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Campo de batalla, cabalgata de Reyes
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Campo de batalla, cabalgata de Reyes

Hemos sido los adultos, los mayores, los que hemos querido desnaturalizar algo tan sencillo y convertirlo en una apología del consumismo

Foto: El personaje de Mickey Mouse saluda desde lo alto de una carroza en la cabalgata de Reyes de Madrid de 2010. (EFE)
El personaje de Mickey Mouse saluda desde lo alto de una carroza en la cabalgata de Reyes de Madrid de 2010. (EFE)

El tema es recurrente todos los años por estas fechas. A medida que se acerca la fecha del 5 de enero, la cabalgata de Reyes se convierte en un auténtico campo de batalla ideológico en el que los reaccionarios de uno y otro lado sacan a relucir sus mejor armas argumentales. Menos mal que la mayoría de los niños son ajenos a esta discusión de adultos y menos mal, también, que cuando llega tan esperado momento lo único que de verdad les importa es ver a esos tres personajes que llenan sus sueños de una noche.

Todo lo demás da igual, es puro aderezo. De hecho, seguro que los niños serían más felices si solo desfilaran los tres Reyes Magos con sus carrozas, y a lo mejor ni siquiera con ellas, simplemente montados en sus camellos. Hemos sido los adultos, los mayores, los que hemos querido desnaturalizar algo tan sencillo y convertirlo en una apología del consumismo. Desde el momento en que la cabalgata de Reyes se retransmite por televisión como si se tratara de un partido de fútbol, se transforma en una oportunidad para el negocio.

Foto: Cartel de la Cabalgata de Reinas de Vallecas. (@Orgullovallekano)

Al final, algo que en su origen era incluso enemigo de la opulencia y el lujo, como fue la visita de tres sabios de oriente a un Niño nacido en las condiciones más inhumanas que pudiera imaginarse y rodeado de la más absoluta pobreza, se ha acabado convirtiendo en toda una parafernalia de adoración al dios consumo. Y llegado a ese punto, ¿qué más da quién vaya en la cabalgata? No le faltaba razón a cierto tuitero que estos días recordaba con mucha ironía que en el portal de Belén estaban Batman y el Capitán América además de la mula y el buey… Y Micky Mouse, y los payasos del circo

En la medida en que hemos ido añadiendo en la cabalgata elementos que poco o nada tienen que ver con lo que realmente pretende significar, ¿a cuento de qué viene echarnos las manos a la cabeza por el hecho de que desfilen también unas 'drag queens'? Total, ya puestos… Forman también parte de 'show business'. Yo me conformaría con pedirles que dado que la mayor parte de los espectadores tendrán menos de 15 años, no se excedan con la carga erótica.

¿A cuento de qué viene echarnos las manos a la cabeza por el hecho de que desfilen también unas 'drag queens'? Total, ya puestos...

Pero, realmente, si damos por bueno que los Reyes Magos vayan acompañados de superhéroes, leones del circo y carromatos anunciando grandes almacenes por doquier, no sé por qué no podemos aceptar lo otro. ¿O es que lapornografía del consumo es menos dañina y adictiva que la otra? Yo creo, francamente, que no, y sin embargo a los enemigos de estos nuevos experimentos sociales les debe parecer muy edificante educar a los niños en la compra compulsiva.

Es verdad que la presencia de 'drag queens', o de reinas magas, o incluso Reyes Magos disfrazados de no se sabe muy bien qué resulta chocante con la intencionalidad real de la cabalgata de Reyes, pero la puerta a que eso sea así no la han abierto quienes defienden estas nuevas formas de representar el pasaje evangélico de la Epifanía, sino nosotros mismos cuando desde hace mucho tiempo cedimos el protagonismo a las grandes multinacionales del consumo. Así que ahora no nos quejemos, aceptemos lo que hay, e intentemos que al menos los niños no pierdan la inocencia y sigan siendo ajenos a nuestras guerras absurdas de adultos que buscan cualquier motivo para engancharse en una batalla sin sentido.

El tema es recurrente todos los años por estas fechas. A medida que se acerca la fecha del 5 de enero, la cabalgata de Reyes se convierte en un auténtico campo de batalla ideológico en el que los reaccionarios de uno y otro lado sacan a relucir sus mejor armas argumentales. Menos mal que la mayoría de los niños son ajenos a esta discusión de adultos y menos mal, también, que cuando llega tan esperado momento lo único que de verdad les importa es ver a esos tres personajes que llenan sus sueños de una noche.

Ayuntamiento de Madrid Manuela Carmena