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ETA y el gas pimienta suman para el PNV
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Antonio Casado

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ETA y el gas pimienta suman para el PNV

La continuidad del pacto PNV-PSE será un perecedero factor de certidumbre en el tablero de la política nacional

Foto: Pradales y Urkullu en el acto de cierre de campaña del PNV. (EFE/Luis Tejido)
Pradales y Urkullu en el acto de cierre de campaña del PNV. (EFE/Luis Tejido)
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En vísperas de la noche electoral vasca los sondeos furtivos, el gas pimienta y la entrada de ETA en el último tramo de la campaña permiten apostar con poco margen de error por la continuidad. Es decir, más de lo mismo en Euskadi: la clásica alianza del PNV con el PSE (bien engrasada ya en ayuntamientos y diputaciones forales), aunque con cambio de cara en la lehendakaritza (Imanol Pradales por su profe, Íñigo Urkullu)

La apuesta no es temeraria ante el cambio generacional que se avecina en la política vasca. Aunque los números se resistiesen finalmente, los escaños del PP acabarían inclinando la balanza hacia el lehendakari Pradales para impedir una alternativa de poder con Bildu dentro de la ecuación.

La previsible repetición de la alianza PNV-PSE también será un factor de certidumbre en la política nacional. Perecedero, por supuesto. A los socialistas les bastará con pregonar su papel determinante en el tablero vasco y, aunque no lo diga, Sánchez celebrará no verse abocado a desdecirse una vez más en el muy remoto caso de que Bildu fuera primera fuerza con ventaja suficiente para optar a formar gobierno.

Sostiene Javier Ybarra en sus "perritos" digitales que el gas pimienta es el milagrito de Sabino Arana, padre fundador del nacionalismo vasco, para evitar el 'sorpasso' de los malos. O sea, los de Bildu, que a última hora han hecho valiosas aportaciones a la causa del nacionalismo de derechas.

Sánchez celebrará no verse abocado a desdecirse una vez más en el caso de que Bildu fuera primera fuerza con opciones de gobernar

Está bien traído en sábado de reflexión. Gas pimienta para compensar la falta de carisma de Imanol Pradales. Pero eso no es todo. Yo añadiría la torpeza televisada del candidato de Bildu, Pello Otxandiano, a la hora de nombrar la obra devastadora de una banda criminal. La bisoñez de este personaje con cara de seminarista también echa una mano al probable salto del remero Pradales al Palacio de Ajuria Enea.

Eso también explica el último mensaje del líder del PP nacional, Núñez Feijóo, que ayer en Bilbao vino a decir que no hay nacionalistas buenos y malos porque todos son separatistas. Arremetió contra el PNV con la esperanza de frenar a sus votantes más indolentes que en las últimas horas han sentido miedo al cantado crecimiento de Bildu.

Ya sabíamos que Sánchez vive en contradicción permanente. Lo nuevo es que el PP aparque su aversión a ETA por no engordar al PNV

Ya sabíamos que Sánchez vive en contradicción permanente. Cuenta con Bildu sin dejar de escandalizarse porque no llama a ETA por su nombre. Lo nuevo es que el partido que va de alternativa de poder a escala nacional aparca su aversión a ETA por no engordar al PNV. La ecuación ha sido verbalizada por el candidato del PP, Javier de Andrés, en los siguientes términos: "El miedo a ETA da votos al PNV".

El PSOE y el PP limitan la universalidad de sus principios éticos. Ambos subordinan las convicciones a las conveniencias. Empatan en el tacticismo como método para mejorar su facturación en las urnas. Y quizás también ese ha sido el medio utilizado por Sabino Arana para hacer el milagro de la recuperación del PNV. Servidor la da por hecha, aunque la diferencia en el recuento no vaya a ser muy amplia.

Foto: Acto electoral de EH Bildu. (EFE/Javi Colmenero)

La negativa a calificar de "banda terrorista" a ETA ha destapado el rechazo social a la pasada violencia de aquellos que querían lo mismo que ahora quiere Bildu por otros medios. Así se entendería el rechazo de esta coalición política, que seduce electoralmente a las nuevas generaciones, a ajustar cuentas con su pasado cómplice de ETA.

En vísperas de la noche electoral vasca los sondeos furtivos, el gas pimienta y la entrada de ETA en el último tramo de la campaña permiten apostar con poco margen de error por la continuidad. Es decir, más de lo mismo en Euskadi: la clásica alianza del PNV con el PSE (bien engrasada ya en ayuntamientos y diputaciones forales), aunque con cambio de cara en la lehendakaritza (Imanol Pradales por su profe, Íñigo Urkullu)

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