Es noticia
El Ferrari de Ferrán
  1. España
  2. Con Lupa
Jesús Cacho

Con Lupa

Por

El Ferrari de Ferrán

Cuentan que Gerardo Díaz Ferrán (GDF), presidente de la patronal CEOE, guarda en su garaje, entre otros clásicos, un precioso Ferrari con matrícula GDS, en honor

Cuentan que Gerardo Díaz Ferrán (GDF), presidente de la patronal CEOE, guarda en su garaje, entre otros clásicos, un precioso Ferrari con matrícula GDS, en honor de su hijo Gerardo Díaz Santamaría, uno de esos caprichos que solo pueden permitirse los muy ricos o los muy vanidosos. “Sólo hay 60 igual en todo el mundo”. Don Gerardo lo compró con un crédito de Caja Madrid y lo puso a nombre de una de sus empresas. GDF era un hombre muy rico para los estándares españoles, aunque la definición que mejor podría caberle ahora es la de “pobre hombre rico”. Asediado por las deudas, él y su socio y amigo del alma, Gonzalo Pascual, tienen en venta todas sus propiedades, empeño harto difícil en estos tiempos que corren donde lo que abundan son activos y lo que escasea es dinero y emprendedores con ganas de meterse en libros de caballerías. El presidente de la patronal salvó el miércoles un nuevo match-ball superando una Junta Directiva que no solo no le exigió la dimisión, como parecería lógico, dadas sus circunstancias, sino que aplaudió las explicaciones que aportó sobre la situación de Air Comet. Mundo al revés.

Todo el mundo sabe o intuye en CEOE que su situación al frente de la gran patronal es insostenible, y que ello se traduce en daño para el prestigio de la organización y menoscabo de su capacidad de interlocución, pero todos callan. Espectáculo muy español. En el país de los viejos y atávicos, predemocráticos miedos a significarse, lo mejor es permanecer emboscado. Y callar. “La situación no es buena para CEOE, pero hay que darle una oportunidad”, dice un prohombre en Diego de León 50. ¿Qué oportunidad? “Imagínese que consigue vender todos sus activos, y que cancela créditos con los bancos, paga atrasos a la Seguridad Social, abona sueldos, en fin, salda todas sus deudas. Quedaría pobre, pero sin mácula. Y bien, ¿estaría entonces capacitado para dirigir CEOE? Aquí somos mayoría los que pensamos que sí. La gente juega a que pueda salvarse y yo tengo esa esperanza…”

“Naturalmente, ello siempre y cuando no salte ningún  escándalo nuevo que ponga en solfa su honorabilidad”, aclara el transeúnte. La Fiscalía de la Audiencia Nacional saltó el viernes a ese ruedo al anunciar la apertura de diligencias para investigar la posible “conducta defraudatoria” de Air Comet, denunciada por los consumidores tras el cese de operaciones del pasado 21 de diciembre por haber continuado vendiendo billetes “cuando ya se tenía pleno conocimiento de la situación de insolvencia manifiesta y la imposibilidad del cumplimiento de las obligaciones asumidas”. En el tic-tac crispado en que se mueve el péndulo español, los defensores de  GDF lo tienen fácil: Rodríguez Zapatero quiere ajustarle las cuentas. Si en el pasado Julio hubiera firmado el documento que habían consensuado Gobierno y sindicatos para la reforma laboral, el gran Gerardo (“Yo no volaría en una compañía como Air Comet”) no estaría pasando por este calvario. De modo que el Ejecutivo pretendería llevarlo hasta el borde mismo del precipicio para obligarle a rendirse y firmar. Eso lo explicaría todo.

Pero la teoría conspirativa de la Historia, la grande y la pequeña, que tantos entusiastas seguidores tiene en España, no consigue explicar lo inaceptable: que la organización que representa a los empresarios de un país desarrollado como el nuestro mantenga a su frente a un patrono que ha demostrado ser un mal gestor de sus propias empresas. Un galimatías de sociedades cruzadas en las que, al estilo de la vieja Rumasa, resulta muy difícil desentrañar responsabilidades y situaciones patrimoniales. Dicen muy bajito por los pasillos de Diego de León que Emilio Botín y César Alierta, como capitanes de las dos mayores empresas privadas españolas, han mandado un mensaje nítido a CEOE diciendo que esto no puede seguir así. Pero muchos lo ponen en duda, por aquello de que quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Hay quien ha dicho también que Botín está dispuesto a acudir en socorro de GDF, aportando la liquidez que necesita Marsans, en un arranque de generosidad tal vez debido a esa súbita pasión compartida entre ambos por il cavallino rampante de Ferrari, cosa que dudan otros tantos.  

Solución antes de finales de febrero

La situación, con todo, es tan anómala, que parece tener fecha de caducidad. “Lo de Gerardo tiene que estar resuelto antes de finales de febrero”, asegura uno de sus vicepresidentes. “porque si para entonces sigue vivo el enredo, será él quien decida irse”. Una versión optimista para un hombre que parece aferrado al cargo como tabla de salvación capaz de evitar males mayores. “Que no es un oportunista, que no, que estáis muy equivocados. Aquí llegó con 67 años, movido por su interés de siempre por el movimiento asociativo. Gerardo quiso vender todos o casi todos sus negocios cuando decidió asumir la presidencia, pero no le dejó su socio, Gonzalo. A él le apasiona CEOE y tiene a mucha gente detrás, muchos empresarios que están pasando por las mismas o parecidas angustias”.

La crisis de CEOE es reflejo fiel de la gran crisis por la que atraviesa España. Las instituciones no funcionan. La patronal, que debería estar produciendo ideas a pares capaces de sacar al país del atolladero, ideas pregonadas todos los días sin el menor complejo por las cuatro esquinas, permanece enredada en la maraña de sus propias miserias. El presidente del Gobierno, que, dominado por idéntico empeño, debería estar rodeado de las mentes más lúcidas del país proponiendo reformas de largo alcance susceptibles de aportar perspectivas de futuro para las nuevas generaciones, sigue empeñado en salvar su culo diciendo que lo peor ya ha pasado y proponiendo a Europa soluciones sonrojantes, del estilo de la apuntada el pasado día 13 por el Wall Street Journal: declarando ilegal la crisis (“¿Pero cómo no se nos había ocurrido antes?”). Y bien, ¿cree usted que con el mantra de “lo social” va a impresionar a países que ya disfrutaban de Estados del Bienestar muy avanzados cuando los españoles aún calzábamos alpargatas? ¿Le parece a usted muy social tener parado al 21% de la población activa a finales de 2010, como el viernes pronosticaba S&P?

Otro tanto cabe decir de un líder de la oposición que, convencido de que los errores de su adversario le llevarán en volandas hasta Moncloa, renuncia a encabezar ese gran movimiento regenerador de nuestras instituciones, a formular ese discurso de optimismo capaz de arrastrar a millones de españoles dispuestos a aceptar sacrificios a cambio de ver una luz al final del túnel. La derecha española (no es cierto, como dicen los franceses, que la suya sea la más tonta del continente), siempre dispuesta a hacerse el harakiri sin que nadie se lo exija, se ha vuelto a constipar este fin de semana. En un ataque de buenismo propio del mejor ZP, Rajoy se desayunó el viernes diciendo que los extranjeros deberían tener acceso a servicios de sanidad y educación sin necesidad de empadronarse, afirmación que, a la luz del contexto económico actual, suena cuando menos arriesgada. Y bien, ¿ha pedido usted opinión a quienes financian con sus impuestos esos servicios? ¿Cuándo se atreverán nuestros políticos a coger el toro de la verdad por los cuernos y hablar claro? De postre, el PP nos ha ofrecido su enésimo enredo a propósito del cementerio nuclear de Yebra, con opiniones enfrentadas entre Cospedal y el tándem Arenas-Aguirre. Pero, díganme una cosa, ¿se estudian ustedes los temas con cierta aplicación, o circulan por la vida cual zapateros remendones al buen tuntún?

Y tú, ¿qué haces para librar a España de Zapatero?

Lo que no hace CEOE se dispone a hacerlo Javier Gómez Navarro al frente del Consejo Superior de Cámaras. “Y tú, ¿qué haces contra la crisis?”. Se trata de una gran campaña publicitaria destinada a mover conciencias frente a la situación económica, que podrá verse en las calles desde finales de febrero y que cuenta con el respaldo económico de las más importantes empresas del Ibex, porque Gómez Navarro, un tipo singular muy apreciado en muchos ambientes, se ha encargado de pasar el cepillo. ¿Objetivo? “Recuperar la confianza apelando al esfuerzo individual”. La sospecha, fundada como pocas, es que se trata de echarle un cable a ZP gastando dinero en algo que ya resultaría escandaloso hiciera el propio Gobierno tras los despilfarros del Plan E: en una gran campaña de imagen. De hecho, parece que el padre de la idea no ha sido otro que Javier de Paz, consejero de Telefónica y amigo personal de ZP. El ex ministro socialista abrazó de inmediato la iniciativa, le puso el sello de las Cámaras y empezó a  gestionar las aportaciones económicas. “Primero será una campaña publicitaria, pero el objetivo es conseguir que la gente se implique y se movilice en torno a la meta de salir de la crisis. De hecho, se ha constituido una Fundación Confianza, que servirá de plataforma canalizadora de los fondos”. El segundo paso será, dentro de un año, trasladar la campaña al exterior para reforzar la imagen de España. Pura imagen.

A partir del eslogan de Gómez Navarro, el PP debería tenerlo claro: “Y tú, ¿qué haces para librar a España de Zapatero?” Confieso que la tarea es digna de los trabajos de Hércules, porque necesitaríamos barrer de una tacada a la mayor parte de la clase política actual, a derecha e izquierda, pero no sería mal principio plantearnos la necesidad de desalojar cuanto antes al susodicho. Seis años después de su llegada al Poder los daños para España se antojan muy importantes, pero la situación no parece irrecuperable. Un país que ha superado trances como los reinados de Fernando VII, Isabel II y otros Borbones igualmente bellacos, está vacunado contra cualquier desgracia y es capaz de alcanzar cualquier meta. De momento el muchacho se va a Davos, el elitista enclave en los Alpes suizos donde todos los años, a finales de enero, tiene lugar un aquelarre denominado Foro Económico Mundial, en realidad el negocio privado de un cara dura alemán llamado Klaus M. Schwab, 72, fundador y presidente ejecutivo del invento. Nuestro insigne presidente se codeará en las cumbres donde Thomas Mann escribiera su inabarcable La Montaña Mágica con dirigentes políticos, económicos y empresariales de medio mundo, a quienes seguramente, y en español, instruirá sobre el milagro de cómo convivir con el 20% de la población activa en paro sin que a uno se le hiele la sonrisa.

Cuentan que Gerardo Díaz Ferrán (GDF), presidente de la patronal CEOE, guarda en su garaje, entre otros clásicos, un precioso Ferrari con matrícula GDS, en honor de su hijo Gerardo Díaz Santamaría, uno de esos caprichos que solo pueden permitirse los muy ricos o los muy vanidosos. “Sólo hay 60 igual en todo el mundo”. Don Gerardo lo compró con un crédito de Caja Madrid y lo puso a nombre de una de sus empresas. GDF era un hombre muy rico para los estándares españoles, aunque la definición que mejor podría caberle ahora es la de “pobre hombre rico”. Asediado por las deudas, él y su socio y amigo del alma, Gonzalo Pascual, tienen en venta todas sus propiedades, empeño harto difícil en estos tiempos que corren donde lo que abundan son activos y lo que escasea es dinero y emprendedores con ganas de meterse en libros de caballerías. El presidente de la patronal salvó el miércoles un nuevo match-ball superando una Junta Directiva que no solo no le exigió la dimisión, como parecería lógico, dadas sus circunstancias, sino que aplaudió las explicaciones que aportó sobre la situación de Air Comet. Mundo al revés.

Gerardo Díaz Ferrán CEOE