A UPyD y VOX les corta el mismo patrón autoritario

Conocí a Cristina Seguí hace cierto tiempo en Valencia. Nos seguíamos mutuamente en Twitter y en cierta ocasión acudí a la capital del Turia con el equipo de La Linterna de la COPE y ella asistió a la emisión en directo del programa. No pasó desapercibida para mis compañeros, que enseguida me preguntaron quién era esa chica con esos ojos azules tan intensos. Se despidió pronto de nosotros, pero continuamos en contacto a través de las redes sociales hasta que apareció VOX y Cristina se convirtió en una de sus caras reconocibles.

Es verdad que desde el minuto uno fui crítico con ese partido, básicamente porque no me gustan las aventuras fruto de la revancha personalista y porque no coincido con algunos de sus postulados. Mi posición crítica me valió una considerable escalada de insultos y acosos en las redes sociales y Cristina, lejos de evitarlo, participaba de ello retuiteando todo aquello que implicaba un ataque directo a mi persona. Dejé de seguirla e, incluso, la bloqueé como he hecho con otros muchos: a mí nadie me paga para poner la mejilla y gratis no lo hago.

Exactamente lo mismo que UPyD, que esta semana ha dado muestras palpables de estar cortado por ese mismo patrón, a cuenta del artículo -interesante, educado, intelectualmente brillante, respetuoso y académicamente impecable- de su portavoz en Europa, Francisco Sosa Wagner. A Sosa Wagner no le conozco, aunque he leído alguno de sus libros. Cuando en UPyD lo eligieron, por segunda vez, como candidato a las Europeas, ya sabían que no se trataba de un político clásico, de esos que levantan pasiones en las multitudes, y que su campaña iba a hacer honor a su apellido.

Pero Sosa Wagner es un tipo inteligente, que se ha dado cuenta de que en España hace falta algo que ya intentó en su día Miguel Roca, es decir, un partido de corte centrista y liberal, que pueda servir de bisagra entre los dos grandes y evite que la creación de mayorías parlamentarias dependa de formaciones nacionalistas con intereses muy particulares. En Europa ha comprobado que su discurso y el de C's es básicamente el mismo, y que como decía el propio lema de su partido, si la unión hace la fuerza, qué menos que unirse con quienes aparentemente son casi iguales y conformar una mayoría más amplia que de verdad sirva de fuerza moderadora del bipartidismo.

Pocas o ninguna. ¿Es ese es estilo de UPyD? ¿Esas son sus maneras? Luego que no presuman de ser un partido abierto y democrático, porque con ejemplos como el citado se definen a sí mismos, pero está bien que se quiten la careta y que los ciudadanos sepan quiénes son estos políticos que se dedican a juzgar a los demás yque se consideran intachables, pero que luego en el fondo no son más que lo peor del sistema que ellos mismos critican. No es con C's con quien debe ir UPyD en coalición. Es con VOX. Y que sepamos todos los españoles de qué pie -autoritario e intolerante- cojean ambos.