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Fernando Matres

El Zaguán

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Divorcio a la andaluza

Ha habido más lealtad y respeto mutuo en el final del Gobierno del PP y Ciudadanos que en un martes cualquiera de Consejo de Ministros del PSOE y Podemos

Foto: Marín y Moreno conversan durante una rueda de prensa en Málaga. (EFE/Carlos Díaz)
Marín y Moreno conversan durante una rueda de prensa en Málaga. (EFE/Carlos Díaz)
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Hay divorcios con banda sonora de portazos y vajilla rota y separaciones amistosas en las que incluso flota en el aire una esperanza de reconciliación, una íntima ilusión de volver a intentarlo. En el Gobierno andaluz, PP y Ciudadanos tienen que separarse porque el calendario les obliga a ello, aunque los dos desean que sólo sea un cese temporal de la convivencia, por decirlo de borbónicas maneras.

No ha sido un divorcio de mutuo acuerdo, porque Juan Marín se ha encargado de recordar a quien quisiera escucharle que el mandato podía alargarse un poco más, hasta agotarlo como se exprime una relación feliz, pero por el momento la pareja sigue compartiendo techo en San Telmo. No procede preguntar a los “hijos andaluces” con quién quieren quedarse, que en eso las encuestas hablan por sí solas, aunque el todavía vicepresidente aspira a firmar al menos una custodia compartida, por más que sea en un acuerdo de mínimos.

Foto: Macarena Olona (Vox) y Juanma Moreno (PP). Imagen: EC Diseño.
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El adiós a esta relación está siendo tan modélico y ejemplar como el resto de la convivencia en el primer Gobierno de Andalucía sin presencia del PSOE. Si la coalición es el arte de llevar el zapato derecho en el pie izquierdo sin que salgan callos, como sostenía el primer ministro francés Guy Mollet, PP y Ciudadanos han demostrado que se pueden recorrer miles de kilómetros con buena voluntad y confianza sin que surjan rozaduras.

Por decirlo de una manera gráfica: ha habido más lealtad y respeto mutuo en el final del Gobierno del PP y Ciudadanos que en un martes cualquiera de Consejo de Ministros del PSOE y Podemos. Puestos a ser ácidos, ha sido más cordial la relación entre los socios que en el interior de sus propios partidos.

En los populares, la batalla en el Congreso provincial de Sevilla llegó a provocar un duro enfrentamiento entre las direcciones nacional y andaluza del que aún quedan cuentas por saldar tras el derrocamiento de Pablo Casado. Mientras que los naranjas han achacado todos los males de una formación en descomposición, con consejeros que se hablan lo justo y desencuentros en público y en privado que llevaron incluso a arrebatar algunas competencias a la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, abiertamente crítica con Marín.

Foto: Inés Arrimadas y Juan Marín. (EFE)

No obstante, los problemas domésticos jamás han empañado la solidez y rumbo común del pacto, algo en lo que han sido fundamentales la magnífica relación forjada entre Elías Bendodo y Juan Marín y el papel crucial jugado por algunas personas del equipo de la mano derecha de Juanma Moreno, que en el inicio del camino supieron vencer las suspicacias y hacer ver a todos los implicados que debían transmitir la imagen de un único Gobierno sólido y coherente.

Un convencimiento que se ha mantenido hasta el final, pues el Gobierno acabará el camino unido, ya que el anuncio de la convocatoria electoral del 19 de junio no ha ido acompañado del cese de los consejeros del socio minoritario, como sí sucedió en Madrid y Castilla y León. Todo un mensaje de confianza por parte de Juanma Moreno, que también puede presumir de haber mantenido el mismo equipo que tomó posesión el 22 de enero de 2019 con dos únicas excepciones, ambas por causas desgraciadas y no por decisión del presidente: los problemas de salud de Alberto García Valera y el trágico fallecimiento de Javier Imbroda.

Foto: Arrimadas y Marín, en una comparecencia en Cádiz. (EFE/Román Ríos)

Tras las respectivas rupturas, mientras Ignacio Aguado criticaba a Isabel Díaz Ayuso por “creerse la Reina Sol” y Francisco Igea calificaba a Alfonso Fernández Mañueco de “deshonesto y mentiroso patológico”, Juanma Moreno se refirió a Juan Marín como “el mejor vicepresidente de España, e incluso de Europa”. Un escenario totalmente opuesto al del final del acuerdo de investidura entre el PSOE y Ciudadanos hace casi cuatro años, con Marín censurando la falta de voluntad de Susana Díaz por cumplir los acuerdos firmados para la regeneración democrática y la líder socialista retirándole teatralmente el saludo.

La “anomalía” de este divorcio y de las relaciones entre los socios no sólo es un soplo de esperanza, sino que ejemplifica a la perfección por qué el cambio político en Andalucía, al fin y al cabo producto de una carambola electoral, se traducirá el 19 de junio en un cambio de ciclo.

En una etapa política marcada por los extremismos, las deslealtades, los súbitos cambios de opinión, las promesas que caducan nada más pronunciarse y la apelación continua al miedo, esa parte de la sociedad que no elige su voto por fidelidad o tradición, sino por sensaciones, ese centro desde donde se ganan las elecciones ha comprobado que no sólo no ha caído el cielo sobre sus cabezas al dejar el PSOE de gobernar después de 40 años, sino que hay vida más allá.

Foto: La diputada de Vox Macarena Olona, durante un pleno en el Congreso. (EFE/Mariscal)

Por eso Juanma Moreno intenta explotar esa imagen de persona normal, de gestor en el que confiar porque, más allá de siglas, hace y dice cosas sensatas. Mientras que Juan Marín trata de hacer ver que el éxito de la fórmula no es solo del PP, sino también de Ciudadanos por más que la marca ahora mismo sea una rémora. Si puede convencer de ello a suficientes andaluces desencantados con el PSOE, la pareja podrá darse una segunda oportunidad. Si no, Moreno tendrá que mirar a Vox. Y hasta una luna de miel con Macarena Olona sería más conflictiva que un divorcio con Marín.

Hay divorcios con banda sonora de portazos y vajilla rota y separaciones amistosas en las que incluso flota en el aire una esperanza de reconciliación, una íntima ilusión de volver a intentarlo. En el Gobierno andaluz, PP y Ciudadanos tienen que separarse porque el calendario les obliga a ello, aunque los dos desean que sólo sea un cese temporal de la convivencia, por decirlo de borbónicas maneras.

Partido Popular (PP) PSOE Juanma Moreno Juan Marín