Las torrenteras

En el sumario de una entrevista que hace Víctor-M. Amela a Karl Schlögel en 'La Contra' de 'La Vanguardia', Karl dice que "es muy difícil no ser arrastrado por las torrenteras de la historia cuando llueve fuerte".

Estamos en época de torrenteras. A la lluvia normal se le añaden este año las ocurrencias de los políticos enloquecidos que me están intentando convencer de que ellos, solo ellos, tienen la verdad y que ellos, solo ellos, me harán feliz.

El espectáculo es eso: espectáculo:

1. Artur diciendo que no hay líneas rojas en los chanchullos que lleva con la CUP.

2. Felip Puig, empleado de Artur Mas, diciendo que sí hay líneas rojas.

3. Noticias sobre el movimiento de sillas, dentro de casa, a Mariano y a Pedro, que deben estar pensando que con amigos así, para qué queremos enemigos.

4. El pobre Pablo, que sufre la sobreexposición mediática y asegura que ha perdido la frescura.

5. Albert, que está embalado y todavía no ha perdido la frescura, pero ya quiere imponer su modelo educativo, porque a los colegios femeninos para niñas y a los masculinos para niños, ahora les llama segregadores por sexos, lo que suena más 'cool'.

6. Pedro, que mientras aguanta la silla que le mueven, piensa que, si se mete con la Iglesia católica, ganará algún voto.

7. El descubrimiento que han hecho los obsexos, o sea, los obsesos por el sexo, o sea, los que descubrieron hace poco que los niños no vienen de París y que hay que contárselo a todo el mundo, porque por culpa de la censura franquista no nos habíamos enterado. El descubrimiento merece un párrafo aparte.

8. Este es el párrafo. La idea es que todos nacemos homosexuales y luego, elegimos. No como hasta ahora, que decían que nacíamos heterosexuales y, por eso, a los hombres nos gustaban las mujeres y a las mujeres, los hombres. Craso error, que estos/as mozos/as arreglarán en seguida, cambiando los profesores, los planes educativos y juntando los que antes eran chicos con las que antes eran chicas, y evitando la segregación por sexos, porque ya no hay sexos.

9. Con este avance, el pobre Albert, embalado, ha perdido la frescura porque él es de la época en que había sexos. ¡Será atrasado!

10. Para que no se diga que no colabora al enloquecimiento, la alcaldesa de Barcelona, habiendo resuelto a una velocidad meteórica todos los problemas de la ciudad, ha declarado Barcelona como ciudad contraria al TTIP, Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y Estados Unidos, haciendo que ni Barack ni Angela puedan dormir esa noche, preocupados por el empuje destructor de Ada.

11. Una concejala del Ayuntamiento de Barcelona ha aportado su granito de arena, diciendo que del Tratado, le gusta la música, pero no la letra. Más noches sin dormir para los arriba citados.

12. A esto hay que añadir la mala educación, lindante con la grosería, de muchos de estos pájaros que andan buscando mi voto. Ejemplo, la vestimenta de los 'sans-culottes' que van a los actos públicos como si fueran a pintar su casa, con una camiseta sucia y un pantalón con manchas de aceite porque así representan al pueblo, según parece.

13. Aunque no todos van mal vestidos, porque cuando 400 alcaldes catalanes cogen su vara de mando para acompañar espontáneamente a Artur al Juzgado, sacan la corbata del armario, que se ha quedado un poco pasada de moda por el poco uso, y se ponen bien majos. En la foto, me hizo mucha gracia ver al alcalde de San Quirico, pueblo imaginario como todos sabéis, con sus 60 años a cuestas, su barriga y su puro, jaleando al 'molt honorable' mientras blandía la vara y se ganaba el sueldo.

Estoy en plena torrentera y es difícil mantener la cabeza fuera del agua. Y yo la quiero tener fuera porque quiero votar con la cabeza el 20 de diciembre

Podría seguir. Cualquiera podría seguir. Me he saltado lo de Rodrigo y lo de Luis y lo de y lo de, porque me canso.

Pero estoy en plena torrentera y llueve fuerte y es difícil no ser arrastrado y es difícil mantener la cabeza fuera del agua.

Y yo la quiero tener fuera porque quiero votar con la cabeza el 20 de diciembre. Y me molestan TODOS. Y no me gusta NADIE.

Tengo que ir ese día a votar, aunque me apetezca quedarme en San Quirico, pueblo imaginario, repito, desayunando con mi amigo e invitando al alcalde, hombre de 60 años, con barriga y al que en el bar al que vamos, le dejarán que fume el puro, porque para eso es el alcalde.

He pensado que, en vez de perder el tiempo leyendo/oyendo/aguantando sinsorgueces de esta cuadrilla de gaznápiros (diccionario: "palurdo, simplón, torpe") que pulula por la política española (incluida Cataluña, porque todavía es España y que dure muchos años), voy a poner mis condiciones.

(Antes, quiero señalar que en el diccionario, al lado de la palabra "gaznápiro", aparece "gaznápira", lo que indica que el diccionario se redactó cuando había sexos).

Voy a las condiciones:

1. Obediencia religiosa a Angela Merkel, siguiendo el ejemplo de Grecia y del resto de Europa.

2. Determinación de las prioridades del futuro Gobierno. Por ejemplo, no votaré a aquellos para los que sea una prioridad:

-abrir embajadas;

-defender el aborto y la eutanasia;

-distraerse ahora con cosas como el dinero digital;

-manipular la educación;

-atacar a mi Iglesia, la católica;

-atacar a otras iglesias, que no son la mía, pero que respeto;

-recordar y recordar y recordar que tu abuelo mató al mío en la guerra que se acabó en 1939 (yo tenía seis años) y que, en venganza, una tía abuela mía acuchilló a una cuñada de tu abuela, porque eso de la memoria histórica es lo más recomendable;

-ser tan salvaje como para repartir en las escuelas instrumentos y lubricantes que sirvan para que los exchicos se puedan revolcar con las exchicas de una manera segura;

-etc.

Vuelvo a insistir. Si alguna de esas cosas es prioritaria para alguno de estos tipos, que se olvide de mi voto, llámese Rajoy, Sánchez, Iglesias, Rivera o Perico de los Palotes.

Yo, a mi Patria, la quiero mucho. Y cuando veo la bandera española, me emociono. Y me siento responsable de lo del 20-D. Por mí, no quedará

Sigo con las condiciones:

3. Compromiso de echar del partido a todo personaje que haya metido la mano en la caja, aunque se llame Rajoy, Sánchez, Iglesias, Rivera o... (rellénese la línea de puntos).

4. Compromiso de seguir en el camino que llevamos hace 53 años y que acaba en Europa. (Relacionado con el punto 1).

5. Compromiso de que el presidente del Gobierno me informará de lo que está haciendo, a mí y, simultáneamente, a los otros 46 millones y pico de españoles, con la debida discreción, porque una cosa es ser transparente y otra ser un bocazas. Quiero que esta información se me haga quincenalmente por televisión, 'prime time'.

6. Compromiso de que EL OBJETIVO del Gobierno será la reducción del paro.

7. Relacionado con el punto anterior, que me aseguren por escrito que el Gobierno verá con muy buenos ojos a las empresas, pequeñas, medianas, grandes y más grandes.

8. Sigo relacionando. Compromiso de luchar para que los bancos hagan de bancos, punto en el que no digo más, porque no quiero parecer que soy el proveedor de mantras, repitiendo una y mil veces lo importante que es este punto, que me vuelve a preocupar (nunca dejó de hacerlo), ahora que, desde Bruselas y Fráncfort (donde, además de Berlín, están los que mandan), recuerdan las necesidades de capital de algunos bancos y sugieren/recomiendan más fusiones.

9. Compromiso de austeridad, entendida como gastar con la cabeza (hoy voy de mantras), porque aún estamos sufriendo las locuras de épocas pasadas y ya hay quien parece que las añora.

10. El punto 8 ayudará a que la austeridad vaya acompañada de crecimiento. Me parece que ahora se llama crecimiento sostenible, sin duda para diferenciarlo del insostenible, que queda bonito, pero es falso.

Me faltan cosas. Como aún quedan dos meses, le voy a echar muchas horas a prepararme para el día de las elecciones.

Me da pereza, porque esto es mucho trabajo.

Pero es que yo, a mi Patria, la quiero mucho. Y cuando veo la bandera española, me emociono. Y cuando oigo el himno nacional, no digamos.

Y me siento responsable de lo del 20 de diciembre.

Por mí, no quedará.