha desunido a la clase política en vez de unirla frente a un enemigo común indiferente a las opiniones de sus víctimas.

Sindicatos Espinosa de los Monteros Pedro Sánchez