¿Y si dirigiéramos?

Este chico es un crack. Ahora le ha dado por rezar. El otro día yo pensaba en la cantidad de veces que he ido a América.  Muchas, 30 o 40. Siempre he rezado en el avión. Nunca -tengo que confesarlo-  he ido a América sólo para rezar.

 

D. José Luis lo ha hecho. Ha ido a una reunión que se llama National Prayer Breakfast, o sea, el desayuno nacional de oración. De ese nombre deduzco que esa reunión es para rezar, porque prayer quiere decir  oración y, según el Diccionario de  la Real Academia, oración es “la elevación de la mente a Dios para alabarle o pedirle mercedes”.

Yo, que a veces soy un poco retorcido, pensaba que, al final, lo de Washington iba a ser poca prayer y mucho breakfast, porque tantas horas de viaje para hacer prayer y al final no hacerla, se tienen que compensar con algo, o sea, con el breakfast.

A D. José Luis le han acompañado unos cuantos señores. Uno de ellos había dicho que lo del prayer es “un acto político y social de gran relevancia”.  Y, por mi retorcimiento, pensaba: “¿a que todos estos han ido allí a quitarse el hambre en el breakfast?”

 

He leído el discurso de nuestro Presidente. Me habían dicho que iba a ser un  discurso laico sin versículos bíblicos, pero al final, ha leído un pasaje del Deuteronomio. Algo es algo. Además, ha hablado varias veces de “mi plegaria” y ha mencionado al “Dios del Evangelio”.  Y ha dicho que España es “sobre todo, cristiana”. ¡Ay madre, que éste se nos convierte!

 

Para tranquilizarme, leo que se quieren despolitizar las Cajas de Ahorros, que, por lo que se ve, andan muy politizadas. Uno, que no sabe, pensaba que las Cajas eran unas instituciones serias, creadas para, con sus beneficios, atender Obras sociales. Pues debe ser que no. Porque si fueran sólo eso, Dª Esperanza no diría una inconveniencia, celebrando que a uno le había conseguido echar del Consejo de Caja Madrid, y D. Miguel no diría que D. Rodrigo, gracias a sus conexiones políticas, podrá conseguir las fusiones de algunas Cajas.

Sigo intranquilo y me voy a Davos (virtualmente, claro, porque ¿qué hago yo en Davos? Pasar frío.)

Y allí me encuentro también a D. José Luis, que no da abasto, arreglando Europa, yendo a Etiopía, y así.

Digo lo de y así porque, mientras estaba en Davos, se ha reunido el Consejo de Ministros y, aprovechando que D. José Luis no estaba y que D. Celestino, que por cierto, es el Ministro de Trabajo y que yo diría que tiene algo que ver con la Seguridad Social, tampoco estaba, han decidido retrasar la edad de jubilación, pasándola de 65 a 67 años.

Y en la rueda de prensa, cuando han anunciado esto, Dª Teresa estaba hablando y Dª Elena le ha quitado la palabra y parece que dicen que Dª Teresa se ha molestado. Cosas de niñas.

Luego, cuando D. José Luis se ha enterado de lo de la edad de jubilación, ha dicho que le parecía “razonable”. En otras palabras, que a estos chicos del Gobierno ya se les puede dejar solos.

Al día siguiente, D. Cándido, dice que, de razonable, nada, y que, además, se ha enterado por los periódicos.

D. Celestino también tenía que decir algo, claro, porque si no, ¿para qué sirve? Pues se ha arrancado y ha dicho que la Seguridad Social tiene una salud de hierro.

Y parece que lo que más les preocupa a todos es lo de D. Cándido y también les preocupa el Sr. Toxo, que dice que habrá que empezar a hacer movilizaciones. Y eso de las movilizaciones les aterroriza a estos chicos, porque, con ese afán de cambiar los nombres, lo de movilizaciones les suena a huelga general y lo de huelga general no pueden tragarlo.

(Aunque bien mirado, un día de paro, sobre todo en jueves, nos vendría bien para hacer un fin de semana largo. Lo que pasa es que si estábamos en Cataluña, no podríamos ir al cine, porque estarían en huelga por lo de la ley del doblaje en catalán.)

Dª Elena ha arreglado en seguida lo de la jubilación, diciendo que es un tema “abierto”. Esto no se sabe qué quiere decir, pero suena a una marcha atrás acelerada, después de haber lanzado un globo sonda.

Y lo peor es que le hemos dicho a Bruselas que íbamos a subir en una década los años considerados para calcular la pensión y luego nos hemos dado cuenta de que aquí eso no gusta mucho y hemos vuelto a escribir, ahora para decir que no, que no queríamos decir eso, que lo que habíamos hecho era una “simulación”. O sea, ver qué pasaría si…, pero que sólo era para jugar.

Oración, despolitización, jubilación, salud de hierro, viajes, declaraciones, marchas atrás, doblaje de películas…

Y aquí, ¿quién dirige?

Y digo DIRIGIR, no gobernar, porque necesitamos que alguien dirija España, porque, en estos momentos, no la dirige NADIE.

Los que están en lo que se llama el poder, no dirigen porque quieren eso, el poder.

Los que no están en lo que se llama el poder, porque quieren eso. El poder.

¿Hay alguien que piense en España? Alguno tiene que haber, pero como todos tienen tanto trabajo…

P.S.

 

1. Lo de Davos fue antes de lo del desayuno de oración, pero lo he puesto después. Es una pequeña licencia literaria. 
2. Hoy me he alargado un poco y no me cabe poner lo que entiendo que es dirigir y la diferencia que hay con gobernar.
3. Si sois capaces de aguantar los nervios durante una semana, el próximo viernes os lo digo. Muchas  gracias.