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Carlos Moyá, el gran conquistador
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Matías Vallés

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Carlos Moyá, el gran conquistador

El intenso tráfico humano a través de Mallorca incluye a los mayores seductores de los siglos recientes. Basta evocar el nombre de Errol Flynn, o reeditar

Foto: Carlos Moyá, el gran conquistador
Carlos Moyá, el gran conquistador

El intenso tráfico humano a través de Mallorca incluye a los mayores seductores de los siglos recientes. Basta evocar el nombre de Errol Flynn, o reeditar las correrías etílicas de Helmut Berger. Günther Sachs y Philippe Junot también han dejado huella en la isla, al igual que donjuanes ya fallecidos como George Best o Pierre Elliot Trudeau. En fechas más recientes, cabe consignar las andanzas del británico Tim Jeffries, que cuenta entre sus próximas a Elle McPherson y Claudia Schiffer. En una fiesta junto a la segunda, empuñaba una cámara para fotografiarse mientras la besaba, en la versión tecnológica del hombre que se acostó con Ava Gardner y, al vestirse apresuradamente tras la faena, señaló que "corro a contárselo a mis amigos".

Se advierte fácilmente que los 'playboys' citados tienen pasaporte de otros países, y ninguno pertenece a los indígenas que habitaban la isla antes de verse abrumados por diez millones anuales de visitantes. Los 'picadores' de discoteca han otorgado un merecido prestigio sexual a los nativos, y su esfuerzo no se limitaba a europeas anónimas. Mientras George Sanders rodaba una película en Palma, su entonces esposa Zsa Zsa Gabor era atendida con todo lujo de implicaciones por un mallorquín, cuyo nombre ha ingresado desgraciadamente en el anonimato.

Todo ha cambiado en el siglo XXI. Mallorca no sólo puede presumir de ser la cuna de los ganadores de la mayoría de ediciones de Roland Garros en los últimos años –Rafael Nadal y Carlos Moyá, hasta el punto de que ser mallorquín se ha convertido en un factor de riesgo para adjudicarse el torneo–, sino que el segundo de los citados se ha convertido en un conquistador de talla mundial, a la altura de los más irresistibles citados en nuestro primer párrafo. De hecho, muchos españoles dudarían si se les ofreciera a elegir entre proclamarse campeones en la tierra batida de París o seducir a Carolina Cerezuela, protagonista de Camera Café y probablemente la española más deseada en estos momentos.

Moyá ha culminado un Roland Garros y una Carolina Cerezuela, según la voluminosa documentación gráfica divulgada en fechas recientes. Su nueva conquista se superpone incluso a un noviazgo que parecía estable con la tenista italiana Flavia Penetta, una de las estrellas del circuito. Los fanáticos de 'youtube' pueden revisar un vídeo en que la transalpina habla del mallorquín como si fuera el hombre ideal, además de exteriorizar sus planes de formar una familia con muchos hijos. Su convicción era absoluta, pero sus declaraciones pertenecen al territorio que provoca sarpullidos en los campeones del donjuanismo.

Curiosamente, el acceso de Carlos Moyá a la altura de icono sexual se produjo hace una década en el 'open' de Australia, entre la comunidad 'gay' de ese país. Penetta, que llegó a instalarse en Palma, no fue la primera novia tenista del mallorquín. Esa lista se inicia con Raluca –rima con el "hasta luego, Lucas" que popularizó el campeón– Sandu, hija del presidente de la federación de tenis rumana. Aunque el noviazgo más sonado tuvo de componente femenina a Patricia Conde, en sus tiempos de 'El informal'.

Físicamente, la presentadora televisiva guarda un notable parecido con la Cerezuela, por lo que puede hablarse de un arquetipo femenino que rinde o cae rendido ante el deportista, cuya actriz favorita es Kim Basinger. Hay muchas otras en la penumbra, pero el momento más comprometido de la leyenda de Moyá se produjo en 2004, cuando Iván Zamorano anuló el anunciado matrimonio con la modelo Kenita Larraín, apodada "la novia de Chile" y acusada de volar a Palma a los brazos del español en vísperas de la unión con el futbolista. El galán acumula trofeos en todas las superficies, con una característica común. Su impasibilidad.

El intenso tráfico humano a través de Mallorca incluye a los mayores seductores de los siglos recientes. Basta evocar el nombre de Errol Flynn, o reeditar las correrías etílicas de Helmut Berger. Günther Sachs y Philippe Junot también han dejado huella en la isla, al igual que donjuanes ya fallecidos como George Best o Pierre Elliot Trudeau. En fechas más recientes, cabe consignar las andanzas del británico Tim Jeffries, que cuenta entre sus próximas a Elle McPherson y Claudia Schiffer. En una fiesta junto a la segunda, empuñaba una cámara para fotografiarse mientras la besaba, en la versión tecnológica del hombre que se acostó con Ava Gardner y, al vestirse apresuradamente tras la faena, señaló que "corro a contárselo a mis amigos".