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El futuro del PP, en manos del Apóstol
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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El futuro del PP, en manos del Apóstol

Si los malos resultados del PSOE en Galicia y en el País Vasco conducen a un comité federal en el que se cuestione al actual secretario general, las elecciones tendrán un impacto en la investidura de Rajoy

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Santiago de Compostela, abraza al apóstol. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Santiago de Compostela, abraza al apóstol. (EFE)

Dentro de siete días a contar desde hoy, habrá elecciones en Galicia y en el País Vasco. En ambos casos son muy importantes, porque su resultado va a influir, y mucho, en lo que a partir de ese domingo 25 de septiembre ocurra en España. Con todo, en el caso del País Vasco el que más puede sufrir es el Partido Socialista, ya que mientras el PP se confía a aguantar el resultado actual -10 escaños- e, incluso, poder tener algo que decir en la política vasca si la suma del PNV con los socialistas no llega a la mayoría absoluta, para el PSE la pérdida de la mitad de los escaños actuales puede suponer un varapalo muy importante que debilite aún más la posición cuestionada de Pedro Sánchez en el PSOE.

Sin embargo, el resultado de las elecciones en el País Vasco no va a tener un impacto directo en la investidura de Rajoy, porque pase lo que pase no va a contar con los votos favorables del PNV, que era la única alternativa que le quedaba al PP de mantenerse vivo el ‘no’ de Sánchez. Pero sí indirecto, si los malos resultados del PSOE en Galicia y en el País Vasco conducen a un comité federal en el que se cuestione al actual secretario general. En ese caso se estará abriendo la puerta a una solución.

Una solución que, sin embargo, y a tenor de lo que he podido constatar en estos últimos días en fuentes socialistas, solo puede pasar por un gesto de la misma naturaleza en el PP: “No vamos a regalarle una abstención a Rajoy después de habernos hecho a nosotros mismos el harakiri matando –políticamente hablando, se entiende– al secretario general. Sería muy difícil de explicar a nuestros votantes y, sobre todo, a nuestras bases. La abstención a Rajoy tenía que dársela Pedro Sánchez. Rajoy lo sabe, y por eso se la pide un día sí y otro también. Pero si él no se la da, incluso en ausencia de Sánchez nosotros tampoco podemos dársela a Rajoy, pero sí a otro candidato del PP, y eso también lo sabe Rajoy, y lo teme”, me dicen estas fuentes.

El problema está en que en el PP nadie se atreve a toserle a Mariano Rajoy, a pesar de que por lo bajini y en la intimidad son muchos los que le cuestionan

El problema está en que en el PP, ahora mismo, nadie se atreve a toserle a Mariano Rajoy, a pesar de que por lo bajini y en la intimidad son muchos los que le cuestionan, y estos últimos días en los que nos hemos enterado de que ni siquiera conocía a Rita Barberá que debía de ser una señora que pasaba por ahí de pura casualidad, mucho más todavía. Y es aquí donde entran en juego las elecciones gallegas, y la importancia que tienen de cara al futuro del PP. De hecho, casi todo el mundo, o casi todo el mundo que cree que Rajoy debería dar un paso a un lado porque ha dejado de ser el líder que necesita el partido para afrontar la más que necesaria regeneración, mira con ojos esperanzado a Galicia.

Un mal resultado de Alberto Núñez Feijóo lo sería también para Rajoy, pero al mismo tiempo el presidente seguiría ostentando el poder en el partido sin que nadie le hiciera sombra alguna. Sin embargo, si Feijóo revalida la mayoría absoluta, o simplemente consigue gobernar sobre la expectativa de que Ciudadanos consiga algún escaño y se los preste, situaría al político gallego como el barón con más poder dentro del partido, y al que todo el mundo miraría como la gran esperanza de futuro.

Un mal resultado de Núñez Feijóo lo sería también para Rajoy, pero el presidente seguiría ostentando el poder en el partido sin que nadie le hiciera sombra

De hecho, me consta que en algún despacho de Moncloa donde también se deshoja la margarita de la sucesión de Rajoy, estos días no se descansa viendo venir el vendaval gallego. Y es que solo Feijóo, en ese caso, tendrá la 'auctoritas' suficiente como para plantarse ante el presidente y pedirle que se haga a un lado para facilitar la abstención del PSOE. Eso, en el mejor de los casos y suponiendo que el PSOE se acabe moviendo en tal dirección.

Porque si al final hacia donde nos conduce todo esto es a unas nuevas elecciones generales, entonces también es muy probable que Feijóo se postule como el próximo candidato del PP a la presidencia del Gobierno. Y puedo decirles una cosa: ganará esa batalla porque tendrá el respaldo de la inmensa mayoría de un partido que solo soporta a Rajoy como mal menor, pero que está deseando que se vaya. Para quienes crean en la intervención de los santos, el futuro del PP está ahora en manos del apóstol Santiago. Y el de España, casi también.

Dentro de siete días a contar desde hoy, habrá elecciones en Galicia y en el País Vasco. En ambos casos son muy importantes, porque su resultado va a influir, y mucho, en lo que a partir de ese domingo 25 de septiembre ocurra en España. Con todo, en el caso del País Vasco el que más puede sufrir es el Partido Socialista, ya que mientras el PP se confía a aguantar el resultado actual -10 escaños- e, incluso, poder tener algo que decir en la política vasca si la suma del PNV con los socialistas no llega a la mayoría absoluta, para el PSE la pérdida de la mitad de los escaños actuales puede suponer un varapalo muy importante que debilite aún más la posición cuestionada de Pedro Sánchez en el PSOE.

Mariano Rajoy Pedro Sánchez