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El plan de Sánchez para la remontada: regar con fondos y acallar a la prensa
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Nacho Cardero

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El plan de Sánchez para la remontada: regar con fondos y acallar a la prensa

Sánchez hará todo lo necesario para continuar en el poder igual que ha hecho hasta ahora, y eso pasa por un nuevo salto mortal como el de julio del año pasado

Foto: Pedro Sánchez, con Juan Espadas, en el acto de Dos Hermanas. (EFE/Julio Muñoz)
Pedro Sánchez, con Juan Espadas, en el acto de Dos Hermanas. (EFE/Julio Muñoz)
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La maquinaria de Moncloa ha puesto la sexta. En el Gobierno le han visto las orejas al lobo con unas encuestas que sitúan a Juan Manuel Moreno Bonilla muy fuerte, sumando más que toda la izquierda y próximo a revalidar la Junta de Andalucía el próximo 19-J, y a un Pedro Sánchez en horas bajas, por debajo de los 100 escaños, un escenario que está obligando al presidente a sacar los conejos de la chistera a un ritmo frenético. Lo hace a su estilo: vendiendo fondos europeos en almoneda, interviniendo en las empresas públicas y no tan públicas, y ganándose el favor de los medios de comunicación, cuando no comprándolos directamente.

En su reciente clase magistral en la Fundación Rafael del Pino, el economista y colaborador de El Confidencial Jesús Fernández-Villaverde censuraba que la prioridad del presidente del Gobierno fuera designar al presidente de Radio Televisión Española, antes incluso que abordar la recesión de la que advierten los expertos. "De lo único que quiere estar seguro es de que en el telediario salga bien guapo", comentaba irónico el profesor.

Foto: Juanma Moreno y Alberto Núñez Feijóo, en Sevilla, junto a Juan Bravo, Patricia del Pozo y Elías Bendodo. (EFE/Julio Muñoz)

Si la cosa solo quedara en la intervención en los medios públicos, podríamos darnos por satisfechos. Bastaría con conectar el descodificador a los informativos y aquí paz y después gloria. El medio es el mensaje, decía McLuhan. El problema es que la estrategia gubernamental pasa por extender su ámbito de influencia al calor de las próximas contiendas electorales, alcanzando también a los medios privados, tal y como se ha podido comprobar con la aprobación de la ley audiovisual —que ha contado igualmente con los votos del PP— y con la entrada de accionistas afines al PSOE en el capital de Prisa.

Sánchez hará todo lo necesario para continuar en el poder igual que ha hecho hasta ahora, y eso pasa por un nuevo salto mortal como el de julio del año pasado, decía asertiva Pilar Gómez en este diario.

La primera fase consistirá en resucitar los fantasmas del pasado, los del Partido Popular, claro está. Lo hizo en la sesión de control, lo ha repetido este sábado en Dos Hermanas, coincidiendo con el inicio de la campaña andaluza, y lo volverá a hacer tantas veces como considere necesario. El PP es "la corrupción de la democracia por tachar de ilegítimo un Gobierno elegido legítimamente, es la corrupción financiera con la trama Gürtel y la corrupción política por la utilización de las instituciones públicas para crear estructuras parapoliciales y perseguir a adversarios políticos", dijo apoyándose en las informaciones rescatadas del baúl de los recuerdos que relacionan a los populares con Kitchen y Villarejo.

Foto: Pedro Sánchez y Juan Espadas en Dos Hermanas. (EFE/Julio Muñoz)

Sánchez aprovechó su viaje a Sevilla para lanzar los perros al PP, impulsar la candidatura de un alicaído Juan Espadas y, sobre todo, poner en marcha su remontada particular, la de un presidente "progresista", "feminista" y "sostenible", "que aspira a cambiar la vida de la gente" frente a la alternativa del PP y Vox. Para hacerse valer ante los votantes, acudió con un buen puñado de fondos europeos bajo el brazo. En concreto, con el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) sobre economía social y de los cuidados, que estará dotado con 800 millones de euros provenientes de la Unión Europea.

El anuncio se produjo el viernes, en vísperas de su viaje a Dos Hermanas, aunque el Consejo de Ministros no lo aprobará hasta este martes, un mercadeo de anuncios y exclusivas teledirigidas que alimenta la idea de que el maná caído de Bruselas es más electoral que efectivo y dista de ser el bálsamo de Fierabrás que se nos vende desde Moncloa. El porcentaje de ejecución de los fondos es irrisorio, se están aprobando los proyectos con cuentagotas y, según afirman los agraciados, difícilmente podrán cumplir con el calendario pactado.

"Desde que se alzó con el poder, el Gobierno de Sánchez legisla y firma cheques que, uno detrás de otro, habrá que pagar en su momento"

Lo que sí están consiguiendo con los fondos —no hay más objetivo— es mantener cautivas unas empresas que están pasando por dificultades económicas por mor de la alta inflación y la guerra de Ucrania, y para las que la posibilidad de verse beneficiadas con un espaldarazo gubernamental supone un importante alivio.

Todo ello incide en el gustillo que, 'piano piano', este Ejecutivo le está cogiendo a la intervención del mercado. A la capacidad de influencia que puede generar en el mundo empresarial con los fondos Next Generation, hay que sumar la utilización que está haciendo de las empresas participadas por la SEPI y el 'escudo antiopas' que puso en marcha hace ahora dos años, un escudo que le otorga enormes poderes para dar el 'nihil obstat' a las operaciones que coinciden con sus intereses (los intereses de Moncloa, se entiende) y vetar aquellas que no son de su agrado. A día de hoy, la normativa sigue vigente y nadie se explica por qué.

Desde que se alzó con el poder, ahora hace cuatro años, el Gobierno de Sánchez lleva legislando y firmando cheques que, uno detrás de otro, habrá que pagar en su momento con crujir de dientes, advierten los economistas. Es el 'populismo de Loewe'. En vez de ir por el mundo con camisas de hipermercado al estilo de Podemos, Sánchez y su equipo se visten con trajes de sastre que parecen muy finos y muy europeos, pero que, a la hora de la verdad, son más falsos que un billete de tres dólares. Firman lo que haya que firmar para conformar un sistema clientelar y mantenerse en el poder. Un postureo de cara a la galería que tendrá consecuencias, y muy graves, durante décadas.

La maquinaria de Moncloa ha puesto la sexta. En el Gobierno le han visto las orejas al lobo con unas encuestas que sitúan a Juan Manuel Moreno Bonilla muy fuerte, sumando más que toda la izquierda y próximo a revalidar la Junta de Andalucía el próximo 19-J, y a un Pedro Sánchez en horas bajas, por debajo de los 100 escaños, un escenario que está obligando al presidente a sacar los conejos de la chistera a un ritmo frenético. Lo hace a su estilo: vendiendo fondos europeos en almoneda, interviniendo en las empresas públicas y no tan públicas, y ganándose el favor de los medios de comunicación, cuando no comprándolos directamente.

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