Caza Mayor
Por
Santa Ayuso, nueva patrona de los hosteleros
Frente al plan de choque de reactivación de la hostelería de la Comunidad de Madrid, las medidas económicas anunciadas por Pedro Sánchez siguen sin llegar
Los hosteleros de Madrid han decidido, por mayoría cualificada, cambiar de patrona y pasarse de santa Marta a santa Díaz Ayuso. Es fervor de martirologio lo que se respira en los restaurantes de la capital. "Le tenemos que dar las gracias", "podemos pagar las nóminas, los alquileres…", "está todo abierto, no como nos ocurre en otras ciudades", se explaya en elogios un sector que representa el 5% del PIB para la capital y casi 200.000 empleos en la comunidad.
A Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad, se le ve con frecuencia almorzando en los restaurantes para dar ejemplo. También a la presidenta regional. "Si les obligamos a distancias de metro y medio, que no puedan atender en barra, les bajamos el 50% el aforo… Si cumplen estos requisitos, ¿por qué les vamos a obligar a cerrar como hacen otros? Si no hay brotes en restaurantes, no los cierres. Son mucho dinero y muchos puestos de trabajo".
Frente al plan de choque de reactivación de la hostelería de la Comunidad de Madrid, las medidas económicas anunciadas por Pedro Sánchez para ayudar a los sectores más afectados por las restricciones y la crisis siguen sin llegar. Ya ha pasado un mes y nada. Tampoco parece que se vayan a tratar en el Consejo de Ministros de este martes.
PREACUERDO PGE 2021
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) November 24, 2020
1) Fin del control financiero a la Generalitat existente desde el 2015
2) Prórroga de la moratoria para autónomos hasta marzo del 2021
3) Liquidación de la deuda en Becas desde el 2005
4) Creación grupo de trabajo para poner fin al dumping fiscal en Madrid pic.twitter.com/MoVBuuF6Yq
Isabel Díaz Ayuso ha conseguido mantener el pulso de la actividad económica al tiempo que frenaba los contagios del covid. En la primera semana del tercer estado de alarma, esto es, del 25 de octubre al 1 de noviembre, Madrid fue la provincia que registró un mayor crecimiento de las ventas con tarjetas de crédito.
Para ello, Díaz Ayuso ha contado igualmente con la inestimable ayuda del Gobierno central. Sin sus ataques, los galones de la presidenta serían otros.
Se lo tiene que agradecer a Fernando Simón, paradigma del principio de Peter, un hombre que será recordado por los "uno o dos casos de coronavirus" que, como mucho, serán diagnosticados en España y que siempre emplea un tono despectivo con la región madrileña; luego, al ministro Salvador Illa, que una mañana se levanta alabando el modelo de confinamiento perimetral por zonas básicas de Madrid y cuatro días después pide el cierre de la ciudad.
Y sobre todo debe ponerles una vela a los socios independentistas del Gobierno de coalición y, muy especialmente, a Gabriel Rufián, por acusar a Madrid de ser un paraíso fiscal, "un chiringuito que se ha montado la derecha en los últimos 25 años" para beneficiar a las grandes empresas y las grandes fortunas.
Sin la ayuda de estos rivales políticos, Ayuso no sería hoy quien es. Como dice Sun Tzu en 'El arte de la guerra', no hay nada mejor que fingir inferioridad para motivar la arrogancia de tus enemigos y así lograr el objetivo contrario al buscado por estos.
La gestión de la crisis de la presidenta madrileña ha atravesado por tres momentos delicados que la pusieron contra las cuerdas. Hasta tal punto fue así que se especuló con una moción de censura de Ciudadanos para desbancarla con la ayuda del PSOE e incluso con un golpe de mano interno promovido desde Génova para buscarle sustituto.
El primero de los momentos críticos fue el drama de las residencias de ancianos, que tantas vidas segó y cuyo colofón está pendiente de dilucidarse en el Supremo, donde han ido a parar las querellas presentadas por los familiares de las víctimas.
También tuvieron que hacer frente a una situación delicada cuando llegó la segunda ola y la incidencia acumulada se disparó en Madrid mientras se mantenía estable en otras comunidades. Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública, y Elena Andradas, directora general, se jugaron su prestigio con el modelo de confinamiento perimetral por zonas básicas frente al escepticismo de sus homólogos en otras regiones.
El tercer momento crítico fue el 'clinch' estilo 'Falcon Crest' entre comunidad y Gobierno central, que tuvo su clímax en el duelo entre Iván Redondo y Miguel Ángel Rodríguez con ocasión de la cumbre de los presidentes, el nacional y la regional, en Puerta del Sol. Una contienda excesiva donde la Comunidad de Madrid ha sabido replegarse frente a los ataques todavía frontales del Ejecutivo central.
Tan es así que en Sanidad todavía siguen haciendo de menos a la comunidad. Madrid recibirá 207.000 vacunas de Pfizer en enero, frente a las 630.000 prometidas por el ministerio, es decir, 423.000 menos. Al mismo tiempo, todo apunta a que Illa tumbará este martes la petición de la CAM para que las farmacias puedan realizar test de antígenos.
Díaz Ayuso es un animal político. No solo de puertas para afuera, sino también de puertas para adentro. El congreso regional del PP de Madrid se ha vuelto a aplazar para evitar roces internos. Díaz Ayuso se postula y tiene aspiraciones. En Génova lo saben y toman nota.
Los hosteleros de Madrid han decidido, por mayoría cualificada, cambiar de patrona y pasarse de santa Marta a santa Díaz Ayuso. Es fervor de martirologio lo que se respira en los restaurantes de la capital. "Le tenemos que dar las gracias", "podemos pagar las nóminas, los alquileres…", "está todo abierto, no como nos ocurre en otras ciudades", se explaya en elogios un sector que representa el 5% del PIB para la capital y casi 200.000 empleos en la comunidad.
A Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad, se le ve con frecuencia almorzando en los restaurantes para dar ejemplo. También a la presidenta regional. "Si les obligamos a distancias de metro y medio, que no puedan atender en barra, les bajamos el 50% el aforo… Si cumplen estos requisitos, ¿por qué les vamos a obligar a cerrar como hacen otros? Si no hay brotes en restaurantes, no los cierres. Son mucho dinero y muchos puestos de trabajo".