Caza Mayor
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Horas bajas para Lladó (Técnicas Reunidas): de emisario del Rey a las pesadillas 'púnicas'
La baraka de Lladó empezó a devenir mala suerte el día en que el Rey emérito, su gran protector, decidió abdicar y ceder el testigo a su hijo Felipe
A José Lladó Fernández-Urrutia (Madrid, 1934) le recorre a sus 82 años una sensación de zozobra como pocas veces antes. Los tiempos convulsos que zarandean al país arrastran también a familias de abolengo que lo fueron todo en años pasados. Es el caso de Lladó, miembro de la saga que montó el Banco Urquijo, fundador y principal accionista de Técnicas Reunidas, personaje clave durante la Transición, ministro en el primer gobierno de Suárez, embajador en Washington por la gracia de don Juan Carlos y uno de los nombres que aparecen en la selecta lista de 'Forbes' de los más ricos del mundo.
La baraka de Lladó, sin embargo, empezó a devenir mala suerte el día que el Rey emérito, su gran protector, decidió abdicar y ceder el testigo a su hijo, Felipe. Más que un cambio en la institución, se trataba del fin de una era, de un relevo generacional que amenazaba con extenderse más allá de la Corona, como así ha ido ocurriendo. El 2 de junio de 2014, día de la renuncia de Su Majestad, la acción de Técnicas Reunidas cotizaba a 42,32 euros. Ayer, en cambio, se situaba ligeramente por encima de los 29 euros, un 30% menos, el doble de lo que ha caído el Ibex 35 en ese mismo periodo. Este 2016 también se encuentra entre los valores de cola.
Los analistas bajaron masivamente la recomendación sobre la acción tras desplomarse su beneficio de 2015 y admitir un 'profit warning'. De dos años a esta parte, son muchos los frentes que se le han abierto a la familia Lladó. Además de los malos resultados, del fiasco de su negocio canadiense y de sus pleitos con Hacienda, se encuentra también la sombra de la trama Púnica. Este señor, antítesis del ‘madrileñeo’ y de la ostentación, maldice la hora en que se metió en aquel ‘extraño’ negocio en San Sebastián de los Reyes, Madrid.
Los ecos de la operación Púnica, que investiga la posible financiación irregular del PP en Madrid, resuenan por toda la comunidad. Una de las líneas que sigue la Unidad Central Operativa (UCO) se centra, concretamente, en Waiter Music, empresa de la trama encargada de organizar fiestas y conciertos. La Guardia Civil ha detectado irregularidades en varios municipios y ha llegado a la conclusión de que las adjudicaciones que se llevaba esta compañía se traducían luego en contraprestaciones para el PP. Tirando del hilo de Waiter, se llega a los negocios de Técnicas en San Sebastián de los Reyes.
Técnicas Reunidas es un ‘empresón’ que cotiza en el Ibex 35. Se dedica a la ingeniería, diseño y construcción de instalaciones industriales para un amplio espectro de clientes de todo el mundo, donde se incluyen las principales compañías estatales y multinacionales, además de grandes grupos españoles. Lladó se codea con saudíes y americanos. Es su hábitat natural. De ahí la extrañeza de que, en el año 2006, pujara por el proyecto, obra y explotación del Centro Deportivo La Viña, un concurso de 36 millones en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes que nada tenía que ver con el objeto de su negocio real. Fue adjudicado a Técnicas Reunidas en UTE junto a Altamarca.
¿Qué hacía allí, en un centro deportivo, este gigante industrial? Nadie se lo explica. Ni siquiera la auditoría Deloitte que, en un informe de 2 de enero de 2008 sobre este proyecto, advertía de que este negocio “supone una variación respecto de su actividad tradicional como contratista, asumiendo parte de la responsabilidad como 'sponsor' del proyecto (…). La principal diferencia es que ahora Técnicas Reunidas [especializada en el ‘llave en mano’] está comprometiendo capital en el proyecto durante 50 años”. Además, señalaba que la fórmula elegida no era la correcta, aconsejando liquidar la UTE y transformarla en una sociedad concesionaria que adopte la forma de sociedad anónima, ya que la UTE “implica un riesgo para Técnicas Reunidas derivado de la responsabilidad solidaria e ilimitada que se asume por la matriz frente al Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes”.
Deloitte acertó en sus predicciones. En el año 2012, Altamarca, socio de Técnicas, entraba en concurso. Altamarca es una empresa creada en 1999 con un capital de 60.000 euros, dedicada a la gestión de instalaciones deportivas y que preside Fernando Galindo Perdiguero. Fue adjudicataria de un buen número de concesiones municipales deportivas y de construcción de centros que luego, tras el quebranto financiero, ha ido liquidando. Hoy, está fuera del concurso. Y lo está porque Técnicas, principal acreedor, decidió no ejecutarlo.
Mientras esto ocurría, el proyecto deportivo La Viña se encontraba totalmente bloqueado. Habían pasado dos años desde la finalización de las obras, diciembre de 2010, y las zonas deportivas del centro continuaban cerradas. Las elecciones municipales de 2011, con los consiguientes cambios en el consistorio, así como el concurso del Altamarca, propiciaban la parálisis. “Tener finalizadas las obras del polideportivo en 2010 y presentar la concesionaria en diciembre de 2012, un proyecto de explotación inviable, es una tomadura de pelo al Gobierno municipal y a los vecinos de San Sebastián de los Reyes”, se quejaba Narciso Romero, secretario general del PSOE en esta localidad. La bola se iba haciendo cada vez más grande y Técnicas Reunidas, el 'primo de Zumosol' de Altamarca para La Viña, había perdido el control.
Tuvo que ser Fernando García Rubio, asesor jurídico de un nutrido número de ayuntamientos de la Comunidad de Madrid -entre ellos San Sebastián de los Reyes-, así como persona próxima a Cofely -empresa troncal en torno a la que gira la operación Púnica-, el que desbloqueara la situación. Con fecha de 18 de septiembre de 2013, el Consistorio de San Sebastián de los Reyes autorizaba la apertura del centro deportivo La Viña “tras proceder al reconocimiento de las obras y haberse comprobado que se han ejecutado de acuerdo con el proyecto, habiéndose realizado las modificaciones que solicitó el ayuntamiento”. En paralelo, la UTE Técnicas-Altamarca subcontrataba la gestión del centro a una sociedad llamada Santagadea.
¿Qué se esconde tras el nombre de Santagadea? Una empresa constituida en 2010 con un capital social de 3.000 euros, en el mismo domicilio que Altamarca, que proviene del mercado inmobiliario, sin apenas empleados ni referencias deportivas. Como presidente, figuraba también Fernando Galindo Perdiguero, que cesó en el cargo en 2013. Ese año se amplió igualmente el objeto social a las actividades deportivas, recreativas y de restauración. Miguel Espinosa Camacho quedó al frente de la compañía.
A petición de Técnicas Reunidas y con un presupuesto de 60.780 euros, Santagadea elaboró un plan de 'marketing' y publicidad para la apertura de La Viña. Entre las empresas contratadas para dicho plan se encontraba Waiter Music, que giró una factura a Santagadea por el “patrocinio de actividades a realizar con motivo de las fiestas en honor al Santísimo Cristo de los Remedios 2013 en San Sebastián de los Reyes”. La cantidad a abonar ascendía a 6.050 euros. La factura está fechada el 24 de julio de 2013, es decir, semanas antes de saberse que la UTE Técnicas-Altamarca iba a recibir el visto bueno del ayuntamiento para la puesta en marcha del centro.
A petición de Técnicas, Santagadea elaboró un plan de 'marketing' para la apertura de La Viña. La 'púnica' Waiter Music estaba entre las compañías contratadas
En los dos últimos años, ya con actividad deportiva acreditada e incluida en su objeto social, Santagadea ha resultado adjudicataria de numerosos contratos de construcción y operación de centros deportivos. Entre ellos, se ha quedado, previa autorización del ayuntamiento, con la concesión de Dehesa Boyal, otro polideportivo de San Sebastián de los Reyes que estaba en manos de Altamarca. Por si esta ‘voracidad’ fuera poca, el servicio de Deportes del consistorio ha iniciado un procedimiento para que se modifique este contrato con el fin de que se prorrogue el plazo y se otorgue una asignación de 81 millones a Santagadea.
De salir adelante la propuesta municipal, Santagadea conseguirá la gestión integral (La Viña más Dehesa Boyal) del deporte de San Sebastián de los Reyes, con un presupuesto de más de 100 millones de euros, sin pasar por ningún concurso y sin competidores.
A preguntas de este diario, Miguel Espinosa, responsable de Santagadea, señala que no hay nada extraño en la ampliación de plazo, ya que “el contrato que se compró a Altamarca [el de Dehesa Boyal] contiene una cláusula de prórroga de otros 15 años más”, que es la que se pretende activar ahora. Sobre las facturas giradas por Waiter Music, asegura: “No tengo conocimiento. La presentación de La Viña fue hace mucho tiempo”.
Por su parte, desde Técnicas Reunidas señalan que la inversión en San Sebastián de los Reyes tenía toda su lógica, ya que, “en esos años, estábamos entrando en el mercado concesional, instalaciones deportivas incluidas. Entre otras, tenemos el club de pádel de la Moraleja”. De las facturas de Waiter tampoco tienen constancia: “No se puede generalizar. Que se firmen contratos con Waiter, como con Acuamed, que también tenemos, no quiere decir nada. En Púnica ni son todos los que están, ni están todos los que son”.
A José Lladó Fernández-Urrutia (Madrid, 1934) le recorre a sus 82 años una sensación de zozobra como pocas veces antes. Los tiempos convulsos que zarandean al país arrastran también a familias de abolengo que lo fueron todo en años pasados. Es el caso de Lladó, miembro de la saga que montó el Banco Urquijo, fundador y principal accionista de Técnicas Reunidas, personaje clave durante la Transición, ministro en el primer gobierno de Suárez, embajador en Washington por la gracia de don Juan Carlos y uno de los nombres que aparecen en la selecta lista de 'Forbes' de los más ricos del mundo.