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Las ‘caixetes’ (en castellano, cajitas) catalanas
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Álvaro Robles Cartes

Ángulo Inverso

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Las ‘caixetes’ (en castellano, cajitas) catalanas

Las caixetes son una especie mediterránea en vías de extinción. Pequeñas y correosas, tienen una estructura primitiva, poca inteligencia y limitada capacidad de adaptación  A caballo

Las caixetes son una especie mediterránea en vías de extinción. Pequeñas y correosas, tienen una estructura primitiva, poca inteligencia y limitada capacidad de adaptación  A caballo entre la espardeña y la navaja o mejor el dátil de mar, las caixetes son unos moluscos bivalvos de la costa sur de Cataluña que, a diferencia de otros miembros más dinámicos del hábitat marino, prefirieron no organizarse en bancos. En su lugar escogieron un modo de vida estático, pegado a piedras, rocas…o ladrillos. Hoy, casi esquilmadas, subsisten protegidas por la autoridad. Ni en Europa ni en el mundo occidental se encuentran ya. Aunque son una extravagancia y como tal, salen bastante caras, son la debilidad de algún gourmand y también del Ministerio de Economía y del mismo Banco de España que, sin reparar en gastos, parecen pirrarse por ellas.

 

Las cajas catalanas cerraron 2010 con un diagnóstico desigual. En cuanto ha podido, Caixa Catalunya se ha separado del paquete. Pese a reunir tres de los principales problemas de nuestra economía: el de las propias cajas, las pensiones y el federalismo asimétrico deficitario, La Caixa d´ Estalvis i Pensions de Barcelona no dará quebraderos de cabeza al Gobierno central, aunque tal vez sí a la Generalitat por el plus de independencia que alcanza. La privilegiada información de Fainé al frente de la CECA ha permitido a La Caixa disponer oportunamente de la cartografía política para afrontar una singladura que trasciende el cambio de nombre. Ahorrar punto y medio en coeficientes, agrupar los activos malos, modernizar la estructura de dirección y cambiar la forma jurídica de la entidad no es una tontería. Aunque la jugada se resuma en un cambio de cromos con el grupo industrial y el aprovechamiento de una licencia  bancaria, ante un mercado desconfiado y cicatero Catalunya bank luce bastante mejor que el BFA de Rato y ya es la primera de la fila para pedir capital.

Sería razonable que el experto independiente, al que Salgado convocará si hay intervención pública, es decir, si las cajas fracasan en su proceso de capitalización en los mercados, actuara ya para que el potencial inversor supiera a qué atenerse

Más incierto es el panorama de Catalunya Caixa (parece que el mismo experto en naming que ideó Nova Caixa Galicia -NoCaGa- ha hecho su agosto en el  sector). La suma de activos de las caixetes de Tarragona y Manresa no ha diluido sino apuntillado el balance carcomido que aportó la segunda caja de Barcelona, un minuto después de que el ex vicepresidente Narcis Serra interpretara impecablemente, como solía hacer al piano, su propia fuga. Catalunya Caixa ha cerrado 230 oficinas de las 395 previstas y amortizado más de la mitad de los 1.300 empleos redundantes, pero el problema siguen siendo las devoluciones de 8.400 millones para los próximos meses y una exposición del 72,4% en balance al sector inmobiliario (vivienda familiar 26.230 millones + 12.774 millones para promotores y constructores). Una partida que pide gritos una buena porción de los 20.000 millones de saneamiento que anticipó la ministra como necesidades del sector. 20.000, los primeros. Si algún ministro gestionara la economía de su hogar con el tino que exhibe para los recursos públicos sería indigente en una legislatura.

Aunque menor en términos absolutos, Unnim (Caixa Tarrasa + Sabadell + Manlleu) ha declarado 3.598 millones de crédito a promotores con una mora del 18% (frente a un 14% en Catalunya Caixa) que crecerá otro 17% en las próximas semanas. Su cobertura de riesgo no llega a la mitad de su hermana mayor (18% vs 38%) y ostenta el dudoso  record sectorial de un 17,8% de exposición inmobiliaria problemática, 4,6 puntos más que la media de las cajas fusionadas.

En ambos casos la cobertura de capital ahoga. Con cores de 6,3% y 6,4% las dos caixetes catalanas lideran el ranking de urgencias. Si La Caixa inauguró la vía bancaria, Caixa Cataluña y Unnim tienen todas las papeletas de estrenar la vía de la intervención.

Soluciones que hicieron quebrar a Irlanda

El problema de la reforma, improvisada como la redacción de demasiadas líneas del BOE de los últimos siete años, se inició copiando soluciones -la capitalización pública de un agujero bancario- que hicieron quebrar a Irlanda, frente a la opción de dejar caer a la que no cumpla. No toca los órganos de gobierno, compuestos por directivos tan dispares entre sí como los miembros de Village People, a menudo unidos solo por la política y la falta de trayectoria financiera. Continúa errando en la tasación del agujero negro (20.000 millones) y, tras corregir el horizonte de intervención pública (será antes de septiembre), equivoca la lógica procesal. Sería  razonable que el experto independiente, al que Salgado convocará si hay intervención pública, es decir, si las cajas fracasan en su proceso de capitalización en los mercados, actuara ya para que el potencial inversor supiera a qué atenerse. Es ingenuo pensar que alguien sin información  independiente pondrá un euro tanto en Uninim como en Catalunya Caixa, aunque los convertibles sean una opción, al computar como core capital y facilitar- si hay dinero- la estrategia de salida al inversor. Ambas cajas parecen abocadas a la intervención pública diseñada por Salgado. Otro modelo, dejando de jugar con las reservas y utilizando las provisiones, que para eso están en el Plan General Contable, implicaría asumir severas pérdidas en lugar de un poquito más de deuda para el Estado.

Pero si la inversión en cajas no fuera suficientemente incierta, habría que añadir las prevenciones derivadas del artículo 120 del vigente estatuto de autonomía catalán.

¨Corresponde a la Generalitat en materia de cajas de ahorro con domicilio en Cataluña la competencia compartida sobre la actividad financiera de acuerdo con (los principios reglas y estándares mínimos que establezcan, decía el artículo original antes de que el TC lo declarara nulo) las bases estatales que incluye en todo caso la regulación de la distribución de los excedentes y de la obra social¨.

Interesante, y no solo para los fondos buitre, que a tenor de este artículo podrían terminar siendo buitreados. Desde otro ángulo, el ministerio podría tal vez ahorrarse un buen dinero. Que la Generalitat influye en las cajas es evidente; sólo hay que ver quién manda en ellas o su papel en el empréstito de 3.000 millones emitido por el anterior conseller Castells. Bien, si la Generalitat tiene competencia sobre el destino de los excedentes y estos son negativos,  podrían inferirse a sensu contrario responsabilidades en la recapitalización de entidades con problemas. Como complemento, el art. 118 de la misma norma prevé competencias exclusivas sobre las fundaciones, nueva personalidad jurídica de las cajas que sigan siéndolo y operen en Cataluña.

Se da la bienvenida a los juristas al debate. Justo lo que necesitaba Economía para terminar de tenerlo claro.

Volviendo a las caixetes, una última consideración. Por más que se mastiquen en ocasiones su textura las hace difíciles de embuchar, pero como sucede con todo marisco, el mayor peligro para la salud del consumidor es hincarle el diente cuando llevan demasiado tiempo encima de la mesa. De ahí las urgencias.

Las caixetes son una especie mediterránea en vías de extinción. Pequeñas y correosas, tienen una estructura primitiva, poca inteligencia y limitada capacidad de adaptación  A caballo entre la espardeña y la navaja o mejor el dátil de mar, las caixetes son unos moluscos bivalvos de la costa sur de Cataluña que, a diferencia de otros miembros más dinámicos del hábitat marino, prefirieron no organizarse en bancos. En su lugar escogieron un modo de vida estático, pegado a piedras, rocas…o ladrillos. Hoy, casi esquilmadas, subsisten protegidas por la autoridad. Ni en Europa ni en el mundo occidental se encuentran ya. Aunque son una extravagancia y como tal, salen bastante caras, son la debilidad de algún gourmand y también del Ministerio de Economía y del mismo Banco de España que, sin reparar en gastos, parecen pirrarse por ellas.

Cajas de Ahorros Cataluña Banco de España Elena Salgado