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Me voy a Europa de Interrail
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Me voy a Europa de Interrail

A nuestros niños hay que hacerles regalitos para que estén contentos con mamá Europa y no quieran irse como los británicos

Foto: Combo de fotografías que muestra a un grupo de jóvenes con las banderas europeas pintadas en sus caras. (EFE)
Combo de fotografías que muestra a un grupo de jóvenes con las banderas europeas pintadas en sus caras. (EFE)

Las noticias siempre vienen juntas. Noticias o frases relacionadas. Un hijo mío llama a esto "patafísica".

Leo que la Unión Europea quiere regalar pases de Interrail gratuitos a aquellos ciudadanos europeos que cumplan 18 años. Algo así como "niño, como papá es rico, viaja por Europa gratis". Para completar, supongo que le dirán al chaval: "Pórtate bien, no salgas mucho de noche y acércate a algún museo, para que se vea que tienes preocupaciones culturales. No hace falta que, a la vuelta, presentes un informe sobre el viaje, porque no queremos que te canses demasiado".

Mientras tanto, encuentro una frase que me hace gracia: "Hay que tener ilusión profesional, también los lunes".

Estamos en la época de la motivación al ciudadano europeo. El Brexit nos ha puesto nerviosos. Ahora les decimos a los británicos que por irse, los de 18 años tendrán que pagarse sus viajes por el Continente, y que de ilusión los lunes, ni hablar.

El regalo a los chavales tiene el inconveniente de siempre: que cuesta dinero. ¡Qué pesados! ¡Siempre con el mismo rollo! ¡Que nada es gratis!

En Europa han hecho un pequeño cálculo. Resulta que ese regalico nos cuesta unos euros. Entre 1.000 y 2.600 millones, según cuántos chavales acepten el regalo.

El regalo a los chavales tiene un inconveniente: cuesta dinero. En Europa han hecho un pequeño cálculo. Ese regalico nos cuesta entre 1.000 y 2.600 millones

Vi el otro día que el patrimonio conjunto de Angelina y Brad era de 500 millones. ¡Pobres! Venga a presumir de ricos, y en realidad son unos desgraciadicos que no podrían pagar el regalo más que a unos cuantos chavales.

Por lo que veo, me parece que en Europa hay problemas serios. Aunque de los refugjados no se habla, deben existir todavía. A la diócesis de Vic han llegado 81 hace pocos días. Pero nos habían hablado de millones y habíamos visto fotos angustiosas de familias intentando llegar a Alemania.

Y vemos personas en pateras que hacen que se te revuelva el estómago. Porque se ahogan a cientos.

¿No hay nada más prioritario en Europa que invitar a viajar a los chavales como regalo de cumpleaños? Ya sé que así les haremos más europeos (¿?); que así se creerán más el sueño de Monnet, Adenauer y Schuman (¿?) y que así se lucha contra el populismo euroescéptico (¡¿?!). Lo sé, pero en Europa hay personas que pasan hambre. Unas están en Calais en condiciones desastrosas para intentar llegar al Reino Unido. Otras, diseminadas por Europa —también en España—, pasándolo muy mal. Pero a nuestros niños hay que hacerles regalitos para que estén contentos con mamá Europa y no quieran irse como los británicos, que han debido pensar que, puestos a hacer regalos, se los hacen ellos a sí mismos.

Además, hay muchos jóvenes sin empleo. Bruselas se va a gastar 1.200 millones en combatir el desempleo juvenil, mientras quiere gastarse entre 1.000 y 2.600 en que esos mismos chicos se vayan de vacaciones gratis en vez de buscar trabajo.

Bruselas quiere gastarse entre 1.000 y 2.600 millones en que esos mismos chicos sin empleo se vayan de vacaciones gratis en vez de ponerse a buscar trabajo

Lo de la reciedumbre siempre ha sido bueno. Y estamos educando a los chavales como si tuvieran que ganar una competición de merengues. En cuanto alguien habla de austeridad, que no es otra cosa que gastar con la cabeza y no con los pies, corren escalofríos, porque no hay derecho, dónde vamos a parar, con lo que trabajé yo para que mis hijos tuvieran una vida digna, cómoda y, a ser posible, opulenta.

Me reúno con mi consejo asesor. Mi mujer, una hija y dos nietos. La reunión del consejo se celebra a la hora de comer. Ninguno de ellos sabe que aquello no es una comida como todos los días, sino una reunión del consejo asesor. Tampoco saben que lo voy a contar en este artículo.

Saco el tema. Mis nietos, de 23 y 21 años, entusiasmados con la idea de viajar gratis. Les parece bueno, social, europeo en una palabra. A mi hija, que está esperando una niña para estos días, también le gusta. Menos entusiasmada, porque debe pensar que a la niña le faltan 18 años para aprovechar la oferta.

Mi mujer se calla y me mira, pensando que tendré una salida de pata de banco, como siempre. Pero hoy he decidido plantear el tema, callarme y no entrar en la discusión.

El Grupo Popular Europeo es el que ha tenido la brillante idea. ¡Para que luego digamos que no hacen nada y que aquello es el cementerio de los elefantes! Calumnias de los envidiosos.

El Grupo Popular Europeo es el que ha tenido la brillante idea. ¡Para que luego digamos que no hacen nada y que aquello es el cementerio de los elefantes!

La gente está preocupada por "la falta de valores en la juventud". Lo pongo entre comillas porque se dice mucho, como si, de repente, en una sociedad llena de valores, buenos, claro está, se hubiera colado 'la juventud', formada por unos cuantos individuos, sin relación con nosotros y sin valores, caracterizados por una frase concreta —"todo vale"— y por decir que lo malo y lo bueno no son realidades, sino convenciones sociales que nos podemos saltar cuando nos apetezca o cuando cambie el Gobierno y vengan unos iluminados que pongan las cosas claras.

En consecuencia, hemos decidido cuidar —¿comprar?— a los chavales jóvenes. Les mandamos a dar vueltas por Europa, gratis por supuesto, así les hacemos eurófilos y les educamos para que, cuando falte algo del famoso Estado de bienestar, puedan quejarse bien. Bien, porque estarán muy entrenados y sabrán exigir sus derechos, aunque, por favor, que no les hable nadie de sus deberes, porque qué se ha creído usted.

La situación europea es difícil. Estamos dando a luz un proyecto serio, que exige renuncias a la soberanía de cada nación, aceptación de directivas y más directivas europeas que condicionan nuestras leyes, una unión bancaria que controla nuestros bancos, unos señores en Bruselas que vigilan nuestros presupuestos y que si no los cumplimos nos amenazan con multas...y, en el fondo, una unión política que está lejana, pero 50 años menos lejana que hace 50 años.

Les hacemos eurófilos y les educamos para que, cuando falte algo del famoso Estado de bienestar, puedan quejarse bien

Eso lo tienen que hacer los chavales jóvenes de hoy, que de aquí a 22 años, tendrán 40. A mí me haría ilusión participar, pero a los 83 + 22 = 105 años no estaré en mis mejores condiciones.

Hace mucho tiempo, organizada por mi colegio de Zaragoza, dimos una vuelta por Europa: Francia, Italia, Austria, Alemania. En autobús, pagado por nuestros padres, a quienes no les sobraba dinero y que, sin saberlo, fueron pioneros de la campaña eurófila. Volvimos más europeos de lo que éramos cuando nos fuimos. No pensamos que teníamos derechos. Pensamos que aquello podía ser divertido e interesante.

A nadie se le ocurrió darnos subvenciones, porque no había dinero. O sea, como ahora, con la diferencia de que ahora pensamos que para eso está Draghi

No gastamos ni una peseta —no había euros— que no fuera nuestra. A nadie se le ocurrió darnos subvenciones, porque no había dinero. O sea, como ahora, con la diferencia de que entonces se sabía y ahora también se sabe, pero pensamos que para eso está Draghi, para darle vueltas y vueltas a la máquina de fabricar euros.

Veo nombres de personas que están en el Grupo Popular Europeo. Uno por uno, me parecen sensatos. ¿Qué les pasa para hacer una exhibición de irresponsabilidad, proponiendo que yo, con mi dinero, pague las diversiones de estos chavalicos?

P.S. 1

1. Envío este artículo sin que lo vea mi consejo asesor, especialmente mis dos nietos.

2. Así no tengo discusiones a la hora de comer. Luego ya veremos.

3. Hablo con una de mis consuegras. Cuando le cuento lo del regalo a los jóvenes, me pregunta de dónde sacaremos el dinero.

4. Otra con sentido común. Se nota que no está en el Grupo Popular Europeo.

5. Y que no es nieta mía.

P.S. 2

1. No tiene que ver con todo lo anterior, pero no me lo puedo callar.

2. Cuando estoy a punto de mandar el artículo, leo en 'Expansión': "La agencia Moody's estima que las entidades españolas cuentan con un total de 105.000 millones de euros en créditos problemáticos refinanciados o reestructurados, principalmente hipotecas, que podrían lanzarse al mercado mediante titulizaciones".

3. ¡Dios mío! ¡Otra vez no!

Las noticias siempre vienen juntas. Noticias o frases relacionadas. Un hijo mío llama a esto "patafísica".

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