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De Puerto Portals a Puerto Pocero

El Pocero ha desplazado al Rey como eje –y perímetro, a la vista de su foto en bañador– del agosto mallorquín. Cada cual deberá extraer las

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De Puerto Portals a Puerto Pocero

El Pocero ha desplazado al Rey como eje –y perímetro, a la vista de su foto en bañador– del agosto mallorquín. Cada cual deberá extraer las consecuencias éticas y estéticas del suplantamiento, pero los más curtidos han retrocedido a los tiempos en que otro nuevo rico quiso erigirse en epicentro de la corte de verano. Lo llamaban Mario Conde. Al igual que ocurriera dos décadas atrás, el campo donde se libra este torneo es Puerto Portals. El ex presidente de Banesto instaló allí sus reales, y nunca se recuperó de la huida en masa de los periodistas que estaban a su vera, al ser alertados de que el Rey se hallaba en las proximidades.

El constructor, más brusco, quiso comprárselo entero, con lo que hubiera pasado de Puerto Portals a Puerto Pocero, o ‘Poceroport’. Procedió a trompicones, como en él es habitual. El conflicto subsiguiente con los vendedores, a quienes acusa de burlarle, se saldó en su expulsión de las instalaciones portuarias. Hoy atraca el 'Clarena' en el Club de Mar palmesano.

Es obligado aquí un paréntesis para remontarse al verano de 2005. Francisco Hernando se asomaba a la popa del 'Clarena', todavía con plaza en Puerto Portals. Rodeado de marineros impecablemente uniformados, el constructor estaba enladrillado por un grueso albornoz de paño blanco, con una filigrana heráldica en el pecho. Ocupaba el mismo lugar de atraque que el yate de Javier de la Rosa. No son gente de mar, pero la necesitan para realzar su status. 'El Pocero' se comprometió a pagarle 110 millones de euros al propietario de las instalaciones náuticas, pero asegura que fue engañado sobre el plazo de la concesión, por lo que estableció que el precio final era de nueve millones. Si en todas sus operaciones se concede rebajas de ese calado, a nadie puede extrañarle que haya construido un imperio. Dos instancias judiciales –un juzgado y la Audiencia Provincial– le han negado ya contundentemente sus aspiraciones. Impasible, el artífice de Nueva Seseña ha recurrido al Supremo.

Puerto Portals posee leyendas de todos los colores a sus espaldas. Allí preparó el Raúl Gardini del imperio Ferruzzi su 'Moro di Venezia', antes de suicidarse de un tiro. Por sus pantalanes han pasado Agnelli o Ramón Mendoza. Desde allí salió uno de los últimos periplos marineros de Pedro Toledo. Una imagen de las instalaciones y los edificios colindantes fue elegida por el Sunday Times de Murdoch para publicarla a doble página, cubierta de billetes de 500 euros. No es exactamente el tipo de publicidad que uno desearía. Para que todo sea más complicado, en el equipo jurídico de Francisco Hernando figuran los muñidores de la operación de compra del famoso palacete de Jaume Matas, que acabó costándole la reelección.

Históricamente, todos los magnates que se han enseñoreado de Puerto Portals aspiraban a colocarse a la sombra del Rey. Fiado completamente a su olfato, 'el Pocero' considera que las instalaciones están pésimamente dirigidas. Aquí están sus palabras: "Lo bonito no es el puerto, lo importante es Mallorca. Aun siendo una birria, Puerto Portals ganaría mucho si se gestionara bien". Para empezar, y siguiendo la tradición de su gremio, él pensaba endosarle 700 plazas de aparcamiento. Además, los jueces le han acusado de tener proyectos urbanísticos avanzados para la zona, algo que él niega.

Sus próximos piensan que su imagen perjudica sus reclamaciones, y los menos clasistas se extrañan de que las críticas se centren en este constructor salido del pozo, obviando a sus exquisitos colegas de restaurante de cinco tenedores. En próximas entregas iremos con ellos.

El Pocero ha desplazado al Rey como eje –y perímetro, a la vista de su foto en bañador– del agosto mallorquín. Cada cual deberá extraer las consecuencias éticas y estéticas del suplantamiento, pero los más curtidos han retrocedido a los tiempos en que otro nuevo rico quiso erigirse en epicentro de la corte de verano. Lo llamaban Mario Conde. Al igual que ocurriera dos décadas atrás, el campo donde se libra este torneo es Puerto Portals. El ex presidente de Banesto instaló allí sus reales, y nunca se recuperó de la huida en masa de los periodistas que estaban a su vera, al ser alertados de que el Rey se hallaba en las proximidades.