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Zapatero se toma las vacaciones muy en serio
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Matías Vallés

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Zapatero se toma las vacaciones muy en serio

Mallorca marca el diapasón de las vacaciones de los presidentes del Gobierno. Tradicionalmente, el descanso estival de los sucesivos inquilinos de La Moncloa se abre y

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Zapatero se toma las vacaciones muy en serio

Mallorca marca el diapasón de las vacaciones de los presidentes del Gobierno. Tradicionalmente, el descanso estival de los sucesivos inquilinos de La Moncloa se abre y se cierra con un despacho en Marivent, donde el Rey intenta desmentir a Anasagasti con el argumento de que en Palma no se halla su palacio de verano, sino su oficina veraniega. En cualquier caso, este año vuelve a demostrarse que Zapatero es el presidente que dedica más tiempo al descanso estival. Casi tanto como Bush, que ostenta el récord mundial de esta disciplina. De hecho, si Zapatero sigue adelantando el inicio de su veraneo –Dios y las elecciones mediante–, puede acabar llegando a Marivent antes de que el Rey se haya instalado allí.

Ninguna estadística asegura que la presencia de un gobernante al frente del timón sea menos perniciosa que su opción por el solazamiento. Mejor todavía, si Zapatero considera que puede dedicar un mes íntegro al veraneo –frente a los periodos mucho más estrechos que González y Aznar consagraban a ese relajamiento, también medidos por sus audiencias en Marivent–, será porque el país marcha mejor de lo que opinan los escépticos. Y las vacaciones de la familia presidencial serían todavía más holgadas si no fuera por el desencadenamiento de las fuerzas de la naturaleza que marca anualmente la llegada de la canícula. El líder socialista pensaba echar el candado tras su exultante rueda de prensa del pasado viernes, pero se ha visto obligado a convocar un consejo de ministros especial por los incendios en Canarias. En efecto, se trata del fuego que el pasado domingo ya estaba "controlado", y que gracias a ese control multiplicó por diez la superficie quemada en su fase descontrolada.

Ayer, Zapatero llegó a Marivent, tras una gira que incluía la visita a los barceloneses cableados –por ponerlo en japonés– a cuentas del apagón. Para un presidente sedentario y que se creía ya de vacaciones, ese trajín adquiere rasgos de tormento. Es notorio que el socialista atiende al Rey con más amabilidad que su predecesor. Aznar llegaba en helicóptero hasta el mismo palacio palmesano, donde Ana Botella intentaba eclipsar a la Reina en la sesión fotográfica, y ambos se esfumaban casi sin tomar postre. Se podrá alegar en su defensa que sus vacaciones eran menos dilatadas. Con todo un mes por delante, el actual jefe de Gobierno puede mostrarse más generoso en la administración de sus tiempos en Marivent.

César viajaba con las piezas que debían conformar el suelo de su tienda a cuestas. Zapatero no necesita tanto equipaje, porque su obsesión es dormir en casa por muy lejos que le haya llevado la jornada. Siempre a lomos de su talante, aprovechó los despachos previos para entrevistarse con el entonces 'president' de Balears, Jaime Matas. El político conservador –reaparecido la semana pasada en una fiesta de Alberto Cortina– adquirió notoriedad al recibirlo sin corbata ni calcetines, con una indumentaria que le hubiera impedido el acceso a la Casa Blanca.

Cuál no sería ayer la sorpresa de Zapatero, al encontrarse en Palma con un 'president' socialista. La recuperación del poder por parte de Francesc Antich era más inesperada que el triunfo del propio ZP el 14-M. La primera prueba de la limitada confianza que merece el mallorquín a su secretario general es que no le hizo ministro –como Aznar a Matas– ni secretario de Estado. Tres años de barbecho en el Congreso le bastaron para reconquistar el gobierno autónomo. En fin, el inquilino de La Moncloa figura en la relación de traidores a Balears. Eligió Menorca para su debut estival, al igual que su predecesor. Sin embargo, la presión de los 'paparazzi' y unas fotos de sus hijas que consideró asunto de Estado lo encaminaron a otros mundos.

Mallorca marca el diapasón de las vacaciones de los presidentes del Gobierno. Tradicionalmente, el descanso estival de los sucesivos inquilinos de La Moncloa se abre y se cierra con un despacho en Marivent, donde el Rey intenta desmentir a Anasagasti con el argumento de que en Palma no se halla su palacio de verano, sino su oficina veraniega. En cualquier caso, este año vuelve a demostrarse que Zapatero es el presidente que dedica más tiempo al descanso estival. Casi tanto como Bush, que ostenta el récord mundial de esta disciplina. De hecho, si Zapatero sigue adelantando el inicio de su veraneo –Dios y las elecciones mediante–, puede acabar llegando a Marivent antes de que el Rey se haya instalado allí.