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Arde la finca del modelo suizo de los hermanos March
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Arde la finca del modelo suizo de los hermanos March

No todos los presentes conocen a Stephan Schmidheiny, aunque deberían. El empresario suizo mide su fortuna en miles de millones de euros. Con frecuencia se le

placeholder Varias personas observan las llamas del incendio forestal declarado en el municipio mallorquín de Andratx. (EFE)

No todos los presentes conocen a Stephan Schmidheiny, aunque deberían. El empresario suizo mide su fortuna en miles de millones de euros. Con frecuencia se le nombra en compañía de su hermano Thomas. Heredaron y desarrollaron el negocio paterno en terrenos tan controvertidos como el cemento y el asbesto. El magnate helvético diversificó su actividad hasta acceder a los consejos de administración de Nestlé o Swatch. Sin embargo, debe su notoriedad a la compatibilización de sus monumentales ingresos con una sensibilidad medioambiental que le ha llevado a adquirir más de cien mil hectáreas de bosque chileno. Almacenen este dato forestal para comprender el drama que se escenifica a continuación.

La implicación de Schmidheiny con Mallorca le condujo a recuperar especies autóctonas y a potenciar productos propios como la miel

Nos aproximamos sin prisa ni pausa a la vertiente mallorquina de la biografía de Schmidheiny. Su pujanza, su hiperactividad, la sombra fraternal y la sensibilidad ecológica convirtieron en algún momento a los hermanos centroeuropeos en el modelo de los también hermanos Juan y Carlos March. Las semejanzas se trasladan incluso al plano editorial, pues el segundo de los banqueros citados y Stephan Scmidheiny han plasmado en sendos libros su inquietud conservacionista. Dicho sea en honor a la verdad, las propuestas contenidas en el ‘Changing course’ o ‘Cambio de rumbo’ del multimillonario suizo gozaron de más amplia repercusión internacional que las anotaciones del banquero español.


Era inevitable que ambas sagas coincidieran en Mallorca como propietarios de dos de las fincas más grandes y cotizadas de la isla. S’Avall es la marca sobre el territorio de los March, con sus kilómetros de playa a continuación de Es Trenc. La pasión de Schmidheiny por la isla se produjo en la edad adulta, un auténtico flechazo o ‘coup de foudre’. Cuenta la leyenda que el magnate suizo ancló un yate proporcional a su fortuna en las costas del municipio de Estellencs, hoy de triste actualidad por el incendio que obligó a desalojarlo el pasado fin de semana. En consonancia con su inclinación medioambiental, el magnate tiene fama de andariego, por lo que se puso a triscar por los contornos. De repente se abrió ante sus ojos un valle paradisiaco, que se corresponde con la finca S’Alqueria del vecino término de Andratx.

Un excursionista cualquiera se hubiera limitado a la admiración extática del paisaje. Sin embargo, el ideólogo de la cumbre de Río pasó a la acción. Le dio una orden al capitán del yate, “lo quiero”. Y así fue cómo consiguió la finca de S’Alqueria. Una vez efectuada la adquisición, sometió la propiedad a una fenomenal reconversión, de acuerdo con los más estrictos principios ecológicos. La exigencia en la procedencia de los materiales enloqueció a los constructores y arquitectos, amén de sorprender en un empresario contra quien se querellaron tres mil trabajadores y vecinos por los efectos de su fábrica italiana de asbesto.

placeholder Fotografía facilitada por Unidad Militar de Emergencias de efectivos atacando el fuego. (EFE)


La implicación de Schmidheiny con Mallorca le condujo a recuperar especies autóctonas y a potenciar productos propios como la miel. En el aspecto negativo, la propiedad fue fortificada, y sus guardabosques eran implacables con los vecinos que se limitaban a buscar setas por los alrededores y se encontraban ante la autoridad. Ahora, el voraz incendio ha lamido la propiedad del magnate suizo y, sobre todo, ha sembrado la desolación entre los parajes que la rodeaban, por lo que sufre una notable devaluación. Las llamas se han ensañado con la menguante riqueza forestal de la isla, los desastres urbanísticos se mantienen incólumes.

Schmidheiny quiso ampliar su condición de latifundista mallorquín con la compra de Galatzó, que prolonga su propiedad y que también ha sido brutalmente dañado por las llamas. Sin embargo, en última instancia desvió su inversión hacia Portugal. Los ingleses hablan de los “actos de Dios” para referirse a las catástrofes naturales, pero el incendio de Andratx obliga a reflexionar sobre la saturación provocada por los seres humanos.

placeholder Varias personas observan las llamas del incendio forestal declarado en el municipio mallorquín de Andratx. (EFE)

No todos los presentes conocen a Stephan Schmidheiny, aunque deberían. El empresario suizo mide su fortuna en miles de millones de euros. Con frecuencia se le nombra en compañía de su hermano Thomas. Heredaron y desarrollaron el negocio paterno en terrenos tan controvertidos como el cemento y el asbesto. El magnate helvético diversificó su actividad hasta acceder a los consejos de administración de Nestlé o Swatch. Sin embargo, debe su notoriedad a la compatibilización de sus monumentales ingresos con una sensibilidad medioambiental que le ha llevado a adquirir más de cien mil hectáreas de bosque chileno. Almacenen este dato forestal para comprender el drama que se escenifica a continuación.

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