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Las 3 mentiras que se cuentan sobre la reforma del aborto del PP
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Federico Quevedo

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Las 3 mentiras que se cuentan sobre la reforma del aborto del PP

Se podrían haber ahorrado todo el lío que han organizado y que les está costando que muchos de sus votantes se planteen si volver a depositar en la urna una papeleta con el símbolo de la gaviota

Foto: Manifestación por el "sí a la vida"
Manifestación por el "sí a la vida"

Ojaláno hubiera abortos. Sería, desde mi punto de vista, un objetivo encomiable que debería involucrarnos a todos. Pero el caso es que los hay;el aborto es una realidad socialy, como tal, debe estar reguladopor los poderes públicos en la medida en que supone acabar con la vida de un ser humano en su etapa de formación en el vientre materno. Hablamos de una muerte, y en la mayoría de los casos se produce de forma violenta.

A la izquierda esto no le ha importado nunca porque ha antepuesto la voluntad de la mujer al inalienable derecho a la vida del no nacido, bajo la falaz excusa del derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad… Digo falaz, porque ese derecho ya existe independientemente de que haya o no una ley del aborto, en la medida en que nadie puede obligar a una mujer a ser madre y es ella la que toma la decisión de si quiere quedarse embarazadao no.

Y la derecha, acomplejada, se ha mantenido siempre en un distante quiero y no puedo sobre la que debería ser su principal bandera: la protección de la vida. El equilibrio entre ambas posturas se consiguió, más o menos, con la ley de 1985, que introducía tres supuestos de excepcionalidad para el aborto y suponía una coartada para que ninguna mujer pudiera ser condenada por practicarlo. De hecho, en España no se conoce ningún caso en este sentido.

Pero ese equilibrio lo rompió Zapatero con su Ley de Salud Sexual y Reproductiva que iba más allá al sustituir los supuestos por plazos, considerar el aborto un derecho y permitir a las menores abortar sin consentimiento paterno. El PP se opuso, recurrió la ley al TC y prometió cambiarla. Y es aquí donde nos encontramos con la primera de las tres mentiras, la de quienes aseguran que el PP no cumple con su programa electoral en lo que a esto precisamente se refiere.

El PP se compromete a un ambiguo 'cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida'

Es verdad que viva voce en la campaña electoral fueron varios los dirigentes del PP que se comprometieron no solo a cambiar la ley de Zapatero, sino incluso a derogarla. Pero la verdad es que en el punto 6 de su programa electoral el PP únicamentese compromete a un ambiguo “cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores”. O sea, casi lo que han hecho en esta minirreforma que el martes se debatió en el Congreso.

La segunda mentira, sin embargo, la dicen el propio PP y su Gobierno cuando aseguran que están cumpliendo con su programa electoral, un programa que en ese mismo punto seis asegura que “promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad”. Pues bien, a punto de terminar la legislatura, ni una cosa ni la otra. Lo cierto es que, pese a la polémica suscitada, la única que de verdad cumplía con lo prometido era la reforma propuesta por Gallardón para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada.

La tercera mentira, yo incluso la calificaría de falacia, es la de la izquierda cuando acusa al PP de retrotraer los derechos de las mujeres.Nada más ajeno a la realidad en lo que se refiere a esta reforma, que por cobarde se limita solo a garantizar que las menores podrán abortar siempre que cuenten con el consentimiento paterno, y lo hace suprimiendo el apartado cuatro del artículo 13 de la ley Aído, en el que se decía: “En el caso de las mujeres de 16 y 17 años, el consentimiento para la interrupción voluntaria del embarazo les corresponde exclusivamente a ellas de acuerdo con el régimen general aplicable a las mujeres mayores de edad”.

Ya está. Esto es todo lo que se ha atrevido a hacer el PP en esta materia. ¿Por qué? Ellos sabrán. Lo cierto es que, para llegar aquí, bien se podrían haber ahorrado todo el lío que han organizado desde el principioy que les está costando que muchos de sus votantes se planteen seriamente si volver a depositar en la urna una papeleta con el símbolo de la gaviota.

Ojaláno hubiera abortos. Sería, desde mi punto de vista, un objetivo encomiable que debería involucrarnos a todos. Pero el caso es que los hay;el aborto es una realidad socialy, como tal, debe estar reguladopor los poderes públicos en la medida en que supone acabar con la vida de un ser humano en su etapa de formación en el vientre materno. Hablamos de una muerte, y en la mayoría de los casos se produce de forma violenta.

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