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Duran Lleida, el mosso d´esquadra malo
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Álvaro Robles Cartes

Ángulo Inverso

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Duran Lleida, el mosso d´esquadra malo

Casi agotada la transferencia de competencias autonómicas a Cataluña, no es extraño que, a menudo, las exigencias de la Generalitat se queden en la demanda de

Casi agotada la transferencia de competencias autonómicas a Cataluña, no es extraño que, a menudo, las exigencias de la Generalitat se queden en la demanda de transferencias… bancarias. Se trate de Inversión en infraestructuras, de la limitación de la solidaridad interregional o del pacto fiscal, la estadística se encarga de nutrir el estereotipo. El incumplimiento del Estatut por parte de Zapatero y 759 millones tienen ahora la culpa. Una vez más, la senyera esconde  la cartera. 

La cifra en litigio se corresponde con la disposición adicional tercera del Estatut sobre las inversiones que se comprometía a realizar el Estado en Cataluña en el ejercicio 2008. Tanto Zapatero como Salgado prometieron abonar la diferencia antes de fin de año, pero fue Soraya Sáenz de Santamaría quien alertó de que nadie en el Gobierno saliente pensaba ordenar el pago. La reacción catalana ha sido airada y se corresponde con la justa indignación del que se siente estafado, aunque no es evidente que un procedimiento contencioso administrativo permita cobrar la deuda. En caso contrario, en el que el fallo obligara a pagar, la cola que podría formarse de otros damnificados por Zapatero dejaría pequeña la que el Gran Vázquez, rey de los sablistas, tenía a la puerta de su casa. Mineros de Rodiezmo, pensionistas, productores de energías limpias, compañeros de partido…

Lo extraño es que el presidente catalán, que ha denunciado repetidamente las tretas del leonés, se dejara volver a birlar la carteray no tuviera  mejor título para exigir el cobro que el difundido por el diario progubernamental La Vanguardia: una fotocopia presentada como prueba irrefutable pero titulada ‘posibles acuerdos con la Generalitat’. Algo que no deja en gran lugar al tercer diario español, que volverá a recibir este ejercicio, como otros medios catalanes, ayudas financieras de la Generalitat. Dinero bien invertido.

Dos centenares de miles de funcionarios catalanes con la paga extra atrasada ya saben que el culpable es Madrid. ¿Quién dijo que la crisis es mal momento para hacer país?

Las reservas del anterior Gobierno para pagar, reservas que podría heredar Rajoy, tienen que ver en primer lugar con la falta de caja, pero también con el agravio que supondría para las comunidades con inversión estatal por debajo de su peso en el PIB nacional, mínimo que tiene garantizado por ley Cataluña. Una pequeña parte del Estatut que el abnegado Guerra (¨Hemos dejado el Estatut como una patena¨) dejó pendiente de abrillantar.

Unilateralmente, Cataluña decidió diferir el ajuste de su brecha presupuestaria del 4,2% de PIB al 1,3% hasta diciembre de 2012, un año más tarde que el compromiso de Salgado para el resto de comunidades.  Pero los ingresos se han ralentizado al ritmo de la actividad económica y las ventas de activos inmobiliarios previstas no se completarán este año, por lo que Cataluña necesita el dinero. Dos centenares de miles de funcionarios con la paga extra atrasada ya saben que el culpable es Madrid. ¿Quién dijo que la crisis es mal momento para hacer país?

Mientras Rajoy hereda el descuadre, pues ese dinero debe estar contabilizado en la Administración central o en la catalana pero no en los dos sitios, y empieza a sumar flecos al objetivo inicial de reducción de 16.500 millones de déficit, el Gobierno catalán ha presentado su presupuesto 2012. Destaca en él la contención de recortes sociales, la subida de impuestos y tasas y el parón en la inversión. Ya puede reclamar Durán Lleida en el congreso políticas de infraestructuras para reactivar el crecimiento. Su Gobierno, mientras tanto, quiere destinar el presunto déficit de inversión del 98 a gasto corriente de 2011 y ha recortado un 28% la formación de capital en el presupuesto de 2012. El discurso monolítico y secular de CIU acusando al Ejecutivo español de descuidar las infraestructuras catalanas se resquebraja cuando es el propio Gobierno catalán quien las desatiende.

No es la única incoherencia en la coalición. Tras la renovación de la reserva de su suite en el Palace madrileño y cortejar a Rajoy especulando con la abstención en su investidura, Duran votó en negativo. Su reclamación al Gobierno de los 759 millones no arrancó del investido más que un vago compromiso de cumplimiento de  la ley. En el habitual reparto de papeles con Artur Mas (good cop & bad cop) el portavoz de la coalición en el Congreso estrenó el papel de mosso d’ esquadra malo, superando el escepticismo de los vascos de Amaiur, que se abstuvieron. En una inversión de papeles inédita, el president Mas será a corto plazo el hombre del diálogo manteniendo los lazos con un PP con la mosca tras la oreja.

Sacar  pecho en Madrid frente a la mayoría absoluta popular a la vez que se vota en Cataluña el importante paquete legislativo Omnibus con la izquierda, da al guión de CIU un giro valiente, inesperado y no exento de riesgos. Pedir ahora al  PSC que vote el presupuesto 2012 que, por segundo año, restringe las partidas de educación y sanidad no tiene sentido, ni siquiera en el marco del habitual tacticismo, ahora renovado, de la filial del PSOE. Con tres años de gobierno por delante, CIU necesita buenas relaciones con el PP en Madrid y en la Generalitat, además de en la diputación de Barcelona, y en un buen número de ayuntamientos. La película la hemos visto muchas veces; CIU no agotará la legislatura sin separarse abruptamente del PP, pero quedan tres años y el ciclo electoral está aún muy verde para jugar al victimismo y a la confrontación. Por eso, a pesar del teatral “no” a la investidura, es apuesta segura que pronto veremos en la cartelera madrileña a Duran Lleida en el papel que realmente borda: el de dialogante mosso d´esquadra bueno.

*Álvaro Robles Cartes es economista y consultor político y de comunicación.

Casi agotada la transferencia de competencias autonómicas a Cataluña, no es extraño que, a menudo, las exigencias de la Generalitat se queden en la demanda de transferencias… bancarias. Se trate de Inversión en infraestructuras, de la limitación de la solidaridad interregional o del pacto fiscal, la estadística se encarga de nutrir el estereotipo. El incumplimiento del Estatut por parte de Zapatero y 759 millones tienen ahora la culpa. Una vez más, la senyera esconde  la cartera.