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El florilegio de Trichet, la guerra de las divisas y la buena educación
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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El florilegio de Trichet, la guerra de las divisas y la buena educación

Trichet, presidente del Banco Central Europeo, habla en varios idiomas:1. Hace tiempo, dijo que “no descartaba la adopción de medidas heterodoxas”. Traducción: le iba a dar a

Trichet, presidente del Banco Central Europeo, habla en varios idiomas:

1. Hace tiempo, dijo que “no descartaba la adopción de medidas heterodoxas”. Traducción: le iba a dar a la maquinita de hacer billetes.

2. Luego dijo “no compren lo que no entiendan”, consejo que al principio me pareció una perogrullada, sensación que desapareció cuando vi la cantidad de productos extraños que hemos comprado a algunas entidades financieras sin entender lo que comprábamos. (A veces, sin que lo entendiera el que nos los vendía.).

3. El día 8 de noviembre dijo que “ninguno de los Bancos Centrales persigue la devaluación de sus divisas”.

4. El mismo día, puntualizó que “cada institución financiera actúa en su propio país de acuerdo a su mandato”. Traducción: la Reserva Federal Americana tiene el mandato de estimular el crecimiento, por lo que los 600.000 millones de dólares recién fabricados que lanza al mercado son para eso. Por el contrario, el Banco Central Europeo tiene el mandato de controlar la inflación, por lo que actuará al revés.

Cuando yo iba al colegio, estudiábamos un libro que se llamaba “Florilegio de lengua latina”. Nunca supe qué quería decir “florilegio”. Hoy me he enterado que es una “colección de trozos selectos de materias literarias”.

El florilegio de Trichet es especial. A veces, requiere traducción, otras veces dice cosas que parecen obvias y otras dice cosas que no son mentira pero que verdad, verdad, de la buena, tampoco.

Lo del mandato se las trae. Porque la Reserva Federal Americana, en general, y su presidente, Bernanke, en particular, reiteran (o sea, dicen una vez y otra vez) que quieren un dólar fuerte, pero como hacen cosas tales como inundar el mercado de billetes verdes, pues resulta que les sale un dólar débil.

Lo de débil es una manera de hablar, porque eso hace que el euro sea fuerte y un euro fuerte hace que vendamos poco a Estados Unidos y que ellos nos vendan mucho, con lo que los conceptos de “fortaleza” y “debilidad” no son del todo fiables.

Para colmo, los chinos tampoco se animan a fortalecer el yuan y, con un yuan débil, nos hacen la pascua.

Por supuesto, no hay guerra de divisas. ¡Hasta ahí podíamos llegar, con lo civilizados que somos!

Cuando yo me dedicaba al comercio, todos los comerciantes de mi calle poníamos cara seria y decíamos aquello de “yo, descuentos, ni he hecho nunca ni haré”. Lo decíamos todos y no lo cumplía nadie. Cuando recuerdo aquello, me parece que nosotros fuimos los que inventamos la guerra de las divisas. La pena es que no sabíamos que se llamaba así.

P.S.

1. Se fue el Papa. Parece que hemos ganado más dinero de lo que pensábamos.

2. La gente, fenomenal. Las televisiones, increíbles. Hemos descubierto la Sagrada Familia. Una maravilla.

3. Las autoridades, muy educadas.

4. El presidente Rubalcaba, muy en su sitio.

5. El ex presidente Zapatero, muy en su sitio. O sea, absolutamente desnortado. El que hace tantos años no se levantó cuando pasó la bandera americana se pone un chaleco antibalas y huye del Papa. Llega a última hora, le cuenta no sé qué cosas (gesticulaba mucho) y el Papa se va, acompañado por los Reyes, que, junto con los Príncipes, sí que saben estar en su sitio.

Trichet, presidente del Banco Central Europeo, habla en varios idiomas:

Banco Central Europeo (BCE)