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Los enanos que siempre le crecen a Rajoy
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Los enanos que siempre le crecen a Rajoy

Anteayer fueron José María Aznar y María San Gil. Mañana serán Alejo Vidal Quadras y Santiago Abascal. Cualquier día de estos volverá a aparecer en escena

Anteayer fueron José María Aznar y María San Gil. Mañana serán Alejo Vidal Quadras y Santiago Abascal. Cualquier día de estos volverá a aparecer en escena Esperanza Aguirre. Todo ello bien condimentado en el diario El Mundo por Pedro Jota Ramírez, y ya tenemos perfectamente orquestada una nueva campañita de los de siempre que luego al final se traduce en meras declaraciones y nunca en un paso adelante porque ninguno de ellos tiene los arrestos suficientes como para darlo. Da igual lo que haga Mariano Rajoy, este grupito nunca estará contento. Es así, qué le vamos a hacer.

Oiga, derecho a quejarse tienen, no digo yo que no, pero la verdad es que a ninguno de ellos se le ve asomar por donde realmente deberían aparecer a soltar su discurso, pero tampoco para eso tienen lo que hay que tener, según parece, y en los órganos internos del partido nunca se les escucha. Es más, ni siquiera se manifiestan. Desde que Rajoy llegara al poder, no han encontrado una sola oportunidad para el aplauso, y eso que este Gobierno se ha atrevido a hacer cosas que el de Aznar no tuvo los bemoles suficientes para impulsar, como la reforma laboral, por ejemplo, o la Ley de Educación –Aznar lo dejó para el final de su segunda legislatura y nunca llegó a aplicarse–, o la Ley de Estabilidad Presupuestaria, etcétera.

Aznar pierde la fuerza por la boca, pero luego se amilana. Rajoy no eleva la voz, pero actúa una vez medidos sus tiempos

Ahora la tienen tomada con el asunto catalán y la amenaza soberanista del nacionalismo. Lo mejor de todo esto es escuchar a Aznar su discurso salvapatrias y demonizador del nacionalismo, como si él no tuviera nada que ver o simplemente pasara por aquí. A ver, sólo algunos ejemplos para poner las cartas sobre la mesa: ¿quién firmó el Pacto del Majestic y prometió a Pujol una nueva financiación autonómica a su gusto? ¿Quién miró para otro lado ante la Ley de Normalización Lingüística catalana? ¿Quién hizo crecer las aportaciones presupuestarias para Cataluña por encima de la media del resto de comunidades autónomas? ¿Quién permitió que la enseñanza en Cataluña fuera vehicular sólo en catalán? ¿Quién cedió más competencias en educación y sanidad porque lo pedía la Generalitat de Cataluña? ¿Quién, en definitiva, presumía de “hablar catalán en la intimidad"?

Pues el mismo que hizo todo eso ahora viene con su discurso moralizante a dar lecciones al Gobierno actual y decirle que no se puede ser moderado frente al nacionalismo catalán. Sin embargo, parece olvidar que este Gobierno le ha parado los pies a la Generalitat y ha recurrido en el TC la declaración soberanista del Parlamento Catalán, ha aprobado una Ley de Estabilidad Presupuestaria que le fija los techos de gasto y el porcentaje de déficit, le vigila las facturas que debe a los proveedores y las paga directamente el Ministerio de Hacienda, ha aprobado una Ley de Educación que vuelve a recuperar la enseñanza en castellano en Cataluña y ha recuperado un porcentaje importante de educación común, ha sacado adelante una Ley de Mercado Único, ha reducido las aportaciones presupuestarias a Cataluña en mayor medida que en otras comunidades autónomas y le ha dicho a la Generalitat que ni va a haber consulta legal ni se van a dar pasos en la dirección que ellos pretenden.

A lo mejor lo siguiente que querrían algunos es invadir con tanques la Plaza de Cataluña, pero no parece la acción más sensata. ¿Que Rajoy podría ser más contundente en sus declaraciones? Es posible, pero eso va con la personalidad de cada uno. Aznar pierde la fuerza por la boca, pero luego se amilana. Rajoy no eleva la voz, pero actúa una vez medidos sus tiempos. Miren, probablemente el desafío soberanista sea una de las circunstancias más graves que esté atravesando nuestro país en mucho tiempo, si me apuran desde aquel fatídico 22 de febrero de 1981. Ni Aznar ni Zapatero han vivido una situación parecida, por lo que no podemos saber cómo habrían reaccionado.

Sí sabemos, sin embargo, lo que hicieron: los dos pactaron con el nacionalismo y le hicieron concesiones. Hasta ahora, Rajoy no ha otorgado ninguna. Cuando las lleve a cabo, si es que lo hace, será el momento de evaluar las consecuencias y de manifestar la discrepancia o el acuerdo, pero hasta el momento lo único que no está haciendo Rajoy es levantar la voz porque sabe que, con eso, se conseguiría exclusivamente envalentonar aún más al nacionalismo y crear más tensión en la sociedad catalana, y parece que de eso por ahora les sobra. El discurso de Aznar, sin embargo, contribuye a crear más crispación y a aumentar el sentimiento nacionalista, y a veces tengo la duda de si no será eso precisamente lo que quiere…

Anteayer fueron José María Aznar y María San Gil. Mañana serán Alejo Vidal Quadras y Santiago Abascal. Cualquier día de estos volverá a aparecer en escena Esperanza Aguirre. Todo ello bien condimentado en el diario El Mundo por Pedro Jota Ramírez, y ya tenemos perfectamente orquestada una nueva campañita de los de siempre que luego al final se traduce en meras declaraciones y nunca en un paso adelante porque ninguno de ellos tiene los arrestos suficientes como para darlo. Da igual lo que haga Mariano Rajoy, este grupito nunca estará contento. Es así, qué le vamos a hacer.

Mariano Rajoy José María Aznar