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De los 'Ponys' a 'Pueblo, Patria': pablistas y errejonistas se degüellan en Telegram
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Nacho Cardero

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De los 'Ponys' a 'Pueblo, Patria': pablistas y errejonistas se degüellan en Telegram

Alimentados por ansias de 'vendetta', las paredes de Princesa pintan más rojas que nunca por eso de que sus dirigentes se están degollando vivos en las redes sociales

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (i), y el director de campaña y número dos del partido, Íñigo Errejón. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (i), y el director de campaña y número dos del partido, Íñigo Errejón. (EFE)

Todo hacía presagiar que habría noche de los cuchillos largos en Génova o Ferraz, que cuando los dirigentes del Partido Popular y Partido Socialista salieran a saludar al balcón con el grueso del escrutinio, lo harían blandiendo navajas y con los nunchakus ocultos en la espalda para cargarse al líder o a quien fuera menester. Pero el bipartidismo, oh sorpresa, aguantó el 26 de junio. Aguantó, triunfó y desplazó la crisis hacia los emergentes, que andan estos días a palos.

Sucede en Podemos. Los cimientos de Princesa 2, sede de la formación, se resquebrajan una vez se han quedado sin pegamento emocional, ya saben, esa sustancia siempre viscosa que une a facciones de distinto pelaje y con intereses heterogéneos en pos de un objetivo común: la consecución del poder. Si no hay posibilidad de alcanzar La Moncloa, no hay necesidad de hacer seguidismo. Las expectativas fallidas y los malos resultados avivan entonces la razia interna.

Hay sensación de purga, de búsqueda de culpables del desastre electoral. Alimentados por ansias de 'vendetta', las paredes de Princesa pintan más rojas que nunca por eso de que sus dirigentes se están degollando vivos en las redes sociales. Hacen en Telegram lo mismo que los políticos de la UCD en los pasillos: te dan una palmada por detrás cuando en verdad te están pegando un hachazo.

[Podemos-A respalda a Iglesias y carga contra la campaña "pueril" de Errejón]

Esta guerra ideológica es una guerra de bandos. Hay los que giran en torno a la figura de Juan Carlos Monedero, que se pasea por las televisiones cargando contra Íñigo Errejón por la forma en que ha llevado la campaña; están los oficialistas de Iglesias, Echenique y Montero, que exudan un tufo igualmente anti-Errejón, y luego están los del propio Errejón, que son anti-Monedero, anti-Irene y un poco anti-Iglesias. Destacan los siguientes canales de Telegram:

-Podemos purgar (errejonistas).

-Pueblo Patria Podemos (errejonistas)

-L@s Muchach@s (pablistas)

-Ponys y Asociados Public Affairs Firm (pablistas)

Los bandos están evacuando sus pensamientos y sus críticas aceradas contra sus compañeros de partido en el mencionado Telegram, una especie de WhatsApp que causa furor entre los 'geeks'. Para su uso, Iglesias & Cía se valen de un código de signos solo descifrable con la piedra Rosetta del podemismo.

En este particular código, Luis Alegre, secretario general autonómico de Podemos Madrid, es a quien tienen más tirria los errejonistas. Fue quien provocó el primer gran seísmo cuando dimitieron en masa los consejeros de Errejón. Por su lado, Sergio Pascual, el cesado secretario de Organización, sería la antítesis de Alegre. Es a quien más odian los 'pablistas' por ser el hombre de paja del número dos.

El cruce epistolar ha sido constante desde que se supo el resultado de las urnas. A las pocas horas del 26-J, el grupo de Telegram 'L@s Muchach@s' hacía el siguiente análisis:

“Quizás la campaña ha estado demasiado centrada en seducir a los que faltan y los que ya están se han puesto celosos. Quizás la campaña ha estado demasiado dominada por la contención, por evitar dar miedo y al final hemos evitado dar motivos para votar. Volviendo a los errores de la campaña de las autonómicas. Quizás la campaña ha sido un himno de la alegría entonado a destiempo en un país que pasa por momentos muy tristes.

“Hay que valorar si la campaña se ha dirigido hacía la realidad o ha estado viviendo de espaldas a ella. Si la dirección de esta campaña no ha estado marcada por el espejismo demoscópico que nos han producido los medios de comunicación del adversario. Hoy la realidad electoral se impone; la derecha afianza su hegemonía y desborda el centro consolidándose como primera fuerza de anudamiento político".

Esta línea de pensamiento tuvo continuación con Pablo Echenique, secretario de Organización de la formación y mano derecha de Iglesias. Lo hizo a través del mismo medio, Telegram. Sus palabras parecían evocar a Robespierre por su referencia velada a la guillotina, ese 'gran invento' de la Revolución Francesa:

“Ya sabéis que yo soy mucho de amor y eso, pero no me resisto a añadir algo también necesario para este momento. Ante cualquier conflicto interno, desde la secretaría de Organización se buscará en un primer momento la solución mediada, amorosa, consensuada y de sentido común. En caso de que la vía del amor y los cuidados se demuestre inútil, se actuará de manera contundente, decidida, concreta y grave contra quienes no comprendan (hablo en general; no de este órgano) que las guerras internas nos desangran, nos queman y nos hartan. Para que crezca el amor no solo hay que regarlo sino también extirpar las malas hierbas de las violencias enquistadas. Sé que no hará falta, pero siempre es bueno tener un plan B cuando el amor no gana”.

El mensaje de Echenique: “Para que crezca el amor no solo hay que regarlo sino también extirpar las malas hierbas de las violencias enquistadas”

El objetivo último de este agitado intercambio de mensajes consiste en depurar responsabilidades. Esto es, averiguar quién es el culpable del castañazo, si Íñigo Errejón, por la forma en que ha llevado la campaña electoral, o si Iglesias/Echenique, por apostar por una fusión fría con Izquierda Unida y abjurar de la transversalidad, en puridad donde se encuentra el gran caladero de votos.

Y en esta batalla, el 'niño' Errejón se los está comiendo a todos. Se ha despachado a gusto en 'Los Desayunos de TVE' cuando aseguró lo que Iglesias y Echenique no querían oír, que la alianza con Izquierda Unida no había funcionado: “Haremos un análisis lento del motivo por el que no nos ha votado gente tradicional de Izquierda Unida y tampoco de Podemos”.

[Los errejonistas piden debatir un nuevo rumbo con Iglesias enrocado en el frentismo]

Y es que los análisis de los últimos días han venido a dar la razón al número dos de Podemos: la unión no ha sido buena. En el artículo "La caída de Podemos y el efecto IU", de Ignacio Sánchez-Cuenca en 'Infolibre', se hace hincapié en cómo la abstención en los últimos comicios ha aumentado en 1,2 millones de votos, lo mismo que ha perdido Unidos Podemos, y cómo aquellas provincias en las que IU obtuvo un mayor porcentaje de voto en las elecciones de 2015 son justamente las que han registrado una mayor pérdida de UP.

Los análisis de lo acaecido el 26-J colocan a Errejón en una situación de fuerza respecto al congreso extraordinario convocado por la formación para el próximo otoño. Al 'niño' Errejón se le nota crecido después de haber sido marginado y en ocasiones ninguneado por el secretario general del partido, Pablo Iglesias, hoy menos sonriente que ayer.

“Iglesias y Errejón. Los dos tienen la culpa”, concluye un asesor de la formación morada. “Nos equivocamos desde el inicio. El error fue poner como director de campaña a alguien que no creía en la confluencia con Izquierda Unida”.

Todo hacía presagiar que habría noche de los cuchillos largos en Génova o Ferraz, que cuando los dirigentes del Partido Popular y Partido Socialista salieran a saludar al balcón con el grueso del escrutinio, lo harían blandiendo navajas y con los nunchakus ocultos en la espalda para cargarse al líder o a quien fuera menester. Pero el bipartidismo, oh sorpresa, aguantó el 26 de junio. Aguantó, triunfó y desplazó la crisis hacia los emergentes, que andan estos días a palos.

Íñigo Errejón Telegram Pablo Echenique Juan Carlos Monedero