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Vilarrubí, imputado: del lujo de Torre del Remei a los créditos fantasma del clan Pujol
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Nacho Cardero

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Vilarrubí, imputado: del lujo de Torre del Remei a los créditos fantasma del clan Pujol

Al empresario y vicepresidente del Fútbol Club Barcelona no le llega la camisa al cuello. La lista de archivos, documentos y objetos que le han requisado en su domicilio es extensa como ella sola

Foto: Carles Vilarrubí entre la burguesía catalana. (Enrique Villarino)
Carles Vilarrubí entre la burguesía catalana. (Enrique Villarino)

Apenas ha tenido eco mediático, pero Carles Vilarrubí (Barcelona, 1954) ha sido finalmente imputado dentro de la macrooperación policial Hades contra la corrupción del clan Pujol y sus tentáculos empresariales. Declarará el próximo día 16 en la Audiencia Nacional ante el magistrado José de la Mata, titular del Juzgado Central de Instrucción número 5.

El hecho resulta de todo menos baladí. Vilarrubí está lejos de ser un imputado más. Además de pertenecer a la cúpula del Fútbol Club Barcelona, ocupa los cargos de vicepresidente de Banca Rothschild en España, preside la correduría de seguros Willis S&C y está casado con Sol Daurella, una mujer millonaria, pero millonaria de las de verdad, heredera del imperio Cobega y ahora líder de la mayor embotelladora de Coca-Cola del mundo.

Así, cuando Vilarrubí pise la escalinata de la Audiencia Nacional, no lo estará haciendo solo él sino también una forma de entender las relaciones sociales y los negocios en la Cataluña del Palau y del 3%. El juicio a los Pujol es, a su vez, un juicio sumarísimo a la burguesía catalana.

La investigación policial resultante de diseccionar las comisiones rogatorias de Andorra y Reino Unido ha llegado a la conclusión de que el clan Pujol funcionaba como una organización criminal, perfectamente asentada y de raigambre familiar. A esta familia, por lo que se ve infinita en su número y no solo emparentada por lazos de sangre, sino también por lazos pecuniarios, pertenecería Carles Vilarrubí, al que se acusa de haber recibido 50 millones de las antiguas pesetas de la cuenta 84400 de Andbank que tiene como titular a Jordi Pujol Ferrusola.

Vilarrubí pisará la escalinata de la Audiencia el próximo día 16. El juicio a los Pujol es, a su vez, un juicio sumarísimo a la burguesía catalana

La UDEF señala que la cuenta 84400, abierta el 16 de noviembre de 1995 y cerrada el 30 de diciembre de 2012 por el hijo del ‘molt honorable’, resulta mollar en la trama, con cuantiosos ingresos y transferencias sospechosas realizadas desde la misma.

Según la investigación policial, Jordi Pujol Ferrusola habría hecho un pago desde Andorra por 300.000 euros (los 50 millones de pesetas antes mencionados) a Restaurantes de Cerdanya en concepto de “diversos créditos”. El beneficiario de este dinero habría sido Vilarrubí, vicepresidente de Restaurantes de Cerdanya S.L. Los pagos, indican las fuentes, habrían tratado de camuflarse bajo la fórmula de crédito privado, unos préstamos que, aparentemente, jamás habrían sido declarados a la Hacienda pública.

Fuentes policiales aseguran que los pagos a Vilarrubí no terminan ahí sino que se habrían prolongado en el tiempo. Hay constancia, como mínimo, de otro ingreso con fecha 18 de enero de 2000 por seis millones de pesetas (36.000 euros) en concepto de “crédito amort”. La UDEF concluye que tras estos movimientos se oculta una operativa de blanqueo de capitales.

Pero ¿qué negocio se esconde bajo la nomenclatura Restaurantes de Cerdanya S.L.? Aparentemente, no se trata de ninguna tenebrosa sociedad para cobrar comisiones o pelotazos inmobiliarios. Bajo esta denominación aparece Torre del Remei, uno de los restaurantes más prestigiosos de Cataluña, de la cadena Relais Chateaux y pionero de la guía Michelin. Conciertos al aire libre, Moët&Chandon y lujo a tutiplén. El establecimiento está ubicado en el corazón de la Cerdanya, cuya capital comarcal es Puigcerdá, uno de los emplazamientos preferidos por la ‘beauty’ catalana junto a la siempre concurrida Baqueira Beret.

En un escrito remitido por el acusado el mismo día de los registros, este argüía que cinco socios -Vilarrubí y Jordi Pujol Jr. entre ellos- se decidieron a constituir Restaurantes de Cerdanya S.L. con el objeto de ayudar al citado establecimiento a salir de su delicada situación económica. “Respecto a las actuaciones policiales de esta mañana en mi domicilio particular de Barcelona”, rezaba el comunicado, “quiero aclarar ante la opinión pública que todo se trata de un error que queda de manifiesto cuando se conoce el contenido de la resolución que ha motivado el registro. Dicha resolución señala que en el año 1995, hace ahora 20 años, yo era 'representante social' de Restaurantes de Cerdanya S.L. Esto no se corresponde con la realidad. El concepto de 'representante social' no tiene validez legal alguna”.

El abogado penalista Emilio Zegrí se malicia que los registros son la excusa para hacer acopio de documentación en busca de más y mayores víctimas

El chef de Torre del Remei, Josep Maria Boix, toda una institución culinaria catalana, se apresuró a decir que no tenía conocimiento de ‘operaciones hades’ ni de cuentas andorranas. Emilio Zegrí, uno de los más destacados abogados penalistas de Barcelona, al que ha contratado Carles Vilarrubí para el caso, asegura no entender a qué viene tanto lío por unas transferencias no muy cuantiosas que se realizaron hace 20 años y que, de ser delito, habrían prescrito tres veces. El abogado se malicia que tras lo del restaurante se esconde una celada de altos vuelos, acaso la excusa perfecta para realizar los registros y hacer acopio de documentación en busca de más y mayores ‘víctimas’.

La escena resultó escalofriante para esa burguesía acostumbrada al esmoquin y el cava. Delante de fotógrafos y cámaras de televisión, la policía irrumpió en el exclusivo barrio de Pedralbes, en la Ciudad Condal, para registrar el domicilio, el despacho y hasta el ‘family office’ de Vilarrubí, cuya dirección se corresponde con la del Consulado de Islandia en Barcelona, ya que su esposa, Sol Daurella, ostenta el cargo de cónsul general honoraria de este país.

Al empresario y vicepresidente del Fútbol Club Barcelona no le llega la camisa al cuello. La lista de archivos, documentos y objetos que le han requisado es extensa como ella sola. Su imputación deja también en una delicada situación a su cónyuge, Sol Daurella, la mujer de la Coca-Cola en Europa. En Atlanta están preocupados del daño reputacional que las derivadas de este caso puedan provocar en la marca de refrescos, todo ello agravado por el hecho de que Vilarrubí nunca ha caído bien a los americanos. El respeto que profesan a Daurella, a la que admiran en lo personal y en lo profesional, se lo niegan a su marido.

Vilarrubí es ‘uno de los nuestros’. La policía lo relaciona con oscuros casos como Grand Tibidabo y Banca Catalana. También recuerda que fue adjudicatario del negocio de loterías de la Generalitat. Concretamente, era el representante de Trading and Development, la administradora de los beneficios generados en este negocio de azar. “Para llevar la dirección general del juego, denominada Entidad Autónoma de Juegos y Apuestas (EAJA), Jordi Pujol i Soley puso a Carles Vilarrubí, un hombre del partido que le había hecho de chófer durante muchos años, llevándole en un utilitario hasta los últimos confines de Cataluña”, relataba el periodista Antonio Fernández en su libro ‘Pujol&Puig’. “Vilarrubí era, además, amigo de los hijos y, con el tiempo, acabaría haciendo negocios con Jordi Pujol Ferrusola y convirtiéndose en un potentado”. Los últimos acontecimientos así vienen a atestiguarlo.

Apenas ha tenido eco mediático, pero Carles Vilarrubí (Barcelona, 1954) ha sido finalmente imputado dentro de la macrooperación policial Hades contra la corrupción del clan Pujol y sus tentáculos empresariales. Declarará el próximo día 16 en la Audiencia Nacional ante el magistrado José de la Mata, titular del Juzgado Central de Instrucción número 5.

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