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Blesa duerme ya en Soto del Real
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Nacho Cardero

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Blesa duerme ya en Soto del Real

Lo relataba un cariacontecido Alfonso Ussía la pasada Navidad durante su estancia en Comillas: “¿Sabes que para lo único que me ha llamado Aznar en cinco

Lo relataba un cariacontecido Alfonso Ussía la pasada Navidad durante su estancia en Comillas: “¿Sabes que para lo único que me ha llamado Aznar en cinco años ha sido para decirme que Blesa era una buena persona?”. El expresidente del Gobierno, que todavía sufre las fiebres típicas del síndrome de La Moncloa, levantaba el teléfono para defender la honorabilidad del exbanquero y lo hacía con la suficiencia del que todavía se cree que manda.

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Lo de José María Aznar y Miguel Blesa hay que entenderlo como esos pactos de sangre que sellan los jóvenes en los campamentos estivales. Coincidieron ambos en Logroño cuando ejercían de inspectores de Hacienda y allí trabaron una amistad que, pese a los escándalos, o quizá por ellos, ha echado raíces. Aznar colocó a Blesa en Caja Madrid y éste le guarda gratitud eterna.

En el artículo que dedicó al otrora mandamás de entidad financiera, Alfonso Ussía censuraba con su habitual pluma acerada la incontinencia verbal del banquero, quien previamente había declarado sin despeinarse que había descambiado su BMW oficial de quinientos mil euros porque no le resultaba cómodo. “Falló en su exceso de confianza”, ironizaba el periodista. “Cuando se adquiere un vehículo de esa categoría, antes de comprarlo hay que probar los asientos”.  

Ayer, a las ocho y media de la tarde, la Guardia Civil despejaba de curiosos los juzgados de Plaza Castilla y acto seguido trasladaba al expresidente de Caja Madrid a la cárcel de Soto del Real, donde pasó la noche. Se lo llevaron en uno de esos furgones que emplean para delincuentes comunes y que, con toda probabilidad, no guarda el confort de aquel coche blindado del que tuvo que deshacerse.  

Justo antes de subir, aparentemente sereno y con el traje arrugado, como si la mucama no lo hubiera planchado en años, mostraba su incredulidad por la decisión del magistrado. “¿Por qué la pagan conmigo cuando la idea de comprar el banco [el City National Bank de Florida] fue de todo el consejo de administración?”, rezongaba. 

En diciembre de 2012, tanto Blesa como el antiguo patrón de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, declaraban ante el titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid por la supuesta concesión irregular de un crédito de 26,6 millones. El 17 de abril, el magistrado imputaba a la guardia de corps del banquero: Ildefonso Sánchez Bardoj, Matías Amat, Gonzalo Alcubilla, Fernando Sobrini, Juan Bartolomé Pasaro y Luis Crespo. Un mes después, Blesa ingresa en prisión.

"Después de su declaración y de la de Díaz Ferrán, el juez se dio cuenta de que no había causa por el crédito, de que la mayor parte de la responsabilidad recaía en Rodrigo Rato", defienden los allegados. "De ahí que ampliara la investigación a la compra en 2008 del City National Bank cuando no había razones para ello. No me cabe la menor duda de que se trata de una venganza". 

El hecho cierto es que el banquero durmió ayer en Soto del Real y su entorno disputa una contrarreloj por conseguir los 2,5 millones de fianza exigidos por el juez. Lo tienen que lograr hoy viernes en las doce horas que van desde que las entidades suben la ventanilla hasta que la bajan, ya que el sábado y domingo son inhábiles. De no levantar esa cantidad, Blesa pasará el fin de semana en la cárcel.

Incluso en un primero momento, el juez Elpidio José Silva Pacheco pensó en dictar prisión incondicional para el banquero. De hecho, así lo reflejaron las primeras informaciones. Tuvo que ser la Fiscalía quien le convenciera para que se mostrara más indulgente y pusiera fianza. Aun así, en su entorno aseguran que no cuentan con la liquidez suficiente para hacer frente al pago, que tienen en propiedad bienes mobiliarios e inmobiliarios suficientes para cubrir la contingencia, pero no efectivo inmediato. Todo ello a pesar de que el otrora dueño de los Torres Kio percibió una indemnización de 2,8 millones tras su salida de la caja. 

Cabe destacar que los promotores de la denuncia son las polémicas organizaciones Manos Limpias y Ausbanc. Miguel Blesa y Luis Pineda -cabeza visible de la organización de consumidores- jamás han ocultado su mutua antipatía. Hasta tal punto es así que, en determinado momento, el expresidente de Caja Madrid aunó sensibilidades en el sector para intentar ahogar financieramente a Ausbanc, maniobra que, visto lo visto, no llegó a buen puerto.

Queda por ver si Blesa aplazará su boda con la joven Gema Gámez, que iba a tener lugar el próximo 8 de junio en la finca Las Jarillas, en la carretera a Colmenar Viejo, y si acudirán los invitados anunciados. De haberla celebrado hace un año, habría estado presente el Ibex 35 al completo. Ahora, tras su paso por Soto, a buen seguro que la lista habrá menguado. Ni habrá tanto gran empresario ni tan influyente. Muchos de ellos se descolgarán no les vayan a señalar como la próxima ficha en caer, habida a cuenta, sobre todo, de que la impunidad bancaria parece haber tocado a su fin.   


Lo relataba un cariacontecido Alfonso Ussía la pasada Navidad durante su estancia en Comillas: “¿Sabes que para lo único que me ha llamado Aznar en cinco años ha sido para decirme que Blesa era una buena persona?”. El expresidente del Gobierno, que todavía sufre las fiebres típicas del síndrome de La Moncloa, levantaba el teléfono para defender la honorabilidad del exbanquero y lo hacía con la suficiencia del que todavía se cree que manda.

Miguel Blesa