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Fernando Matres

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Sí, los políticos cobran poco

La subida de sueldo de Juanma Moreno debería abrir un debate sano y no demagógico para ver también la responsabilidad que supone un cargo público, no solo los privilegios

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (Joaquín Corchero/EP)
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (Joaquín Corchero/EP)
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Sí, los políticos cobran poco en líneas generales y la subida de sueldo de Juanma Moreno no debería generar polémica alguna porque es justa, e incluso insuficiente. Ya lo he dicho, para que no haya dudas sobre la tesis central de este primer Zaguán del año. Ahora, quien solo observe la vida entre negros o blancos o se dedique a criticar o elogiar las decisiones según el color de quien las adopte, por simpatías o interés, puede ahorrarse la lectura del resto del artículo. Seguramente no le hagan falta los grises de esta historia, ni los matices, ni los hechos que se ocultan detrás de los titulares de trazo grueso.

Subamos incluso un poco el tono. Que la persona encargada de gestionar los servicios públicos, y, por lo tanto, la vida, de todos los andaluces cobrara 71.667 euros al año es vergonzoso. Pero aquí no se trata de defender el estado de salud de la cuenta corriente de Juanma Moreno, sino de construir un argumento más elevado. No se vayan todavía, que hay para todos. Igualmente, es ridículo que Pedro Sánchez perciba 90.000 euros o que un Ministro del Reino de España no llegue a los 80.000. ¿Ahora está más claro?

Entiendo y asumo que para la mayoría de los andaluces, que hacen malabares para que no les sobre mes al final del sueldo, puede resultar chocante leer que es insuficiente cobrar esa cantidad, pero ése es otro debate. Porque sí, claro que también es vergonzoso que 1.080 euros al mes se considere un salario mínimo adecuado en las condiciones actuales de inflación y coste de la vida. Precisamente ese contraste nos abre la puerta a preguntarnos qué hacemos mal a la hora de valorar esta cuestión. Y, aunque son muchos los errores que solemos cometer en este análisis, pueden resumirse en uno: afrontarlo desde una idea preconcebida.

Foto: El alcalde de Cádiz, Bruno García (PP), pasará a ganar en su primer mandato 68.888 euros al año, 30.000 euros más de lo que percibía 'Kichi'. (EFE/Román Ríos)

Si es de los que cree que los políticos son unos aprovechados que solo piensan en llenarse el bolsillo, esta es una discusión inútil, porque cualquier sueldo le va a parecer excesivo. Si las circunstancias aparejadas a un cargo público solo le parecen privilegios intolerables cuando lo ocupa alguien de un partido al que no vota, tampoco vamos a avanzar nada. Pero si los propios políticos son incapaces de empatizar con los ciudadanos a la hora de adoptar y explicar estas decisiones, cualquier esfuerzo será en vano.

Yo no quiero que la doctora que atiende a mi madre o el profesor que enseña a mis hijos tenga sueldos más bajos que sus compañeros de otros lugares de España. Yo mismo, por supuesto, no quiero cobrar menos por el mismo puesto en comparación con un trabajador de otra ciudad. Y, por eso, tampoco quiero que quien me presida tan solo supere en salario a sus homólogos de Cantabria y Asturias. Porque el sueldo de un político no debe ser un privilegio por el cargo que ocupa, sino un pago por la responsabilidad que asume.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, junto a sus consejeros en un acto navideño. (EFE/Raúl Caro)

Es urgente dejar de juzgar a los colectivos para hacerlo con las personas. Un presidente, un ministro, un consejero, un diputado o un director general cobrarán mucho o poco en función de lo que aporten, no de lo que son. En ocasiones se presenta a los políticos como personas con la única aspiración de serlo para vivir de ello. Criados en una estructura de partido en la que han ido medrando, sin formación adecuada ni experiencia previa en el mercado laboral. Eso es un perfil de político, no es un político.

Y precisamente si no dotamos de condiciones económicas, profesionales y sociales adecuadas a los puestos de responsabilidad, los únicos políticos que quedarán serán esos, porque el sistema expulsará a los hombres y mujeres con preparación, solvencia, experiencia y vocación de servicio público. ¿Quién en su sano juicio querrá exponerse a una responsabilidad enorme, con jornadas de trabajo interminables y un escrutinio constante e invasivo de su vida personal por unas condiciones económicas y una consideración social infinitamente peores que las que le ofrece la empresa privada?

Foto: Sesión de control en el Congreso de los Diputados. (EFE/Javier Lizón)
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Porque no hay que olvidar además que la subida de sueldo aprobada no afecta solo al presidente de la Junta de Andalucía, sino también a los altos cargos de la Administración andaluza. Contar con una estructura directiva, y por supuesto también con un cuerpo funcionarial, bien remunerados, es fundamental para poder captar y desarrollar talento y evitar problemas para contar con buenos profesionales en la estructura.

Por eso Juanma Moreno ha hecho bien tomando la decisión, igual que hizo bien Juan Espadas en 2019, cuando se subió un 33% el sueldo como Alcalde de Sevilla, que estaba congelado desde 1991. Un sueldo que, por cierto, era superior al del presidente de la Junta hasta esta reciente subida, algo que supone una prueba más de que la medida era necesaria. De hecho, es absurdo que el presidente siga cobrando menos que los portavoces de los grupos parlamentarios.

Si en algo se ha equivocado ha sido en esforzarse en justificar la decisión, no en explicarla

Y si en esto ha hecho bien, ¿qué es lo que ha hecho mal? Seguramente elegir este momento, que es lo que le achaca principalmente la oposición, no haya sido un error. Aunque haya coincidido con una crisis con dimisiones en el Servicio Andaluz de Salud y unas listas de espera alarmantes. Porque, ¿cuál es buen momento para subirse el sueldo? ¿Acaso es que nunca va a haber problemas en una comunidad con ocho millones y medio de personas? ¿No le hubieran criticado de haberlo hecho justo después de las elecciones pese a poderse entender que la mayoría absoluta le daba legitimidad para ello?

Si en algo se ha equivocado ha sido en esforzarse en justificar la decisión, no en explicarla. En aportar motivos para intentar contrarrestar las críticas, en lugar de ofrecer argumentos previos para evitarlas. Seguramente el resultado hubiera sido el mismo, pero la pedagogía nunca sobra. Y esa valentía quizás hubiera abierto un debate sano, no una discusión demagógica.

Sí, los políticos cobran poco en líneas generales y la subida de sueldo de Juanma Moreno no debería generar polémica alguna porque es justa, e incluso insuficiente. Ya lo he dicho, para que no haya dudas sobre la tesis central de este primer Zaguán del año. Ahora, quien solo observe la vida entre negros o blancos o se dedique a criticar o elogiar las decisiones según el color de quien las adopte, por simpatías o interés, puede ahorrarse la lectura del resto del artículo. Seguramente no le hagan falta los grises de esta historia, ni los matices, ni los hechos que se ocultan detrás de los titulares de trazo grueso.

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