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Carlos Sánchez, ex redactor jefe de ‘El Mundo’ y ‘Expansión’, se incorpora hoy a ‘El Confidencial’ como subdirector
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Jesús Cacho

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Carlos Sánchez, ex redactor jefe de ‘El Mundo’ y ‘Expansión’, se incorpora hoy a ‘El Confidencial’ como subdirector

Hay días en que escribir esta columna no es una obligación, sino un placer. Hoy es uno de ellos. Y lo es porque, a partir de

Hay días en que escribir esta columna no es una obligación, sino un placer. Hoy es uno de ellos. Y lo es porque, a partir de este lunes, 16 de mayo, a la redacción de El Confidencial se incorpora como subdirector uno de los periodistas a los que más he admirado y respetado, de los que más he aprendido desde que le conozco, y ya son años, y del que espero seguir aprendiendo mientras siga en el oficio: Carlos Sánchez Sanz.

Ya sé que en ocasiones como esta es muy fácil exagerar, porque vender la mercancía no hace sino repercutir en beneficio -se supone que de imagen, al menos- del medio que la adquiere, El Confidencial en este caso. Non abbiamo bisogno. “Ya me he enterado del fichaje tan cojonudo que has hecho”, me espetó sonriente el amigo Pedrojota Ramírez el pasado jueves por la noche, al saludarle con motivo de la cena homenaje que un grupo de amigos ofrecimos al maestro Jaime Campmany.

Y es que Pedrojota sabe de sobra que periodistas como Carlos Sánchez son imprescindibles en el cuerpo redaccional de cualquier periódico de campanillas que se precie, nacional o extranjero. Como Primo González en su época, como Gustavo Matías en El País después, con los cuales he trabajado con gusto, Carlos (jefe de sección de Economía y redactor jefe de Política del diario El Mundo hasta 2002, y redactor jefe de Política y Economía del diario Expansión hasta ayer mismo) es uno de los periodistas de más sólida formación macroeconómica existentes en nuestro país, si no el que más, un tipo inteligente, serio, ecuánime, con criterio. Por encima de todo, es una gran persona, con la que da gusto trabajar y convivir.

A estas alturas ya habrán adivinado ustedes que, a más a más, que dirían en Barcelona, Carlos Sánchez es amigo mío desde que tuve la suerte de encontrármelo en El Mundo. Es cierto que Carlos pica más hacia la izquierda que hacia la derecha, para qué negarlo, pero es una izquierda culta, abierta, dialogante, reñida con cualquier tipo de sectarismo, con la que da gusto confrontar opiniones, incluso discrepar.

Digo esto porque su incorporación a este proyecto supone, en los tiempos que corren de feroz monocultivo ideológico, renovar la apuesta de quienes hacemos diariamente El Confidencial como un medio informativo abierto a todas las corrientes, no cerrado, no sectario, no cainita. Un diario empeñado en servir cada día los mejores platos informativos, rompiendo los corsés que los intereses político-empresariales atenazan hoy, por desgracia, a no pocos medios de comunicación españoles.

Como experto que es, Carlos Sánchez llega a El Confidencial para reforzar el área de información económica en la vertiente de la política económica, fiscal, agentes sociales, etc., en un momento tan crucial como el que vivimos, en el que, al margen de la reforma fiscal anunciada por el Gobierno Zapatero, se van a discutir cuestiones de tan extraordinaria importancia para el futuro colectivo como la financiación autonómica.

A nadie se le escapa que este fichaje supone un notable esfuerzo económico para los accionistas de este diario, esfuerzo y empeño que van a continuar con la contratación de alguna otra figura en el terreno de la información política. Pienso que incorporar talento es una cuestión fundamental para asegurar el futuro de un medio como este, que nació con vocación de permanencia. Espero que ustedes, queridos lectores, se beneficien a partir de ahora de ese esfuerzo. Y espero que tú, querido Carlos, seas tan feliz en El Confidencial como nosotros estamos seguros de que vamos a serlo contigo. Bienvenido.

Hay días en que escribir esta columna no es una obligación, sino un placer. Hoy es uno de ellos. Y lo es porque, a partir de este lunes, 16 de mayo, a la redacción de El Confidencial se incorpora como subdirector uno de los periodistas a los que más he admirado y respetado, de los que más he aprendido desde que le conozco, y ya son años, y del que espero seguir aprendiendo mientras siga en el oficio: Carlos Sánchez Sanz.